Para este trabajo hay que estar siempre atento y tener concentración para que cuando estés escribiendo no se rompa tu punta, hay que poner en alto el nombre de la marca, y si se nos va el filo trabajar en conjunto con nuestros compañeros sacapuntas para seguir con nuestra labor, o al menos eso había escuchado decir a los demás lápices en la papelería, quién diría que acabaría en la lapicera de un chaval de secundaria, pero claro, no todos cumplimos el sueño de ser lápices de escritores famosos o de reconocidos artistas, no saben lo que daría por formar parte de los bocetos del próximo número de Spiderman o de las partituras de algún compositor famoso.
Cuando por fin el chico me toma para empezar a trabajar solamente escribe una pequeña frase en un pedazo de papel "me gustas" seguida de una carita feliz, lo miro sorprendido y comienzo a buscar a la posible chica que lo tiene enamorado, en eso entré las filas del salón se van pasando el pequeño papel hecho bolita hasta llegar a su destino, una niña de cola de caballo con una cinta de pelo roja lo lee y busca emocionada a su pretendiente, el chico le hace señas pero no lo ve, y piensa que se lo ha mandado alguien más, alguien que está a un par de asientos adelante, ambos se miran y aquel chico le guiña un ojo, mientras mi dueño mira con recelo y me rompe por el coraje, se ve que esos dos chavales se gustan y que mi dueño que me ha quitado mi goma de borrar para siempre con su ataque de celos, quizás no tiene ninguna oportunidad, porque a lo mejor aquella niña ni siquiera sabe que existe.
Al terminar las clases mi dueño mete mi otra mitad a su lapicera, pero yo caigo del pupitre y él ni siquiera lo nota, miro como se aleja poco a poco hasta que el salón queda completamente solo.
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Editado: 29.04.2018