Emma Parker:
Siempre es bueno cambiar de aires, para mi en este momento me quedaba de lo mejor, salir de la locura que se había convertido de mi vida, como dije necesito urgentemente tirar mis problemas por la ventana de un auto a toda velocidad espero no volver a verlos, váyanse y nunca vuelvan
Si claro...
Ese auto lo manejaría y recorrería todo el país, dejando mis problemas tirados en una carretera desierta, se imaginan a Emma Parker en un Audi R8 dándose aires de grandeza mientras lo conduce a toda velocidad muy relajada por que boto sus problemas literalmente por la ventanilla.
Cosas que probablemente nunca me sucedan...
– Niña despierte – Movió mi brazo delicadamente –, señorita ya llegamos – Su voz hizo que abriera mis ojos lentamente.
Estaba profundamente dormida, hasta que dulce señora que estaba a mi lado en el bus me despertó, al parecer ya había llegado a mi destino. Sonreí amablemente a la señora a mi costado diciendo un gracias por despertarme a lo bajo, haciendo que esta también sonriera.
Suspire y me baje del autobús con mi mochila aun costado y mis audífonos en mano, el camino no se me hizo tan largo, me quede dormida con el sonido de la música de mis auriculares, en verdad necesitaba esto, la ciudad se siente tan tranquila, yo si necesitaba cambiar de aires por solo unos días pero lo necesitaba. Salí de la ciudad en la tarde por eso de las 5, como era de esperarse cuando llegue aquí ya había oscurecido.
Camine por la parada de los buses buscando a papá, hasta que logre verlo, se veía un poco mas canoso que hace unas semanas, su cabello estaba mas largo, al igual que su barba era un poco mas notable, tenia puesto una camiseta de cuadros verdes con unos jeans oscuros, su cara al verme era un poema, podría jurar que su sonrisa era literalmente de oreja a oreja.
– Mirate ¿donde esta mi pequeña pulgarcita? – Sonrió para luego abrazarme y desordenar un poco mi cabello –, Cuanto has crecido, pronto seras mucho mas alta que yo – ironizo siempre me molesta por mi estatura, dice que cuando era niña parecía una pequeña pulgarcita y así es como mi padre me llama.
– Rodeo los ojos mientras reía – Mirate tendré que empezar a llamarte santaclaus – Frunce el ceño –, Por tu preciado cabello blanco – Rodeo los ojos por mi comentario.
– Esta bien pero quisiera comer todo lo que el come – Tomo mi mochila –. ¿Que tal si... – Pauso llamando mi atención, haciendo que lo mirara con los ojos entrecerrados – papá te cocina una de tus cosas favoritas? – Se a lo que se refiere –, Estoy segurisimo que tienes tiempo sin comerla– Asentí, tenia razón.
No había visto a mi padre desde hace unas semanas ya, extrañaba su sentido del humor entre comillas, si mi padre cuenta chistes muy malos, que aun así me hacen reír, y no por que me causen risa, si no porque me gusta ver la sonrisa que se forma en su rostro al ver que me rio de sus chistes.
– Que te parece si, mientras yo preparo la cena, tu ¿vas a saludar a Angie? Estaba emocionada porque llegaras, Alguien llego hace unos días a la ciudad y también quiere verte – Yo por mi parte solo asentí mientras sonreía ¿alguien quiere verme? ¿A mi?
Deje un beso en su mejilla y salí de casa, estaba bien era lo suficientemente grande, mi padre vivía con mi abuela, tengo entendido que es la casa en la creció, nunca llegue a conocer a mi abuelo, pero si a mi abuela, de hecho en este momento se encontraba se encontraba en casa de Angie.
Angie era amiga de mi padre, al igual que a mi madre la conoció en la universidad, Angie siempre fue muy generosa con nuestra familia, incluso cuando Emily nació ella fue la se ofrecido a cuidarme, por eso y muchas cosas mas, le tengo mucho aprecio.
Mientras esperaba que abrieran la puerta me puse a pensar, ¿que estará haciendo Andrew? ¿estará en casa ya que yo no estoy?seguían llegándome mensajes pero no de el era Liam y mi madre preguntando si había llegado bien, Amelia preguntándome cuando regresaba, los respondí, pero seguía esperando que al menos Emily me escribiera, ella ni siquiera se despidió y si, solo son algunos días pero igual me duele que este molesta conmigo.
Una chillona voz de chico conocida me saco de mis pensamientos – ¡Pequeña pitufa! – si aquí me tenían muchos apodos –, ¡Mamá, pitufina esta aquí! – Soltó un chillido de emoción,se hizo a un lado y me dejo pasar, para luego abrazarme, siempre reía de las tonterías de Henry y esta no era la excepción.
– Cariño mirate – Se acerco para luego darme un abrazo –. Solo fueron unas semanas, mira lo hermosa que estas – Sonrió para luego volver a abrazarme, Angie solo tuvo dos hijos, nunca tuvo hijas por lo que nos consideraba a Emily y a mi con unas.
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Editado: 22.03.2020