Al día siguiente me desperté, me acomodo más en la cama, el sol entraba por la ventana haciendo que sintiera un poco de calor, por mientras que me doy la vuelta me doy cuenta que Alice ni Laurie están, me levanto, camino por la casa, no estaban por ningún lado, salgo al patio y ahí estaban acostados en el césped por mientras que perla y nieve estaban corriendo por ahí.
Alice estaba jugando con los dedos de la mano de Laurie, los estaba contando sucesivamente como si hubiera encontrado un tesoro que no puede hacer nada para olvidar su atención. Por mientras Laurie la miraba con un amor, ternura, hasta se sorprendía cuando Alice lo hacía.
Sonrió y voy camino a darme un baño, al salir me vestí, me pongo un vestido largo para estar en casa, el día estaba fresco así que me cepille el cabello estaba largo nuevamente, me hago una coleta y salgo, Laurie me había hecho el desayuno, le había dado la comida a Alice, de verdad estaba atento a todo.
- Alice y yo te invitamos a comer Helado, ya que hay un hermoso día hoy. – Veo a Laurie con Alice en brazos, por mientras que ella sonríe, sonrió y me levanto del sillón de la sala.
- Acepto, solo déjenme buscar unos zapatos. –
Salimos y fuimos a una heladería que estaba cerca de la playa, el día realmente estaba hermosa, el aire estaba fresco amaba sentirlo de tal manera, Laurie tenia agarrada la mano de Alice por mientras que yo agarraba su otra mano, se sentía realmente bien. Entramos a la heladería, lo cual estaba algo llena, había mucha gente hoy en la playa, el día realmente lo estaba complaciendo.
Nos sentamos en una mesa cerca de la ventana, Laurie fue a pedir los helados por mientras que yo estoy con Alice jugando con las servilletas que estaban en la mesa. Tenerla a mi lado me hacia pensar lo mucho que quiero ser mamá, miro a dirección de Laurie, lo cual lo pille mirándonos con su hermosa sonrisa, se dio cuenta que lo estaba mirando y me saludo moviendo los deditos, lo cual yo sonrío e hice el mismo acto.
En minutos ya estábamos comiendo nuestros helados, el mío era de combinación, el de Laurie de vainilla y el de Alice de Chocolate.
- Me encanta el chocolate. – Dice saboreando la cuchara, mira a Laurie y se queda ahí mirándolo. – Tío Laurie, por que sigues teniendo el cabello largo, no deberías cortártelo un poco, a mi tía Marry no le gustaría verte mal. – me tapo la boca para minimizar mi risa, Alice me mira y sonríe, Laurie tenía cara de impactado, lo cual me causaba más risa.
Alice casi hablaba, lo cual nos sorprende cada vez que lo hacía, como en este preciso momento, es atenta a todo igual que Laurie, pero también decía lo que pensaba, no se de donde esta aprendiendo mucho con la poquita edad que tiene, nos sacaba sonrisas a todos, además de cariñosa, tranquila y seria, tenia un enorme corazón.
Nos quedamos un poquito más, por mientras que ella ahora no paraba de hablar, nos comenzó hablar de su cuarto, de su padre que estaba loco y que mamá no dejaba de regañarlo, que abuelo le comenzaba a salir raíces blancas en la cabeza y que lorena hacia unas ricas galletas con canela, hasta que se quedo callada.
- ¿Qué pasa Alice? – Pregunta Laurie, lo cual mi vista sigue lo que miraba Alice, me comienzo a poner nerviosa, hasta que Alice responde.
- ¿Tío por qué ese señor nos mira tanto? Es malo. – Dijo Alice señalando al papa de Laurie. Laurie me mira, se da de cuenta que me puse nerviosa y después se da la vuelta, su cuerpo se tensó. Se levanta y camina directamente donde esta él.
Agarro a Alice y caminamos donde estaba, nos quedamos detrás de Laurie, lo notó, se dio la vuelta, su mirada había cambiado, estaba perdido otra vez, pero al verme preocupada supo que estaba con el corazón en la boca, mira al suelo, le toco la mejilla suavemente y levanta la mirada hacia mí, me entrega las llaves del carro, lo miro confundida, que quería que hiciera con ellas.
- Amor...-
- Váyanse a casa, las veré en la cena. – Me da un beso en la frente, por mientras que se agacha a ver a Alice, le dice un secreto en el oído, desvió la mirada y me quedo mirándolo a él. Seguía con esa mirada cansada, arrepentida, suelto un suspiro y lo dejo ir, en ese momento supe que era tiempo de arreglar las cosas, pero que en este tiempo era para ellos dos, debían de arreglarlo.
Laurie se levanta, su mirada había cambiado a tristeza, le dedico una sonrisa, y le digo te amo en voz baja, haciendo que el me robara un beso, mi cuerpo no reaccionaba bien a tal robo, sonrió y comienzo a salir de la heladería con Alice.
Camino a casa fue llenada de música, Alice estaba cantando como una verdadera artista, haciendo que me riera no sabía lo que ella estaba cantando, tampoco sabía si estaba invocando aun demonio, pero realmente lo estaba disfrutando. Al llegar le di un baño a Alice, la vestí con un hermoso vestido rosa y la peine, haciéndole lucir sus hermosos rizos.
Pasaron algunas horas que comencé hacer la cena, me estaba comenzando a sentir ansiosa, Laurie llegaría en cualquier momento, tenia curiosidad de lo que estaba pasando entre ellos, ese señor le hizo tanto daño, le prohibió ser feliz en muchas ocasiones, hasta lo separo de lo que el realmente ama, robándole cualquiera posibilidad de ser el mismo. Estaba preparado algunas albóndigas, ensalada de tomate y una pasta, era nuestra comida favorita, saco un vino de aquella estantería donde Laurie las tiene guardadas por cualquiera ocasión, me sirvo una copa por mientras que cocinaba.
Ya estaba la cena hecha, llegaba casi dos copas de vino y seguía ansiosa, hasta que entra por aquella puerta, con una enorme sonrisa que calmo toda mi ansiedad, saludo a Alice con un beso en la frente, volvió la mirada a mí, camino más rápido y me carga haciendo que mis piernas quedaran alrededor de su cintura. Sus labios atraparon los míos, y lo acerque más, su perfume seguía intacto, nos separamos un poco, se queda mirando mis labios, saborea los suyos, me quedó mirándolo con curiosidad y veo que su mirada va hacia la encimera de la cocina donde estaba la botella de vino y la copa vacía.