Si tan solo no fuera... yo!

Capítulo 12:

“ME GUSTARIA PODER SER COMO LOS DEMÁS Y PODER AMARME A MI MISMA, PERO COMO PODRIA HACERLO SI ODIO TODO DE MÍ Y TODO LO QUE HAGO LO HAGO MAL”

 

 

Estoy sentada en mi cama mirando las estrellas, no eh podido dormir en más de dos días, mañana tengo clases, pero estoy cansada, no logro conciliar el sueño, tengo miedo de volver a dormirme y que algo malo me pase, tengo ojeras enormes, mis abuelos y hermano no los notan porque uso maquillaje, mucho maquillaje.

Agarro mi celular que está en el escritorio de al lado, 10:02, es tarde, pero aun así la llamare, busco su número entre mis contactos y la llamo.

Primer tono…

Segundo tono…

Tercer tono…

- ¿Hola? – Habla somnolienta.

 -Hola, Evelin… - Hablo suavemente, al parecer la desperté.

- ¡Oh!, Jemisha, ¿Qué paso? – Bosteza.

- ¿Te desperté? -  

- No te preocupes por eso… -

-Si quieres puedo llamar mañana por la mañana, antes de que entres a clases. –

-No, no… Puedes hablar ahora. Dime, ¿Qué pasa? –

-Es que… no puedo dormir, pensé que seguirías despierta, esta es la tercera noche que no puedo dormir… - dije sincera.

- ¿Por qué no puedes dormir?, ¿Te sientes mal? –

-… La verdad… es que tengo miedo… por qué a mí me atraparon mientras dormía, y tengo miedo de que algo malo suceda mientras duermo… -

-Nada malo sucederá… No tengas miedo… Estoy segu… ¿Uh? –

- ¿Qué sucede? –

-Eve… - se escucha un bostezo.

- ¿Qué paso?, ¿Por qué no duermes? Pedrito… -

-Hace musho luilo, y no puelo lomil – vuelve a bostezar.

- ¿Puedo hablar con él? – pregunto.

- ¡Oh!, claro… ten Pedro… -

-UH…?, ¿Quie e? –

-Hola, pequeño –

- ¿¡Jemisha!? –

-Sí pequeño, ¿Cómo estás? –

- Hola, etoy cansalo… -

-Bien, descansa pequeño, tienes que tener energía para jugar mañana –

-Ok, tu tamien – Bostezo de nuevo.

-C-claro pequeño –

-Se durmió – habló Evelin riendo bajo.

-Jaja… bien, supongo que también quieres descansa, te dejare para que duermas. –

-Claro… hablamos mañana. –

-Está bien adiós – Corte.

 

(…)

 

-Jemisha!... Jemisha!... – Los llamados se hacen cada vez más cerca, abro de a poco mis ojos. – Jemisha!... ¡Despierta!... – Escucho como me habla Kevin, me levanto de golpe, veo a Kevin sentado al lado de mí. – Te quedaste dormida, vamos, ya es hora de ir casa. – Hablo y se levantó de la silla.

-Eh…? Si, si – Junte mis cosas y los guarde en mi mochila, me levante y me fui detrás de Kevin.

Me había quedado dormida en medio de la clase, suerte que era una materia la cual manejo muy bien así que no habrá problemas, sobe mis ojos y bostece, llegue junto a Kevin y caminamos hasta la salida sin antes pasar a agarrar unas cosas de nuestros respectivos casilleros.

Caminábamos en silencio por la vereda, estaba literalmente pegada a Kevin, Tengo miedo de que algo me pase, desde hace dos días que no salgo de mi habitación, excepto para comer o ayudar a mis abuelos.

Por lo de Tobías, mi abuela había levantado una denuncia contra él, y desde entonces nadie más lo vio por ningún y tampoco a ninguno de esos hombres que estaban con él, la evidencia fue que encontraron sus espermas dentro de mi cuerpo, creo que este fue el trauma más grande que eh tenido en mi vida, también se lo conté a Evelin, a mis padres y a otros hermanos, les pedía mis abuelos y a Kevin que no les dijeran nada, y tengo mis razones, primero: no quería que se armara un lio y todos se terminaran enterando de lo que me paso, segundo: les conté a mis abuelos que mi padre me había violado cuando tenía doce, no se lo tomaron para nada bien, ya que era su hijo, iban a hablar con él pero yo les pedí que no dijeran nada, no quería volver a desenterrar ese doloroso pasado que una de mis primeras traumas. Y tercera razón: si quiero olvidarlo tengo que superarlo, y si saco toda la verdad a la luz creo que no voy a poder.

A unas casas más vi la casa de mi abuela, miré a mi alrededor, no había nadie cerca, entonces empecé a correr hasta llegar, entre rápido y me subí a mi habitación, no vi a mis abuelos por ningún lado así que simplemente subí.

Me encerré de nuevo a mi habitación, me fui al baño y me miré al espejo, cada día están más grandes mis ojeras, incluso ahora se notan con el maquillaje que tengo, tome mi rostro entre mis manos y me senté encima del retrete, estire mis cabellos con mis manos y bufe, creo que me estoy volviendo loca, cada día estoy peor que el anterior, no puedo dormir, no puedo comer, le tengo miedo a totalmente a todo ahora, ni siquiera puedo mi actitud frente a la gente.

Me levante del retrete y me fui a la cama, tratare de dormir un poco, cosa que no puedo desde hace días y tampoco creo que lo pueda ahora.

Toc-toc-toc

Escucho como tocan la puerta de mi habitación y me asusto, me levanto con cuidado y me acerco lentamente a mi puerta.

- ¿Quién es? – Hablo alzando un poco la voz.

-Soy Kevin… baja a comer, el almuerzo ya está listo. – Dice cerca de mi puerta.

-B-bien… bajo en un momento… -

-Está bien, pero no te demores. – Habla y escucho como se aleja.

Me voy al baño con mi maquillaje en mi mano y me miro al espejo, mis ojeras son enormes, me aplico un poco de polvo con color al tono de mi piel y luego con un colorete pinto mis labios que están pálidos y mis mejillas las pinto con un polvo de color rojo, se nota menos la falta de sueño, guardo mis cosas lavo mis manos y salgo sin antes dar una pequeña mirada de nuevo al espejo para no cometer errores.

Salgo de mi habitación y bajo a la cocina, la verdad no tengo hambre, pero no quiero preocupar a mis abuelos entonces bajare a comer un poco y me pondré una excusa.

En la cocina ya estaban mi abuelo y Kevin sentados en la mesa mientras mi abuela servía el último plato que supongo era para mí, me acerco primero saludo a todos y luego me siento, bajo un poco la cabeza para que no noten mi falta de sueño, mi abuela me acerca mi plato con la comida le agradezco y cuando voy a agarrar mi cuchara noto que mis manos tiemblan, trago grueso y cierro fuerte mis ojos, agarro la cuchara con un poco de dificultad y empiezo a comer, mis manos siguen temblando y en un descuido se me callo un poco del caldo en mis piernas, cosa que provoca que me mueva repentinamente en mi lugar y caiga todo el caldo que estaba en mi cuchara sobre mis piernas, chillo despacio en mi lugar para que nadie se dé cuenta de lo que paso y creo que nadie se dio cuenta, levanto un poco la vista y así era, nadie se dio cuenta; sacudo disimuladamente mi pierna y vuelvo a comer, cosa que no lo puedo lograr por qué me empieza a dar pequeñas arcadas.



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En el texto hay: soledad, depresion problemas familiares

Editado: 22.03.2022

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