Si La Vida Quiere

♡ CAPÍTULO 5 ♡

El sábado me dediqué a hacer el trabajo de literatura.

No era tan difícil, sólo era demasiado largo; y para ser específicos tenía treinta preguntas en total y de esas treinta yo había contestado once.

Lo bueno de eso, fue que me distrajo un poco del desastre que tengo en mi cabeza.

Hoy ya domingo a la mañana, me levanté a desayunar y dejé a un lado la tarea, para ver una película de zombies. Luego terminé de leer un libro que lo había dejado a medias, y después de eso me preparé algo rápido para almorzar.

Ya no me sentía mal, ni triste.

Tampoco molesta.

Sólo quería tener siempre algo que hacer, así evitaba pensar en Nolan, pero me di cuenta que no importaba que tan atareada de cosas esté, porque en momentos mi cabeza omitía la concentración hacia cualquier actividad que esté haciendo, y prácticamente me obligaba a pensarlo.

Mi cabeza no dejaba de traicionarme.

O simplemente no era mi cabeza.

¿Tal vez mi corazón?

Iugh que cursis que suenan hasta mis pensamientos.

Luego de almorzar, me dirigí a mí cuarto a ver si podía hacer algo más en la tarea. Si bien ya sabía que era grupal, quise hacer todo lo que podía, así que en total, esa tarde había respondido seis preguntas más.

Ya eran como las siete de la tarde, y no tenía nada más que hacer, así que me fui a dar un baño y cuando salí de la ducha, escuché el timbre de mi casa sonar.

Rápidamente me puse lo primero que encontré en mí placard que consistía en una camiseta de tirantes junto a un pantalón de pijama, y salí disparada a la entrada.

Al abrir la puerta automáticamente mi instinto hizo que la cerrara otra vez...

Maldita sea!

...Aunque tuve que volverla a abrir, porque no quería ser descortés.

Eso era todo.

—Hola Nolan, ¿qué haces aquí? —le pregunté velozmente a la vez que lo inspeccionaba.

—Te mandé un mensaje diciendo que iba a venir para dividirnos las tareas. —soltó despreocupado.

—Pero eso lo podíamos hacer por teléfono —dije algo desconcertada

—¿Me vas a dejar pasar?

—Sip—me limité a decir sin mirarlo, dándole espacio para que entre.
Ya dentro, fue directo hacia la mesa grande de la sala.

Es verdad. Los chicos no iban a poder hacer nada del trabajo ya que las preguntas y el texto los tenía yo.

Me golpeé la frente a mí misma mentalmente.

—Ya vengo, voy a traer las cosas.—dije antes de ir rápido a mí cuarto y bajar el texto con las preguntas y todo lo que ya había hecho.—Bien Nolan, ya está resuelto hasta la diecisiete. Las otras trece preguntas tienen que dividirse con Kina.—solté, dándole el montón de hojas que tenía.

—Bien, gracias— guardó las cosas en su mochila y creí que ya estaba por irse, entonces yo me adelanté para ir hacia donde estaba la puerta, pero Nolan me tomó del brazo repentinamente y me tiró hacia él. —¿Ahora puedes decirme qué es lo que te sucede?—su mano liberó mi brazo, para luego tomarme firmemente de la cintura.

 

Me molestó el hecho de que se haga el desentendido del tema.
 

 

—¿Tendría que pasarme algo?—le respondí con otra pregunta. Al ver que se quedó callado, continué:— Porque creí que me habías dicho que ibas a terminar con Grecia y sabes, cuando salí y los encontré, no los ví precisamente rompiendo.— no intenté disimular la amargura y molestia de mi voz.

—Pues, si es que viste bien, Seguramente te diste cuenta que ella fue quien me besó.—tomó una breve pausa.—Si, ya sé. Yo le seguí el beso, pero habrán sido segundos, porque la aparté. ¿cuántas veces tengo que decirte que no quiero nada con nadie que no seas tú?—inquirió mirándome fijo.

Tal vez él tenía razón. No había visto todo lo que había pasado ese día con Grecia, y yo en lugar de hablarlo con él, solamente me dejé llevar por mis impulsos y evité el tema.

Estaba enojada, si. Pero me dí cuenta que el problema no era con él, sino conmigo misma por sentir lo que sentía.


—Nolan, creo que será mejor olvidar el intento de que seamos algo. No soy buena para ésto, créeme.—confesé sin poder mantenerle la mirada. Nolan apartó una mano de mi cintura y la colocó suavemente en mi rostro, haciendo elevar mi vista y postrarla en él.

Creí que lo iba a ver enojado, por lo indecisa que suelo llegar a ser, pero lo único que pude ver en esos hermosos ojos grises, fue descepción?

Me acercó a él lentamente, dándome tiempo de poder correr la cara si así lo quisiera, pero simplemente no pude.

No quise.
 

Cuando nuestros labios volvieron a probarse, sentí algo encenderse en mi. Esa sensación no era para nada nueva, claro que no. Porque es la misma sensación que me da cada vez que sus labios se encuentran con los míos. 
 

No sé realmente qué es lo que siento...
 

Me gusta estar con él, pero no entiendo cómo es posible que me vuelva tan ridículamente débil cada vez que él se acerca así. 
 

Nolan es un problema para mí, para lo que pensaba, para lo que siempre creía. 

O quizás, sólo sea la solución para absolutamente todos mis miedos.
 

Al cortar el beso, el buscó nuevamente mi mirada.
 

—Me estás matando— susurró dándome otro beso, pero más corto, y al separarnos me abrazó con tanta fuerza que solté un quejido del dolor.
 

—No quiero que te vayas.—no sabía si enserio esas palabras habían salido realmente de mí, pero me encantó que se quedara a acompañarme. 
 


 

Nos fuimos a mí habitación y busqué una película de acción.
 


 

Si, yo la elegí.
 


 

Como siempre, muy romántica Scarlett.
 


 

Trataba de una adolescente que quería viajar a París con una amiga, para seguir el tour de una banda de Rock, pero lastimosamente no llegaron a eso, ya que a ambas chicas las secuestraron. La trama principal era cómo hacía el padre para encontrar a su hija, y para hacerlo, tuvo demasiados obstáculos.
 




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