Manuel
Me encontraba sentado en la sala de mi casa muy satisfecho por haber acabado pronto de limpiar la casa. Empecé a las seis de la mañana para poder tener la tarde libre, pero aún así tenía que volver acomodar la oficina de mí padre. La verdad es que nunca en mi vida me habían obligado a realizar algo tan ridículo y eso no era lo que me llenaba de rabia, si no que también me cancelaron por un mes mis tarjetas de crédito solo por ser expulsado del colegio por una razón tan insignificante.
∆Flashback∆
Llegué al colegio muy temprano con la intuición de encontrar a Mariano para empezar a molestarlo de una manera que solo yo podía hacer. Con el las cosas pesadas se dan de maravilla, pues es muy torpe y traumado que cualquier cosa que le hagas te las pasa sin decir nada. Y éso a mí me encanta.
Me adentré hasta llegar a un pasillo en dónde pude notar la presencia de Mariano el chico tonto, quien estaba justo en frente de la biblioteca escolar. Aproveché el momento para acercarme y arrojarle una rata que había capturado un día antes cuando estaba en las prácticas de natación. Sabía que sería una buena broma para aquel chico. Sin embargo todo termino como no lo había ni imaginado. Al momento que yo arrojé la rata, Mariano dió unos cuatro paso al frente dejando que la pequeña rata apestosa callera justo en el cuello de un maestro, dejando a este brincando de el miedo y hechando unos cuantos gritos que llamo la atención a todos los alumnos cercanos a ese sitio, mientras reían y aplaudían a lo que yo había hecho sin querer. Pues realmente era el maestro más odiado de el colegio por sus exageradas clases tan exigentes.
—¿Que has hecho maldito mocoso?!!—dijo tan enfadado y de una manera tan graciosa que todos, absolutamente todos, incluído al director nos moriamos de la risa. Mientras el seguía intentando sacarse el bicho de su espalda.
Era de esperarse. En la segunda clase me llevaron a la dirección en dónde era visto con malas miradas por mis padres. Algo que no le tome importancia y ni me importaria por más duros que fueran conmigo.
El director decidió expulsarme por tres días y mis padres me dieron el castigó de limpiar toda la casa y para varear me cancelaron todas mis cuentas por un mes, los cuales serían de lo más eternos.
∆Fin flashback∆
—Manuel. Si has terminado tus deberes, puedes salir a despejar la mente— escuché hablar a mi nana justo cuando estaba por terminar de acomodar el despacho de mi papá.
—Te lo agradezco—me acerque y le di un beso en la mejilla— Solo me daré una ducha y después saldré a hacer ejercicio. Me apresurare para que mi padre no se de cuenta y no tenga que regañarte—dije con voz fija.
— No tienes que hacerlo, el mismo ha dado la orden, así que no temas— sonrió y salió del despacho. Ella ha sido mi segunda madre desde que tenía un año, así que a ella la trataba con delicadeza, en realidad la amaba.
Terminé mis deberes y salí rumbo a mi cuarto. Al llegar allá, vi en la mesa una rosa ya marchita y junto a ella una carta que escribí para la única chica que consideraba mi amiga, planeaba dársela al salir de clases, pero como fuí expulsado no tuve la oportunidad. Así que decidí que al terminar mi bañó, saldría a buscarla y le daría el obsequio. Ella es una chica super linda, la más hermosa del colegio, pero la verdad no me atrae y solo la veo como una amiga, en cambio ella si está enamorada de mí, pero como ya dije nunca pasaríamos de amigos. Lo de ser romántico con ella solo era un gesto de amabilidad y cariño a todo lo que ha hecho por mi.
Después de bañarme me vestí con ropa deportiva por qué después de ver a Diana me iría a mi entrenamiento, tome la carta, me dirigí a las escaleras y posteriormente pedí a mi chófer para que me llevará a la casa de Diana.
Debido a que ella no estaba en su casa me imaginé que estaría en sus cursos de inglés, lo cual no quedaba lejos y decidí caminar, pero antes de poder llegar allá, la vi sentada en una banca del parque.
—Diana— la llamé para que distinguiera mi presencia.
—Manuel, holaa— se levantó de la banca y me dió un beso en la mejilla. Dejándome algo confundido, ella no era así. Pero me dió igual
Platicamos por una hora completa y cuando me di cuenta que se me haría tarde para mis entrenamientos decidí mostrarle la carta y despedirme.
— Esto es para ti, pensaba dártela el lunes pasado, pero ya no te pude ver— extendí mi mano para que ella recibiera la carta. Bueno en realidad no era una carta como todas, solo contenía un dibujo que según yo, sería de su agrado
—Hay gracias, en verdad eres el mejor...— dijo con una sonrisa muy coqueta, pero no tome importancia—el mejor amigo del mundo—acompleto y yo solo sonreí y le hice un gesto para que entendiera que me iría ya en ese momento. Pero antes que terminara de despedirme, acercó sus labios de manera muy extrema para después entrelazarlos con los míos,dejandome sin palabras y con ganas de arrebatarla de mi cercanía.
¿Pero que diablos hacés?... Esto no es lo tuyo!!!. Surgió en mi imaginación.
Editado: 14.06.2020