Yo quiero enseñarles mi mundo entre líneas, podrá ser un enredo, pero lograremos meternos en ellas, con la capacidad de comprender, todas esas líneas que nos mantendrán concentrados hasta que la última acabe con un final, que pueda que nos marque o con un comienzo de algo más nuevo.
Como ya les dije mi nombre es Marry Marín, vivo con mi hermosa hermana Rossy y su querido novio Christopher, mi vida ha sido un desastre por completo, primero por las lindas casualidades, que con el tiempo conocerán.
¡Aquí Empezamos!
- Ya era hora de que te despertaras no. –
- Tengo que ir a la Universidad, encontrar un motivo de vida hermanita, ojalá me tocara así de fácil como tú la obtuviste. – Digo mirando todo su alrededor.
- No seas así, gracias a Dios no soy la única que te ha abandonado. –
Sonrió sarcásticamente a su respuesta, si regresáramos a dos años atrás, esa respuesta sería distinta, no lo creen. Salgo rápido de casa, vivíamos en una residencia algo apartada de las universidades de la ciudad, así que me toca agarrar el metro e ir a pie por la cantidad de gente que llega a montarse, hasta que llego a mi destino.
- ¿No eres de aquí verdad? –
- ¿Perdona? – Pregunto confundida, por mientras que agarro mis apuntes.
- Hola, soy Leslie y yo presiento que seremos buenas amigas, comenzando este año que llevaremos juntas. – Que ironía y volteo a verla, era una chica con un cabello rojizo hermoso, ondulado, alta y delgada, con un buen estilo.
- ¿Porque presientes algo que no va a pasar? –
- Porque sé muy bien que me vas a necesitar, personas como tú no llegan todos los días. – Se escuchaba tan segura de lo que decía que sonreí al final.
Al pasar el tiempo, las clases se sentían tan largas que sentía que el techo se me caería en pedazos. hasta que llegó la hora que finaliza todo esto. Era muy buena concentrándome en clase, pero ahora ya no me llama tanto la atención de estar escribiendo o eso era lo que yo pensaba.
Mis tardes se resumían de tal manera que eran tan increíbles para mí, en la Universidad no tenía amigos, soy un fenómeno en serie, literalmente. Así que cuando salgo de este mundo de estudio, me voy a otro lugar que es mucho mejor que este y es a la biblioteca, que está a dos cuadras de aquí. Es ahí donde la paso, así que me escapo de este mundo por completo, por mientras que escucho mis lindas rolas de mis grupos favoritos, hasta que llega el atardecer, por las enormes ventanas que cubren este lindo hogar.
Cuando llegue aquí a esta hermosa Biblioteca, pensé que no me gustaría, ya que tenía malos recuerdos de lo que era una biblioteca por completo, pero esta me enseño todo lo que realmente seria, como cada reseña que te da un libro nuevo, casi de abrir. Así que crecí en estas paredes que están llenas entre líneas.
Ahora mismo estoy leyendo un clásico. – Los Puentes de Madison por Robert James Waller, es tan romántico este libro, pero quien quería un final tan triste, quien iba a querer a ver estos lindos personajes no llegar juntos a un final, es donde yo me destrozo por completo, es aquí donde nadie sabe lo romántica que soy, soy tan buena escondiéndolo que llego a destruirme por no aceptar realmente lo que siento.
- ¡Hola Pequeña, no pensé que vendrías hoy! –
- Me descubriste Nona. – Digo con una sonrisa.
- Te ves tan tranquila hija, me encanta que estés aquí. – Dice dándome un beso en la frente.
Nona es la encargada de esta linda biblioteca, los sueños más enormes de ella era construir una biblioteca con su hermoso esposo, que hoy en día ya no está con nosotros. Al final el realizo su sueño más preciado del universo, solo para ella, juntos crecieron y bailaron por estas paredes, quien lo diría. Dejarle un enorme legado tan preciado para su hermosa esposa.
Cuando llegue aquí, no sabía que leer, ni que escoger, que me sentaba en una mesa y solo me quedaba mirando los estantes, sin saber que podría gustarme de verdad, así que ella solo se acercó con un libro y una pequeña taza de chocolate, con unas lindas palabras que me marcaron el alma desde ese momento -No le tengas miedo a lo que te podría enamorar. –
Desde ese momento llegaba y me sentaba a leer, hasta que hoy en día, se ha convertido en mi hogar.
El recorrido llegaba a su fin, me despedía de nona y al salir de ahí sentía un vacío enorme en mi corazón; el viento se sentía más frío que días anteriores, llegaba la noche, pero antes de ir a casa, mis pasos van a una cafetería donde venden pastelitos y chocolate caliente, así que saldría con una sonrisa en mi cara como siempre.
- Buenas Noches Guapa, me podrías dar mi orden especial, extra crujiente de mis antojos. – dije con una sonrisa.
- ¡Hermosa! ¿dónde te habías metido?, hace rato que no te veía llegar por aquí. – Dice Tris, con su hermosa melena recogida.
- Sabes que en estas épocas del año no salgo ni a tomar el sol, pero como comencé la Universidad, pues me toca salir, sabes lo triste que es ir al infierno. – Digo sarcásticamente.
- Sigues siendo tan exagerada, no cambias Marín. –
- Y no lo haré Tris. – Digo con una sonrisa.
- Bueno, aquí esta tu orden especial extra crujiente de tus antojos. –
- Gracias, eres un amor, ya lo necesitaba, hasta luego. – Digo dándome la vuelta.