"HASTA LAS CICATRICES BIEN CURADAS VUELVEN A DOLER DE VEZ EN CUANDO"
Llegue a mi casa, abrí la puerta, que estaba sin llave, al ingresar solo vi a mi mamá sentada en la mesa de la cocina, solo la ignore y subí a mi habitación, pero cuando estoy subiendo por las escaleras escucho como me llama.
-Jemisha, ven. –habla mi madre, suspiro pesado y me doy media vuelta y llegar junto a mi mamá, solo la miro seriamente, ella mantiene su mirada en la mesa.
- ¿Qué? – Pregunto, no me quiero quedar aquí y que mis hermanos vengan y empiecen a joderme la vida.
-Irás, te guste o no a la casa de tu abuela. – Dijo mirándome duramente. – Irás con tu hermano, por qué a tu padre no le va bien en el trabajo, tus otros hermanos irán con tus tías a quedarse allí, al menos hasta que la situación de tu padre mejore. – Dice de lo más simple.
-Lo dices como si tuviera opciones. – Digo molesta. – Nunca me dieron a elegir nada, literalmente yo no soy nadie en este lugar, no me interesa donde carajos voy a ir, con tal de salir de este maldito lugar. – Escupo con rabia y molestia.
Ella solo me mira, salgo de la cocina y voy a mi habitación ignorando los llamados de mi madre.
Entro a mi habitación y dejo mis cosas en mi cama, voy hacía mi armario y saco las dos maletas que tenía guardado en estas. Las coloco en mi cama, ambas abiertas, voy de regreso a mi armario y saco toda la ropa y las coloco en una de mis maletas, en la otra coloco mis cosas de aseo, libro, zapatos y cosas que utilizo diariamente.
(…)
Luego de haber empacado todo coloco las maletas en una esquina y voy a agarrar las cosas que aparte para usar después y me meto al baño a bañar.
Al salir reviso la hora, aún era muy temprano, 14:27, camino hacía la puerta de mi habitación y la tranco para que nadie me moleste, reviso si no tengo tarea y no hay nada, me acerco a mi cama y me recuesto en esta para poder descansar un poco.
Me recuerdo de todo lo que viví en estos 17 años de mi vida, lagrimas salen de mis ojos mientras imágenes de mi vida pasada regresan a mi cabeza, primero era realmente feliz y de la nada estoy llorando y sufriendo, sin nadie a mi lado.
Seco mis lágrimas, me levanto y voy al baño a lavar mi cara y me seco con una toalla para que nadie note que estuve llorando, Salgo de mi habitación agarrando mi mochila en la cual tenía cosas para curarme si me lastimaba de nuevo, salgo y la tranco para que nadie pueda entrar, giro mi cabeza y veo como Kevin también sale de su habitación que está un poco más lejos que la mía, solo ruedo los ojos y me doy la vuelta para seguir caminando, cuando estoy por bajar los últimos tres escalones, Kevin me llama.
-Jemisha… Espera. – Volteo a verlo y está bajando las escaleras un tanto rápido, cuando ya está cerca de mi volteo para ir hasta la puerta y salir, cuando toan mi mano. - ¿Me puedes escuchar? –
-Te voy a escuchar mientras camino… Ahora suéltame. – Me suelto de su agarre y sigo caminando y Kevin se pone a mi lado.
-Q-quisiera… Disculparme. – Pare en seco.
- ¿¡Qué!? – Lo miré incrédula.
-Lo que oíste… Quisiera disculparme. –Solo seguí caminando.
-Y ahora, ¿Por qué debo disculparte? – Dije arrogante.
-Por todo lo que te eh hecho. – Dijo bajando su cabeza. – Sinceramente… Extraño cuando reíamos, jugábamos, extraño cuando todo lo hacíamos juntos, pero desde que ya no eres amiga de Verónica, has cambiado, mucho la verdad, no hablabas mucho, ya no sonreías como antes, ya no vestías con ropa… ¿ehh?... ¿Cómo decirlo?... De tu estilo!... Por eso empezamos a molestarte… Para ver si volvías a sonreír, primero empezaron como bromas, pero ver que no reaccionabas, con el tiempo… Ya no fueron bromas… No dejas que nadie te toque, ya nunca sonríes, ya no nos hablas, incluso nos ignoras… -
- ¿En serio pretendes que te perdone, si tú mismo admites que me molestaron durante años y que no fue una broma? – Lo mire sin expresión alguna aún caminado, tenía los ojos aguados y sus labios temblaban, no perdonare tan fácil le haberme humillado así. - ¿Pretendes que te perdone así de fácil, cuando me has insultado, maltratado y humillado en frente de muchas personas?... ¿Acaso pretendes que te perdone cuando ustedes mismos fueron la causa de que no vuelva a sonreír?... ¿Quieres que te perdone el que mi propia familia me haya quitado mi felicidad y mi tranquilidad?... ¿¡PRETENDES QUE TE PERDONE EL AVERME GOLPEADO ASÍ!? – Sus lágrimas salían por montón. - …Kevin – Me miro con un brillo en sus ojos. - ¿En serio pretendes que olvide todo lo que paso? - En ese momento llega a mi mente el como él me estaba golpeando frente a todas las personas por el simple hecho de no haberle prestado dinero. – No olvidare nunca todo por lo que me hicieron pasar, como me golpeaban sin compasión alguna, por qué cuando yo más necesité de ustedes, ustedes solo hacían bromas, cuando necesite un abrazo, ustedes me dieron un golpe, cuando necesite una palabra de consolación, ustedes me dieron palabras de odio, a pesar de que ustedes siempre estuvieron en casa, siempre me sentí sola, nunca en mi maldita vida ustedes me apoyaron, nunca se enorgullecieron de mis logros solo se burlan de mi capacidad cuando saben que soy mejor que ustedes, solo me miran como un juguete con el cuál desechar su ira o enojo. – Me detuve a decirle todo eso mirándolo a sus ojos mientras que de los ojos de él solo salían una lágrima tras otra. – Cuando habías tenido la oportunidad de disculparte hubieras venido, pero supongo que tu orgullo no te lo permitió, ahora no vengas a rogarme nada, ahora solo son una molestia para mí, por qué antes si les consideraba mi familia. – Sonreí de costado mientras que mi vista se tronaba borrosa, pero no iba o llorar más, al menos no frente a él, antes de que pudiera hacer o decir otra cosa me di media vuelta y seguí mi camino dejándolo atrás, mis lágrimas salían de a poco mientras caminaba, debo admitir que hasta a mí me dolió lo que le dije, pero no voy a perdonarlo así de fácil, primero tiene que saber por todo lo que pase, solo que no lo va saber de mí, que lo descubra por sí solo.