Si No Fuera Un Sueño

17 capítulo

»La felicidad es el resultado de dar amor y que este sea correspondido«
 


 

                                               WD.Rose
 


 

»»❦︎««
 


 

17. 𝔽𝕖𝕝𝕚𝕔𝕚𝕕𝕒𝕕
 

 

"¿Casarnos?"

¿Estás embarazada? —preguntó perplejo.

Se puso de pie.

Asentí con una miríada de emociones.

Nervios, felicidad, miedo...

Mucho miedo.

Él no salía de la estupefacción. Ni yo, por su inesperada propuesta. La idea de casarnos me detuvo el corazón. Y a él la noticia lo dejó mudo.

Por supuesto que quería ser su esposa.

Su esposa...

Nunca medité en ello.

—¡Amor, estás embarazada! —exclamó lleno de emoción.

Entonces tomó mi rostro y me besó con ardor. Cuando se separó de mis labios dejó sus manos sobre mi abdomen.

—¿En serio?

Mis visión se tornó borrosa debido a las lágrimas.

Hincó de nuevo la rodilla en el piso.

—Eres el amor de mi vida, la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida y con la que quiero tener otro hijo y los que vengan en un futuro. Soy feliz contigo, tú me das los motivos para serlo. Ahora dime Emireth ¿Te casarías conmigo, mi ángel? —preguntó mostrando un precioso anillo de diamante y oro en su cajita de terciopelo.

Tragué grueso. Estaba ansiosa y sensible. La emoción tangible en mi interior crecía con fervor.

—¡Dios! Claro que quiero ser tu esposa, Max. Te amo, te amo tanto —cubrí mi boca con la palma de mi mano.

—¿Me permites? —inquirió pidiendo mi mano, no dudé en dársela. Y puso el anillo en mi dedo anular.

Observé el anillo entre mis dedos y lo miré a él —Es precioso, no puedo creer que esté pasando esto. Gracias Max.

—No llores cariño.

—Son lágrimas de felicidad.

—Esto debió pasar antes, Emi. Te amo, preciosa —me besó.

Luego se inclinó y dejó besos pingrados en mi barriga. Apenas mi abdomen estaba un poquito hinchado.

—No sabes lo feliz que me hace saber que estás allí, papi está ansioso por tenerte en sus brazos. Te voy a amar con mi corazón y te voy a proteger mi amor.

Su ternura me encogió el corazón.

—Estoy segura que nuestro bebé quiere conocer a papá —susurré apretando sus mejillas.

Suspiré.

—¿Estás bien? Emireth...

—Estoy procesando todo esto, que me voy a casar con el amor de mi vida y que volveré a ser mamá. Es diferente, ya no tengo doce años... Y tengo miedo Max —admití enrollando los brazos en su cuello —. Es incomesurable lo que siento.

—No deberías, eres una madre excepcional y eso no va a cambiar. Si es por los dolores de...

Hice una mueca, negando.

—Cuando me enteré esta mañana no supe si llorar o reír. No es que no me agrada la idea, es que un bebé...

—Es perfecto. La familia crecerá cariño. Quiero vivir esta aventura contigo, no pude hacerlo cuando Matt y ahora que puedo aprovecharé cada segundo a tu lado.

—Gracias —lo abracé.

—Soy yo él que te agradece por hacerme el hombre más dichoso del mundo —murmuró mirándome con esa mirada azul en calma, con el brillo en el mar de sus ojos—. Voy a cuidarte, voy a mimarte, si se te antoja algo no dudes en decirme.

Me sonrojé.

Estaba siendo muy cariñoso. Seguro no me dejaría mover un solo dedo.

Besó mi coronilla.

—No he tenido síntomas, no aún, ni siquiera antojos.

—A mí en cambio me han dado unos antojos de locos esta semana —sonrió recordando.

—Eres el padre, no todo me tiene que suceder a mí.

—Puedo con eso —se encogió de hombros —. Preparé la cena.

Asentí, por un momento olvidé nuestro alrededor. ¿Tendríamos una cena romántica?

—Eres increíble, me gusta lo que has hecho, todo ha quedado hermoso —alardeé mirando a mi alrededor.

La comida estaba deliciosa, incluso repetí. No me importaba que Max se riera de mi apetito voraz. Estaba embarazada, por lo que comía por dos.

Llegaron los síntomas.

Sentí ganas de vomitar todo. Solté el tenedor y corrí al baño principal.

Agradecí que Max llegara justo en el momento y recogiera mi cabello. 
—Está bien cariño.

—Estoy mareada.

Me cepillé los dientes y con su ayuda fuí a la cama.

...

La boda fue sencilla, entre amigos y la familia. Se llevó a cabo en marzo. En plena primavera. Incluso estuvieron presente Rebeka, Emma y Ava.

En medio de la celebración, Maximiliano pidió la atención de todos y dió la noticia.

—... ¡Tendremos un hijo!

Me felicitaron entre abrazos calurosos, algunas lágrimas por parte de Emma y las chicas, también.

El señor André se acercó y me estrechó entre sus brazos, sus ojos estaban llenos de lágrimas. Inevitablemente se  me pusieron los ojos acuosos. Su tacto, su cercanía... Me puso retrospectiva. 

Solía darme muchos abrazos cuando pequeña, hacía mucho que no recibía uno de su parte.

Tomó mi rostro entre sus manos.

Su mirada celeste se encontró con la mía. Podía sentir la atención de los demás sobre nosotros.

—Hice muchas cosas malas, como dañar la infancia de un ángel como tú, permitir que Marie fuera tan atroz. Me dejaba llevar por su locura, estaba completamente ciego. Estoy muy arrepentido, Emireth —su voz se quebró y la primera lágrima salió de mi ojo —. Perdóname, perdóname por favor.

Suspiré clavando el rostro en su pecho. —Tampoco fuí la mejor hija, crucé la línea, le ocultamos una relación prohibida y eso estuvo mal. Pero no me arrepiento ni un poco, de no ser por eso no tendría a Matt, ni este bebé en mi vientre, tampoco sería la esposa de Max —susurré apartando con delicadeza las lágrimas que rodaban por sus mejillas —. Por supuesto que te perdono André, y espero que tú a mí también.

—No tengo nada que perdonarte, Emireth, y felicitaciones —besó mi frente y me soltó.

Sonreí dejando un beso en su mejilla y volví con Max. En sus labios se formó una cálida sonrisa. Dejó la copa de champagne sobre la mesa y me atrajo a su cuerpo, rodeé su cuello.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.