Sí, Mi Comandante [power Rangers: S.P.D.]

CAPÍTULO 13

CAPÍTULO 13

Cuando menos se dio cuenta, Cruger ya estaba prácticamente frente a la puerta del laboratorio de Kat. Se había dirigido hacia allá casi por mero reflejo, mientras su mente divagaba en la conversación que acababa de tener con los dos prisioneros. Y fue consciente en ese momento de que últimamente solía pasarse mucho por ahí, o Kat se pasaba por su oficina. Resultaba curioso, pero no pensó mucho al respecto, pues suponía que inconscientemente deseaba conversar un poco del tema de los dos prisioneros con la Dra. Manx, que por supuesto también le concernía. Y de paso le preguntaría por sus avances con los Krybots. Sonaba a una buena forma de hacer tiempo, en lo que dejaba que Landors y Delgado se tomaran su minuto para hablar.

Las puertas automáticas del laboratorio se abrieron ante él, y divisó rápidamente a Kat sentada frente a su mesa de trabajo, inclinada sobre la serie de piezas mecánicas que revisaba con la ayuda de unas gafas lupa especiales para ver pequeños detalles.

—¿Eres tú, Boom? —pronunció la Dra. Manx en alto, sin alzar de momento su atención de la pieza ante ella—. Si ya tienes tus dos brazos funcionando, pásame el torso del otro Krybot y ponlo aquí, por favor.

—No soy Boom —informó Cruger mientras avanzaba desde la puerta hacia el área de trabajo—. Pero creo que mis dos brazos están lo suficientemente funcionales para ayudarla con eso.

Kat se sobresaltó un poco al escuchar aquella voz que claramente no era la de su asistente. Se sentó derecha en su silla, se subió las gafas a la cabeza, y se giró a mirar a su repentino visitante con expresión de sorpresa.

—Doggie, digo… Comandante —masculló nerviosa—. Lo siento, es que Boom fue a la enfermería y…

Mientras intentaba explicarse, Cruger atendió a su petición anterior. Se acercó al área que hasta hace rato ocupaba Boom, y tomó de ahí el torso del otro Krybot. Lo aproximó a la mesa de Kat, hacia un área un poco más despejada.

—¿Aquí está bien?

—Sí, ahí —asintió Kat.

Cruger colocó el torso en la mesa, y justo después su mirada fue jalada por otro detalle: el monitor encendido sobre el escritorio, en el cual se proyectaba la imagen de una cámara. El sitio en cuestión fue reconocible para él de inmediato, pues justo acababa de estar ahí. En la imagen, pudo ver a Jack y Elizabeth en su celda, al parecer discutiendo acaloradamente, o al menos eso parecía pos sus gestos, pues el audio estaba de nuevo apagado.

—He de suponer que escuchaste mi plática con los prisioneros —indicó Cruger, señalando hacia el monitor. Kat se giró en la dirección que apuntaba, y sus mejillas se ruborizaron un poco.

—Sí… espero no te moleste —murmuró Kat apenada. Carraspeó un poco intentando recuperar la compostura—. Fueron unas palabras muy bonitas las que uso, Comandante. Me gustó principalmente la parte sobre… como antes los Power Rangers eran jóvenes normales, pero con nobleza en sus corazones, dispuestos a ayudar a las personas y eso. Me resultó inspirador de un modo familiar.

Su comentario iba cargado de notorio tono burlón, que inevitablemente hizo que Cruger sonriera de nuevo. Claro que le parecía inspirador; ella fue quien lo había dicho en primer lugar.

—Fueron unas palabras sabias, de una persona bastante más sabia que yo —indicó Cruger, siguiéndole un poco el juego.

—Oh, debe de tratarse de una persona increíble, entonces —añadió Kat, esbozando una amplia sonrisa divertida.

Cruger también sonrió de nuevo, y las miradas de ambos se entrecruzaron en aquel instante; quizás más tiempo del debido, por la forma en la que ambos reaccionaron al darse cuenta, desviando al mismo tiempo sus rostros hacia el frente.

Kat carraspeó un poco, procurando recuperar la seriedad apropiada para dicha situación.

—Y… ¿esperas que acepten? —preguntó, al tiempo que simulaba volver a inspeccionar las piezas sobre la mesa.

—Delgado parece más dispuesta —respondió Cruger—. Pero Landors, quizás necesite más tiempo.

—Sí, lo noté —suspiró Kat con pesar—. Jack… ha pasado por malos momentos. Creo que se le dificulta un poco confiar en las personas, en especial en la autoridad.

—No habrá mucho que hacer si ese es el caso. La decisión debe ser suya.

Ambos guardaron silencio, ambos resistiéndose a preguntar el asunto más evidente e importante de la cuestión: si Jack no aceptaba, ¿entonces quién sería el quinto elemento del Escuadrón B?

En lugar de pensar en eso de momento, Cruger decidió mejor cambiar al otro tema que les atañía. Se fijó entonces de regreso en las piezas regadas sobre la mesa de Kat.

—¿Has obtenido algo de tu análisis de los Krybots? ¿Alguna idea de cómo Grumm pudo introducirlos al planeta?

—Sí descubrimos algo, pero no lo que esperábamos —le respondió Kat de forma críptica—. Creo que no los introdujeron en realidad.

—¿A qué te refieres? —cuestionó Cruger, intrigado.

—Verás, el diseño de estos robots, en términos generales, es definitivamente Troobiano, concordando con lo descrito en la Base de Datos de S.P.D. en un 85% aproximadamente. Sin embargo, ese otro 15% restante se debe a que hay algunos detalles que no concuerdan. Ciertas piezas parecen ser en realidad reemplazos. Y no sólo eso: reemplazos de fabricación terrestre.




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