Manuel
Me sorprendió ver a esa chica tan hermosa en mi colegio y mejor aún, en mi salón. Todas las clases no me pude consentrar de modo a que estába a mi lado y no podía dejar de mirarla de reojo. La verdad no venía ver esto y de aver sabido, no hubiera jugado con Diana y hubiera tomado algo serio con Alma, pero ya no podía hacer nada, ella nos vio besándonos en el estacionamiento. Pero prometo qué en cuanto me libre de ésto haré lo posible para obtener su amor.
Después de clases me fuí a mi casa para cambiarme. Debía ir a comprar la ropa que usaría el fin de semana en el cumpleaños de Diana. Por primera vez sus padres dejaron que ella organizará su fiesta y se encargará de sus invitados, ellos no intervendrán en ningún momento de la fiesta. Y eso era fantástico, todos nos divertíamos a lo máximo.
Cuando llegue a la tienda de ropa me probé varias prendas, pero no encontraba uno que me agradará tanto. Al final decidí comprar una playera azul cielo con un pantalón de mezclilla azul marino, unos tennis color negro y por último con ayuda de la empleada le compré a Diana un vestido rojo que según mis planes le agradaría.
Después de las compras me cambie en un baño público la ropa casual por una deportiva. Para hacer ejercicio. Decidí no ir al gimnasio y solo dar unas cuantas vueltas en el park run(espacio para correr sin ningún riesgo).
Al llegar allá descubrí que Alma se encontraba dando vueltas sin detenimiento. Mi corazón empezó a alterarse y quise buscar la forma de hablarle, pero no sabía cómo, la verdad es que ella si sabía cómo intimidarme. De igual manera empecé a correr intentando alcanzar su pasó algo que me fue imposible, pues al paso de diez minutos ella se alejó para entrar a los baños públicos y dejarme con las ganas de hablarle. Intenté seguirla cuando salió del park run, pero justo en ése momento recibí una llamada de Diana que me obligó a parar perdiendo a Alma de la vista.
—Hola mi amor, ¿Puedes venir a mi casa? Necesito hablar contigo.
—Ahora mismo no puedo, la verdad estaré ocupado. ¿Pero puedes decirme lo que ocurré?
— Bueno, en realidad solo quería que me acompañaras a la casa de la chica que llegó hoy al colegio, mi mamá me obligó a que la invitará a mi fiesta, dice que sería muy bueno para que no se sintiera sóla. Ya vez, todo el colegio irá y no considera justo el que ella no valla. Pero como no puedes ir conmigo me encargaré de ir sóla— Intentaba procesar todo lo que me dijo, realmente era bueno que Alma valla a la fiesta, así tendría la oportunidad de hablar con ella cuando Diana estuviera ocupada.
— Diana. ¿Sabes dónde vive Alma?— pregunté interesado
—Mi madre dice que es la nieta de Doña Angélica, la madre de Erick el empresario más famoso de California. En fin. Se dice que Alma vivía en Canadá y se tuvo que mudar por problemas familiares. Y supuestamente vive en la casa de Erick— nunca espere escuchar todo aquello por mi supuesta novia.
— Bueno, mejor te acompañó no me gustaría que fueras sóla. Paso por ti a las seis, no te tardes— sin más colgué la llamada y caminé hacia mi casa para poder vestirme con la ropa más desente que tenía. Hoy trataría de intercambiar palabra con ella, aunque no sería tan agusto, tendría que disimular muy bien para que Diana no sospechará absolutamente nada.
Llegué puntual aunque tuve que esperar a Diana por quince minutos más, ya que ella siempre tardaba demaciado. Cuando al fin salió, su chófer nos llevó a la enorme casa de Alma.
¿Realmente estoy haciendo lo correcto? Dije entre mis pensamientos pará concluir con un si. Estaba muy nervioso que hasta me temblaban las manos.
Alma
Estaba en mi recamara escuchando música y al mismo tiempo escribiendo una canción.
—Señorita Alma.Tienes visitas— dijo Rosa, la sirvienta.
—ah. ¿No sabés quiénes son?
— La verdad no. Pero me dijeron que quieren hablar contigo, están en la sala— solo dijo eso y jalo la puerta. Me quedé pensativa, a estás alturas nadie me vendría a visitar. Me detuve frente al espejo e hice un gesto de desagradó, tenía mi pijama ya puesta y tenía que volver a cambiarme. Decidí usar un pantalón color rosa y una blusa negra muy holgada. En seguida bajé para no hacer esperar a la persona misteriosa que estaba en algún rincón de la sala.
Me quedé paralizada cuando ví de quién se trataba. ¿Acaso has hecho algo malo? Me dije a mi misma.
—Alma que gusto verte— dijo Diana con nerviosismo, mientras Manuel sonreía sin quitar su mirada de mí.
— Diana, Manuel ¿Cómo supieron dónde encontrarme?—dije algo temerosa
— hay eso no importa, lo importante es que ya estamos aquí— ellos seguían sonrientes y yo solo quería que me tragara la tierra.
Pasaron veinte minutos después de platicar sobre algunas cosas, por lo general sobre el colegio. Aunque en realidad los que hablaban más eran ellos, yo preferiría estar en silencio. Rosa ofreció agua de coco y helado el cuál aprovechamos tan bien.
— Alma, solo vine porque quiero invitarte a mi fiesta de cumpleaños. Será este fin de semana y tienes que ir, todo el colegio estará presente— dijo Diana con una gran felicidad
— Claro que tienes que ir. No te puedes perder una fiesta cómo está, será muy divertida— dijo Manuel con esa sonrisa que lo caracteriza, la verdad es que tenerlo serca me rubirizaba.
— heee no lo se, apenas y conozco la ciudad y además no creo que mi madre me de permiso— saque excusas paraa no ir, la verdad no me gustan las fiestas.
— Ese no es problema— respondió Manuel— nosotros hablamos con tu abuela y dijo que si tienes permiso, así que no te excuses. ¿O no quieres ir?
¿Mi abuela, en que momento dijo eso?
—he no, no, eh yo no, bueno yo si voy a ir. Claro que voy a ir— "que tonta soy" pensé.
— Bueno te espero en mi casa, tú abuela ya sabe a dónde es. A las siete y no quiero que faltes ¿De acuerdo?— me aclaro con un gesto y salió de la puerta.
Editado: 14.06.2020