Capítulo 20:

“TODOS TENEMOS ALGO QUE NOS HACE ESPECIAL. YO POR EJEMPLO: TENGO UN HERMOSO MAL CARÁCTER”

-No es necesario, de verdad, solamente en un problema familiar. – Kevin le explico con calma al padre de Evelin.

-Que violen a tu hermana no es un simple problema familiar. – Acuso la señora Marta. – Tenemos que hacer algo. – Demando. – Ya que no solo te violo a ti, por lo escuchamos, también a tu madre. –

-No es que no queremos meterlos en esto, es que ya me han ayudado demasiado y siento en deuda, además de que ya no quiero que se preocupen por mí, ahora estoy bien, y si ustedes están a salvo estaré más tranquila. – Hable sincera. – Ya me han ayudado bastante, y les agradezco por eso, pero ahora solo quiero que estén tranquilos, no quiero meterlos en mis problemas, sé que ustedes tienen los suyos, no quiero que los tengan más, solo no se preocupen, estaremos bien. – Ellos suspiraron y asintieron.

-Está bien. – Acepto la señora Marta. – Pero cualquier cosa que necesiten no duden en pedirlo. – Asentí con la cabeza.

-Muchas gracias, por comprender. – Agradeció Kevin. – Bien, ahora sí, ya me tengo que ir. – Se acercó a mí y dejo un beso en mi frente. – Que tengan todos una buena noche. – Hizo un ademán con su mano en forma de despido y se fue.

-Entremos. – Habló el padre de Evelin una vez ya no veíamos a Kevin, todos entramos a la casa.

Los padres de Evelin fuero a su cuarto, Evelin fue a la suya y cuando cerró la puerta de su cuarto yo entre a la de mi pequeño.

Cuando entre escuche unos suaves sollozos, me acerqué rápido a la cama y me coloque de cuclillas frente a esta, destape con cuidado a mi pequeño, vi que estaba en posición fetal y lágrimas Salían de sus ojos y negaba con su cabeza.

-Tiene una pesadilla. – Pensé.

Me senté al borde de la cama y con mis manos levante a mi pequeño, lo atraje a mí y lo acurruque entre mis brazos.

-Shh, Shh, Pequeño… Ya tranquilo… - Hablaba mientras le acariciaba su cabeza y de vez en cuando le daba uno que otro beso.

De a poco se tranquilizaba y abría sus ojos, sus mejillas estaban con pequeño tono de color rojo, estaba sudando frío y sus manitas temblaban; me miro asustado por unos segundos luego me abrazo con fuerza mientras sollozaba; le sobe la espalda y le correspondí el abrazo, deje un casto beso en su frente.

-Tranquilo mi pequeño, todo está bien, no temas. – Le susurraba en el oído. – Ya no llores más, solo fue una pesadilla. – Trate de calmarlo.

-T-tenía… mielo – Me abrazo más fuerte.

-No tienes por qué temer, yo estoy aquí y siempre te voy a cuidar, así que no tengas miedo. – Asintió con la cabeza.

Hice a un lado la frazada y me acomode en la cama, me puse de costado y en esa posición abrace a mi pequeño, su cabeza encima de mi brazo, sus brazos rodeándome por mi cuello y sus pies sobre mis piernas.

- ¿Estás bien mi pequeño? – Pregunte dejando un beso en su cabeza, asintió mirándome con detenimiento, le regale una leve sonrisa. – Bien… Ahora, vuelve a dormir. – Le hable suavemente.

-Ok. – Con una sonrisa en sus labios cerró sus ojos.

Copié su acción, cerré mis ojos y me dispuse a dormir y a olvidar lo que sucedió hace un rato, cuando de pronto siento como me besan en mis labios, abro los ojos y me encuentro de nuevo con la sonrisa juguetona de mi pequeño.

-Con que quieres jugas, ¿Eh? – Se cubrió por completo con la frazada y escucho su risilla, me siento en m lugar y de un tirón le saco de encima la frazada, se empieza a reír a carcajadas, me abalanzo sobre él y le empiezo a hacer cosquillas mientras reparto besos como puedo sobre su rostro.

-N-no… jajaja… P-ala… No… - Balbuceaba ya que no podía hablar bien de las risas.

- ¿Quieres que pare? – Asintió frenéticamente en medio de las risas.

-S-si… si! –

-Está bien. – Me separé de él y me volví a acostar a su lado, se sentó en su lugar y me miro con su ceño fruncido. - ¿Qué? – Me hice la inocente.

-Quielo besos. – Hablo haciendo un puchero tratando de verse enojado, en cambio se veía tierno.

-Pero dijiste que parara. – Acuse.

-Shi, pelo no co lo besos – Se cruzó de brazos y se dio la vuelta mirando asía la pared.

Me reí negando con la cabeza, me senté cruzando mis piernas y extendiendo mis brazos agarré a mi pequeño quién se sorprendió por el acto, lo senté sobre uno de mis cuartos y lo miré por unos segundos para luego acércame lentamente y dejar un beso sobre sus pequeños labios, él, quién seguía de brazos cruzados ahora rodeo con sus brazos mi cuello y con sus piernas mi cintura, yo rodee con mis brazos su espalda.

Me separé un poco para que no le faltara el aire a mi pequeño, lo miré detenidamente, moviendo los mechones de cabello que cayó sobre su frente me acerco de nuevo y lo beso, pero este beso era más suave, más relajado y tranquilo, con este beso estoy expresando todo el amor que le tengo a mi pequeño al igual que él, con este beso afirmo que él es mi primer y único amor, que él será siempre mi más grande anhelo y deseo, será mi debilidad y mi fortaleza; no me separaré de él nunca, por él voy a luchar, para estar con él, mi pequeño.

-Te amo, Pedro, mi pequeño, te amo. – Susurre mientras juntaba nuestras frentes y dejaba otro beso en sus labios.

-Te amo. – Susurro al igual que yo.

Lo abrace e hice que su cabeza descansara en mi hombro, y mi mentón sobre en suyo.

Minutos después se quedó dormido nuevamente.

Me acomode junto con él en la cama para poder dormir.

(…)

Me desperté abrutadamente cuando escuche sonar mi celular, me fije primero si no había despertado a mi pequeño, veo que sigue dormido entonces con cuidado me levanto y tomo mi celular, voy al baño de mi pequeño y veo quién me llamaba, pero cuando iba a revisar se cortó, entonces entro al buzón y tengo más de veinte llamadas perdidas de mi madre y mi hermano, busco su número y la llamo, al segundo tono contesta.