Alma
Ya había pasado la semana de exámenes, durante esos días yo no hacía nada más que ir a la escuela y al regresar me preparaba para el día siguiente. No tenía charlas con Mariano más que en los descansos. Si había alguien extraño era Manuel. Tengo la sensación de que solo se la pasaba presumiendo su linda bicicleta por las tardes, porque no dejaba ni un solo momento en el que pasara por mi casa. Aunque eso me molestaba cada vez más, disfrutaba su presencia y aunque yo sé que no es correspondido, me había enamorado de él. Esto es absurdo y se que podría resultar herida por su falta de atención también porque el nunca se enamoraría de otra persona que no fuera Diana y menos si se tratara de una chica como yo. Enamorarme de el me sería una lastima, pero una lástima que quería enfrentar aunque sea en silencio.
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El director hizo una petición a todos los alumnos del colegio para que después de el primer descanso nos reuniéramos en el aula de asuntos para que pudiera hablar sobre un tema con todos nosotros. No creía que fuera algo malo, porque su rostro reflejaba felicidad alguna. Mariano me había contado que después de cada evaluación el director reunia a todos los alumnos para dar a conocer el chic@ que mas destacaba en sus calificaciones. Ese chico tenía la fortuna de entrar a la cafetería gratis y tener el mando de todos los alumnos hasta que se hiciera la otra evaluación. Sin embargo desde que ingresaron a ese colegio, no había nadie que pudiera vencer a Manuel y era la razón por la que trataba a todos como le diera la gana. Así que no me sorprendió nada de nada y me imaginaba que el director lo apoyaba en todo.
—Chicos los he reunido a todos para dar a conocer al mejor alumno de la institución— todos parecían aburridos y desinteresados por el discurso pero permanecían en silencio, el único que se podía ver activo era Manuel— Cabe recalcar, que hemos contactado con el mejor colegio de Australia para dar la oportunidad a nuestro mejor alumno de estudiar en esas hermosas y grandes instalaciónes por un mes completo y lo mejor: sin pagar absolutamente nada de nada. Cómo ya saben ese alumno tendrá el mando de los demás alumnos y disfrutará de alimentos gratis...— todo lo que había dicho era sensaciónal, ni el mejor se lo podría creer *esto si que es vivir conforme*
Los maestros pasaron a dar pequeños discursos, hasta que el momento esperando llegó:
—El nombré del alumno que tendrá toda esa fortuna a su cargo es... La señorita Collier Hopinks.
En ese momento todos alababan, mostraban aplausos y se escuchaba algunos decir lo mucho que esperaban este momento, mientras yo estaba sin poder creer lo que acababa de escuchar. A lo lejos ví a Manuel apoyándose en un tablero, tenía un rostro terrorífico y lo peor de todo, estaba muy solo.
¿Acaso le habría llegado tanto la noticia de ser el segundo lugar?
Manuel
Me encontraba apoyado en un tablero mientras observaba a todos incluidos maestros platicando con Alma. No era que la noticia me hubiera destrozado y me dejará enfadado. Si no que quería demostrar a Alma la persona que realmente soy y no la que todos consideran, en otras palabras mis padres me matarían cuando la noticia llegará hasta sus oídos. A pesar de todo me agradaba la idea de saber que la chica que me atraía hubiera logrado arrebatarme el puesto, de haber sido otra persona quizá la mataría después de clases. Intenté mantener la conciencia en blanco para después subir por mis cosas y dejar el colegio, no era capaz de encontrar a todos frente a frente burlándose de mí, esto era vergonzoso nunca en mi vida había perdido una batalla. Decidí pasar al gimnasio y levantar pesas pará relajar la conciencia. Me puse a pensar en el mes que estaría sin ver a Alma, serían eternos. Tenía que hablar con ella antes de que se fuera a Australia si no quería perder la oportunidad. Pero antes debía terminar con Diana. La relación que teníamos era tan tóxica y sin amor que solo me estresaba. Tenía que admitir que la noche que pasamos juntos la pase super bien, ella si sabe cómo derretir a un chico en la cama. Creí que después de ello yo terminaría tendido a sus pies. Pero no fue así, el amor hacia ella nunca creció.
Cuando llegue a mi casa la mesa estaba lista, pero avisé a Juanita para que empezará a comer junto con Adi (mi hermana) lo menos que quería en ese momento era comer. Me dirijí a mi habitación y me sorprendi cuando ví a Diana sentada en mi cama. Tenía un look muy atrevido que me hizo sentir en las nubes; al parecer ya se le había pasado el enojo.
—¿Que haces aquí?¿Cómo entraste?—cuestione algo serio.
—¡sshhh!... No estamos solos ¿sierto? —susurro colocando un dedo en mi boca haciendo que yo olvidara todo el dicurso que había armado para terminarla y coloqué mis manos en su trasero apretandola con mucha fuerza mientras ella se mordía sus labios—¿ Recuerdas la entrada secreta?
—Como no acordarme—dije para después besarla con intensidad y dejarla caer en la cama.
Justo cuando se iba armar todo un espectáculo mi madre tocó la puerta, la cuál estaba con seguro haciendo que Diana tomara sus cosas y saliera por la ventana.
—Hijo ya te dije que no pongas seguro a la puerta— regaño cuando ya estaba adentro
—perdon mamá, es solo que no me siento bien
— Cariño no debes preocuparte por ello. Ya hablé con tu padre y créeme que no se acaba el mundo por no ganar, debes saber perder. Además no pensamos regañarte, pero si queremos pedirte que invites a cenar a la chica ganadora, no he tenido el gusto de verla y quiero conocerla. Su mamá fue una gran amiga mía cuando éramos jóvenes— lo último me dejó impactado. Nunca pensé que mi madre quisiera conocer a la chica que me gusta.
Editado: 14.06.2020