Capitulo 17

Manuel

Llevaba toda la noche sin dormir y permanecía sentado en todo momento tratando de asimilar la muerte de mi madre. Si las cosas no salieran bien con el estado de mi padre, mi hermana y yo tendríamos que abandonar los estudios para hacernos cargo de los negocios y esto seria un gran problema al inicio, porque aún no tenemos papeles resueltos y correríamos el riesgo de que nos quitaran la empresa. 

°°°

Me encontraba sentado frente al ataúd de mi madre, escuchando los sollozos de mi hermana y Juanita cuando las personas trataban de animar la situación. Entre toda la gente pude notar la presencia de varios compañeros y maestros de mi colegio. Diana estaba sentada junto a varías chicas hablando muy alto que hasta pude escuchar que intentaban animarla para que se acercará a mi.

—Manuel

— Alma— dije sin poder creer que era ella — ¿Que haces aquí?

— ¿Acaso escojiste las personas que debían estar? — cuestiono muy seria

— No, no claro que no — me sentí como un tonto

— Ayer prometí en acompañarte en las buenas y en las malas. ¿No es así? — sus palabras hicieron que olvidará todo, sin duda alguna me encantaría que ella siempre esté para mí.

— Te lo agradezco mucho, eres hermosa... Bueno eres comprensiva— corregí antes de que me considerará un patán. Ella solo se ruborizó y no dijo más.

Cuando dieron las cuatro de la tarde todos nos encontrábamos en el cementerio de mi madre. Me rompió el alma el hecho de verla en un racinto solitario, en ése momento no pude contener el llanto y ni siquiera tomaba tiempo para escuchar a las personas que intentaban hablar conmigo. Mi hermana solía ser la más perdida, nunca en mi vida la había visto tan destrozada e incluso su rostro no era tan favorable. La abracé con fuerza y la detuve cuando intento abrazar a mi mamá e intentó tirarse con ella. Si ésto es así de fuerte no quiero imaginar la reacción de mi padre.

Después de varios minutos las personas se alejaron dejandome sentado junto a Alma, quien trataba de animarme. 

— Cuando cumplí díez años murió mi único hermano — sincero Alma — al principio fue difícil asimilar todo, pero después de varias semanas me fuí acostumbrando a estar sin el. Había días en los que jugaba imaginando que él estaba a mi lado e incluso me tuvieron llevar a un psicólogo para que me ayudara a alejar esas imaginaciones — La miré muy sorprendido y permanecí en silencio por algunos segundos.

—He intentando ser fuerte y no demostrar mis debilidades, no me gusta que me vean destrozado, pero no logró nada. Toda la noche he estado pensando y volviendo a vivir los tiempos con mis padres— dije mientras las lágrimas corrían por mis mejillas — Mi padre se encuentra en estado de coma y es muy probable que no despierte; el golpe que tuvo fue muy brutal — Ella volteo a verme con lastima

— Aún quedan esperanzas, solo necesitás créer en el. Si tú le brindas tu apoyo desde aquí— tocó mi pecho— el se sentirá amado y se esforzará por despertar — admiré su rostro, me impresionaba tanto su personalidad, ¿Cómo es posible que una chica tan calmada tenga unos pensamientos tan positivos?.

Después de varios minutos de estar con ella. Decidimos caminar a nuestras casas. Para después sumergirme en un sueño tan profundo. 

Paso toda una semana  y no salía de mi cuarto, ni siquiera para ir a la escuela o visitar a mi papá. Mi hermana era la que se encargaba de todo el trabajo y por lo visto había canselado su viaje a España devido al tiempo que no estaba a nuestro favor. Cómo no lo imaginaba en la revista mundial salía la noticia de la perdida de la empresa que se daba poco a poco, esto me hizo reflexionar y tuve que acceder en salír de mi mundo y dejar todo lo sucedido atrás. Hice caso en las palabras de Alma y en cuanto me sentí bien regresé a la escuela y me ezforse por sacar adelante la empresa y los restaurantes. En menos de un mes todo había generado mucha ganancia y logré convencer a mi hermana para que me dejará a cargo y  se fuera a España para sus clases. Como no lo esperaba yo aparecía en la portada de varías revistas con el título de "Armando Riquezas".

Ahora que me sentía súper bien quería agradecer a Alma por todo lo que había hecho por mi, pero hacía días que no me daba tiempo para pensar en mi chica y ahora no sabía a dónde encontrarla o cuál era su día a día. Decidí ir a su casa pero me dijeron que había recibido la visita de una amiga y quizá regresará el domingo por la noche. Hoy era Viernes haci que tendría que esperar por dos días.

Alma

Estába en la cabaña familiar con Sara. Ella se quedaría por una semana en mi casa pero este fin de semana quisimos estar solas. Mi madre nos habia traído comida suficiente y películas para los dos días que estaríamos aquí pero la verdad es que no las necesitaríamos: aquí hay diversión de sobra.

 Era sábado y según los recuerdos de mi madre habría un pequeño mercado muy serca de aquí, así que al despertarnos nos bañamos y finalmente caminamos en busca del lugar. 

Después de recorrer casi toda la playa encontramos a varías personas vendiendo productos de primera calidad, parecía que todo era en tiempo pasado. Compramos algunas verduras y frutas, pero no encontrábamos un local que vendiera carnés y tuvimos que preguntar, nos dijeron que el puesto se encontraba hasta el último rincón, algo que me enojo muchísimo porque teníamos que cargar con todas las bolsas hasta quién sabe que lugar. 

Caminamos alrededor de un kilómetro y al llegar a un local, que más de ser local parecía una casa, un chico de pelo negro y ojos cafés nos ofreció agua con un sabor tan raro y desagradable que por poco lo tiraba al suelo. El mismo chico nos mostró todo tipo de alimento y finalmente nos recomendó uno que según el, es el más vendido y preferido por sus clientes. Sara y el chico de nombre desconocido parecían gustarse y debido a esto charlaron por varios minutos hasta que llegue a mi punto fuerte y decidí alejarlos, pero el chico se ofreció en llevarnos a la cabaña y Sara inmediatamente asepto sin tomar mi opinión.