Si fueras para mi

Prólogo

Un día de octubre del año 2015, estaba comenzando a sentirse el frío del otoño, un hombre de 35 años, que tenía el cabello amarillo y los ojos azules, recién salido de la cárcel por haber robado en varias casas, estaba caminando tranquilamente por las calles de Colonia, en Alemania, se sentía paz, y mucha, pero mucha tranquilidad.

Alrededor de las dos de la mañana, cuando el hombre caminaba por una calle que se encontraba aparentemente vacía, un conductor borracho, lo atropelló asesinándolo al instante.

El hombre comienza a ver una luz enceguecedora de color rojo, el hombre se cubre con su brazo izquierdo el rostro.

-  Félix Meyer, vengo a darte una tarea. - Se escucha una voz gruesa se escucha desde esa luz.

- ¿Eres el diablo? - Le preguntó feliz, tenía otras preguntas en mente, como, por ejemplo, ¿estaba muerto? ¿Dónde estaba? Muchas preguntas que se hacía, pero la primera, y aparentemente, la menos importante, fue la que salió de sus labios. 

-  Eso no es importante Félix, vengo a darte la tarea de que busques a alguien.

Félix cruza sus brazos esperando que la voz siga hablando y frunce el ceño, Ya el resplandor rojo no le molestaba.

- ¿De acuerdo? ¿Cómo se llama?

-  Oh querido amigo, esa persona aún no ha sido “creada”, tendrás que esperar por lo menos un año antes de comenzar a buscarla, se llama Mónica, Mónica Valentini.

- ¿Y para qué quieres que la busque? - Le preguntó Félix.

-  Eso es algo que no te puedo decir aún, mi amigo.  

Félix se puso su mano sobre su rostro, río y coloca sus manos en su cintura.

- ¿Y qué pasa si me niego a hacerlo?

-  Pues, me acompañarás al infierno donde pasarás tu eternidad sufriendo con los trabajos que te mandaré a hacer.

Félix no dudó mucho en elegir su destino, ¿Qué prefería? ¿Hacer el trabajo o ir al infierno?

-  De acuerdo, lo haré, pero solo si me prometes que viviré eternamente en la Tierra y no estaré de nuevo en la cárcel. - Cruzó nuevamente sus brazos, el tenerlos así le daba cierta seguridad y le quería demostrar que no le tenía miedo a ese diablo o demonio...

-  De acuerdo, yo te contactaré mediante sueños, mientras tanto, te daré un anillo con una piedra de rubí que usarás en tu mano izquierda, y no te lo puedes quitar si no quieres desaparecer frente a la vista de cualquier ser humano.

- ¿Algo más que deba saber? -  Le pregunta Félix mirando su mano izquierda en donde su suponía que estaría el anillo del que le había hablado ese demonio.

-  No, sólo eso.

Félix vio una luz que lo cegó, cuando ya la luz se había apagado, resultó que se encontraba acostado en su cama.

Estaba a un año de su misión, no sabía cuál era el afán del demonio con esa mujer, pero lo descubriría, y más pronto de lo que él pensaba.



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En el texto hay: romance, drama, romancejuvenil

Editado: 09.06.2023

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