CAPITULO 11 : ANORMAL

PROV KARMA

Sakura se comportaba de una manera muy rara y decidí averiguar lo que le ocurría. La campana de salida había tocado y todos se retiraban menos Sakura decidí salir y ver el por que no salia y ahí me di cuenta que esa pequeña peliceleste no solo era la mejor alumna del la clase 2-D sino que también era la presidente de esa clase. Vi que Sakura se iba a tardar y para no levantar sospechas decidí esperar en la puerta de la salida de kunugigaoka para poder saber que era lo que tenia.

Casi todos los estudiante de kunugigaoka habían ido a sus respectivas casas y los únicos que quedábamos eran Sakura y yo. Vi como Sakura iba saliendo del edificio de kunugigaoka dirigiéndose hacia donde yo estaba parado esperándola

Se había dirigido ala salida sin prestar atención en mi presencia salio como si nada y yo desesperado por saber que le pasa a esa peliceleste que estaba así desde la clase de literatura.

Sin pensarlo dos veces y yo con algo de frustración dije todo en esa diminuta frase 

 Karma: Responde ¿Que te ocurre?

Sakura: que me ocurre

Karma: si, hoy en el salón estabas muy rara

Sakura: Pues bueno Akabane-kun lo que me ocurra no es asunto suyo así que con permiso me marcho 

lleno de enojo e impotencia por la respuesta de esa pequeña peliceleste que me hacia salir de mis casillas. Precipitadamente tome su muñeca y la volteé hasta llegar a una pared, estaba tan frustrado por no obtener alguna respuesta o pista de lo que le pasaba a Sakura.

Karma: no te pases de lista niña

vi como Sakura bajaba la mirada y no me respondía a nada de lo que yo le había preguntado y lleno de furia y enojo la cogí más fuerte la muñeca.

Karma: !responde¡

Vi como Sakura se estaba enojando con todo lo que estaba pasando pero no era la única que estaba cansada y enojada de esto. De repente Sakura subió la mirada mirándome a los ojos de una manera muy retadora.

Esa mirada era muy penetrante y afilada donde había quedado esa mirada de inocencia y tranquilidad que siempre mostraba. Sentí como ella me daba un pequeño empujón para luego salir de ese lugar quedando yo estupefacto por su acción y con un gran tono carmesí en mis mejillas

Ella... era la primera persona que me miraba sin miedo y era la única que hasta ahora se había atrevido a enfrentarme.

Todo lo que estaba pasando había sido una locura, con los mil colores en mi rostro decidí dirigirme a mi casa ya que no sacaba nada quedándome ahí parada como imbécil.

En todo el trayecto del camino a casa no podía sacarme de la cabeza a esa peliceleste que últimamente me hacia sentir de una manera tan rara pero a la vez tan bonita.

Sin darme cuenta ya había llegado a casa. La casa como siempre estaba sola y silenciosa mi única compañía eran aquellas sirvientas que mi padre había contratado ya hace mucho tiempo.

Rápidamente subí a mi habitación dejando caer mi mochila al piso, dejándome caer sobre mi cama sin dejar de pensar en todo lo que había sucedido.Luego de unos minutos vino una de las sirvientas que era ya algo mayor.

Sara: Joven Akabane la cena esta servida

Karma: Sara ya te había dicho que solo me dijeras Karma

Sara: lo siento mucho Karma

Karma: No te disculpes Sara tu siempre has sido como mi madre

Luego de esa pequeña conversación con mi nana Sara baje hacia el comedor para poder cenar y luego retirarme ha dormir

Subí ha mi habitación para poder dormir pero fue inútil en toda la noche no pude pegar ojo solo podía pensar en esa peliceleste que se había atrevido a enfrentarme. De solo recordarlo sentía como los colores subían a mi rostro y mi corazón se comenzaba a acelerar de una manera impresionante