“SOY DE CARÁCTER FUERTE, PERO SOY UNA BUENA PERSONA; SOY UNA MEZCLA ENTRE MUCHAS DECILUCIONES Y UNAS INMENSAS GANAS DE SONREÍR”
Tip~ Tip~ Tip~ Tip~
Hacía frio, el lugar se sentía húmedo y solitario, intento moverme, pero me es imposible por qué siento como algo está introducido en mis antebrazos, siento un dolor inmenso en todo mi cuerpo, con mucho esfuerzo intento abrir mis ojos y acostumbrarme a la luz; al conseguir abrir totalmente y sin dificultad mis ojos, veo que estoy dentro de un cuarto totalmente blanco con aparatos que utilizan los doctores; trato de sentarme en la camilla y al lograrlo entra un doctor, me mira contento y con miedo…?
-Despertaste – Habla y a los segundos se acerca a mí, intenta tocarme, pero me alejo al instante. – No tengas miedo, no te aré daño, solo quiero saber cómo te encuentras. – Dice retrocediendo y sentándose en una silla que estaba a unos pasos hacia atrás de él.
-Estoy cansada y confundida. – Me pongo a la defensiva, baja la cabeza con un pequeño suspiro.
-Estás en un hospital, estás aquí por qué te desmallaste cuando estabas con tu amiga… - Lo interrumpí al recordarme de todo.
- ¿Dónde están? – Me miró confundido y con el ceño fruncido. - ¿Dónde están Evelin y mi pequeño? –
- ¡Ah!... Están en la sala de espera, los llam… -
-No. – Lo interrumpí nuevamente. – Yo iré junto a ellos. – Al poner un pie en el piso, este estaba terriblemente frío, pero no me detuve, me levante totalmente y me tambaleo un poco, me sostuve de la camilla y en eso el doctor se levantó para e intenta sostenerme. – Por favor, no me toque. – Lo miré seriamente.
-No puedes caminar sola. –
- ¡Entonces tráigame algo con el que pueda caminar! – Exclame ya frustrada, él asintió con la cabeza y se fue casi corriendo, me siento de nuevo en la camilla a esperar a que traiga algo con el que pueda caminar.
Al reto llega con una andadera, se acerca y lo posiciona en frente de mí, me sostengo con ambas manos por la andadera y me levanto con cuidado, suspiro y comienzo a caminar lento, el doctor fue a abrir la puerta y salgo por está asintiendo con la cabeza en modo de agradecimiento, me indica por donde debo de ir, caminamos derecho por un largo tiempo, luego giramos a la izquierda y el doctor abrió ambas puertas que estaban frente a mí, entro y veo mucha gente, algunos llorando, otros con sus celulares, otros se notan inquietos, había embarazadas y paralíticos, algunos hablando con la persona a su lado, los busco con la mirada y en una esquina al fondo logro ver a Evelin sentada sobre un pequeño taburete, sus padres están junto con ella y pude ver a mi pequeño en los brazos de su mamá dormida.
Caminé de nuevo hacia a ellos, caminaba lento sin atraer la mirada de la gente, el doctor caminaba detrás de mí, cuando estuve a unos pasos de ellos, Evelin levanta la mirada y me ve, se levanta casi saltando.
- ¡Jemisha! – se acerca a mí rápido, me mira con preocupación.
-Evelin… - Me interrumpe.
-Lo siento, no debí de decir todo lo que te eh dicho en la casa, lamento que estés pasando por esto, es mi culpa, nunca debí alzarte la voz, sé que te preocupas y darías todo por nuestro bien estar… Lo lamento, enserio. – Unas lágrimas abandonaron sus ojos, me acerque a ella y las limpie con mis dedos.
-Ya no llores, ya todo está en el pasado, soy yo la que debe de pedir disculpas por no confiarte mi secreto, eres mi amiga, y no quiero perderla… - Esboce una sonrisa al igual que ella, me acerqué lentamente y la abrace por un momento, me separe y fuimos junto con sus padres y mi pequeño.
Al llegar al lugar, los señores se levantaron.
-Quisiera pedirles una disculpa, por hacer que estén aquí… -
- ¿Qué dices?, No te preocupes, siempre tratamos de ayudar a la gente, tú no eres una excepción… Estaremos a tu lado siempre, de eso no lo dudes… - Habló la madre de Evelin, el doctor se acercó a nosotros.
-Señorita… - Llama mi atención el doctor y lo miro al igual que la familia de Evelin. – Quisiera hablar con usted… - Miro a su alrededor. – En privado, no quiero molestar a estas personas. – Asentí con la cabeza. – Sígueme por favor… - Mire a la familia de Evelin. – Pueden acompañarla, así también pueden estar informados. –
Y así todos nos fuimos a la oficina del doctor; al entrar todos tomamos asiento, y el doctor comenzó a hablar.
- ¿Tú sabes de tu condición? – Lo miré con el ceño fruncido y negué con la cabeza. – Dime, ¿Has tenido algún malestar, dolores o algo? – No quería preocupar a la familia de Evelin, pero debía de decirlo.
-Cada vez que intentaba hacer algo me empezaba a doler todo el cuerpo y me empieza a temblar el cuerpo, apenas puedo cargar las cosas o a mi pequeño, duermo demás, me pican los ojos, sudo frio y de vez en cuando mi corazón late más rápido de lo normal… luego de comer voy y vomito todo, y de vez en cuando me duele el estómago… - Hable un poco rápido.
-Bien, ¿No has ido a ningún doctor estos días? – Me pregunto de vuelta.
-Planeaba ir a uno dentro de dos semanas… ¿Qué tengo doctor? – Hablé ya un poco preocupada.
-… Tienes hipoglucemia… La hipoglucemia es una afección en la que el nivel de azúcar en tu sangre, es más bajo que lo normal… Puede que suene algo sin tanta importancia, pero la hipoglucemia si no se trata puede causar; convulsiones o pérdida del conocimiento o en los peores casos la muerte, así que para evitar eso necesitas tratamiento de inmediato… - Me quedé analizando unos segundos lo que me acaba de decir.
-Pero… ¿Por qué vomitaba después de cada comida o cuando intentaba comer algo? –
-Cada vez que quieres comer, tu sistema digestivo no se adecua a ciertos alimentos, lo que produce que tu organismo responda de forma negativa, es decir tu cuerpo rechaza la comida que sueles consumir y lo regresa todo. – Explico con detalle.