Sí podemos

Capítulo 01

TLALI – ÉPOCA 5, ESTADO 6, TIEMPO 08.

WOLKOV, MILS 26 – 15:38 PM, HORA ACTUAL.

- Ssshhh.

Indicó el pelinegro con su dedo índice entre los labios para los demás, ya estaban aquí. No podían echarse para atrás.

- Sabía que era mala idea escuchar a Mirai. - refunfuña por lo bajo un rubio.

- Cállate, Kai.

El pelinegro golpea a un rubio por detrás de la cabeza para que guarde silencio, si bien la idea había sido de la morena eso no quita el hecho que todos decidieron que se moverían del lugar.

- Ok, pero donde esto terminé mal, ella será la primera en ser lanzada. – dice el rubio mirando a todos para luego fijar la mirada en la chica morena. 

- Lo que digas, princesa.

Ríe por lo bajo la morena, para luego rodar los ojos cansada de la situación, sabía que era imposible, pero debían hacerlo. Esperanza, o, en otras palabras, optimismo estúpido. Estaban cansados, con hambre y sin información de sus familias, esto último es lo que los hace seguir adelante a algunos. Otros solo se aferran al hecho de querer vivir. 

- Hay que hacerlo. – pronuncia un albino ya cansado de la discusión. 

El pelinegro asiente, se da vuelta y se concentra para verificar con sus sentidos cuán lejos estaban esas cosas, determina que están lejos, pero no tanto como él quisiera, a esos desgraciados les tomaría escasos minutos llegar a dónde estaban. El pelinegro paso una mirada al grupo para luego detenerla en el albino, eso era una señal para prepararse. El pelinegro y el albino cruzan miradas. 

El albino asiente moviendo su mano y la dirige a la cancha de fútbol que estaba a varios metros lejos de ellos, y sin esperar, los chicos corren hacia la cancha de fútbol con todas sus fuerzas, el albino vuelve a mover su mano derecha y de un momento a otro el suelo de la cancha empieza a partirse en dos para abrir un camino inexistente. Los chicos al ver el camino aumentan la velocidad, pero detrás de ellos ya venían corriendo una nueva horda de aquellos que alguna vez fueron de su misma especie. 

- ¡SABÍA QUE ESTO ERA UNA MALA IDEA!

- ¡CÁLLATE KAI! 

WOLKOV, JOEV 20 – 2:00 PM,  6 DÍAS ANTES.

- ¡Raiden! ¡Raiden! ¡Raiden! ¡Despierta! - salta una pequeña rubia sobre un bulto que se encuentra en la cama.

- Alya, te escuché desde las escaleras.

Dice el bulto que está siendo aplastado por el casi nada de peso de la pequeña. Había escuchado los latidos de su hermana desde las escaleras, pero prefirió engañarse diciendo que era su gata, Zira, así que siguió en su plácido sueño, hasta que entró el renacuajo, como él suele llamarla. La niña subió a la cama y empezó a saltar sobre él llamando por su nombre, Raiden se quedó sin inmutarse, no era la primera vez que su hermana hacía eso, por ello, ya conocía la rutina, siempre terminaba aburrida y bajándose de él para luego terminar dormida a su lado. Alya seguía saltando, pero en eso su pequeño pie se enredó en la sábana y cayó, o eso es lo que debía pasar, pero el escenario era diferente al de una caída, ahí estaba su hermano sosteniendo la entre sus brazos. Ella solo pudo reír y su hermano suspirar. 

- Casi te caes, renacuajo. - dice el pelinegro bajando el cuerpo de su hermana para que toque el suelo.

- Sabía que tú me salvarías. Y mamá dice que te apresures, ya son las…- la niña achina los ojos para ver el reloj que tiene su hermano al otro lado de la habitación- 2:05 PM, llegas tarde, Rai.

- Vas mejorando.

- Lo sé, soy yo, Raiden. – dice su hermana para luego salir.

Este solo ríe por el comentario de la pequeña de 8 años, aunque es verdad lo que decía, el sentido de la vista ya estaba desarrollándose mucho más rápido que el resto de la familia. El reloj que ella está viendo era el de pulsera que le regaló su mamá, este se encontraba en su escritorio a varios metros lejos de lo que es su cama. 

- Pero te falta mejorar, hermana, son las 2:06 PM. Diablos.

Raiden se apresura al baño a ducharse lo más rápido posible para luego salir mojado y buscar en su armario el uniforme mientras se seca. Se observa en el espejo para acomodarse el uniforme. Primero acomodo la camisa mangas largas blanca, para luego colocarse el chaleco de tela negro con una rayas rojas en cada extremo del cuello y dos última en la parte de sus muñecas, una vez listo agarra su mochila y se acerca al escritorio a recoger el reloj para luego tratar de ponérselo. Bajando las escaleras se podía ver a una mujer rubia junto a una pequeña rubia comiendo huevos revueltos y pan tostado. La rubia más grande se acerca al joven y lo ayuda a ponerse el reloj, esté solo deja que lo haga.

- Señora Aurora, yo podía hacerlo.

- Claro, señor Raiden, para cuando lo hayas hecho posiblemente llegues a la tercera clase. 

Dice su mamá riendo y alejándose de él para luego ir a la cocina. Raiden se acerca a su hermana para despeinar su melena rubia, ella solo se ríe, Aurora se acerca con un sándwich y un jugo, para luego extenderlos a Raiden, él sonreí y la abraza, pero su sonrisa se detiene al ver el collar azul que porta su madre en el cuello. Tratando de recomponer su rostro para que su madre no lo vea se dirigió a la puerta y seguido de él estaba su mamá cargando a su hermana.

- Nada de multas, Raiden, ya tuve suficiente este mes y cuidado te atores. – dice su mamá refiriéndose a las llamadas de atención que recibía del Centro de Detención Especial.

- No es mi culpa que ellos sean lentos, ma. Bueno, las quiero, las veo más tarde.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.