Un lugar, una imagen, un color, un aroma son detonantes del recuerdo y el tiempo es el que pinta sobre ellos la nostalgia, una palabra que etimológicamente significa dolor por el pasado y que en mi posición tal vez si tenga sentido ese concepto. Pero ¿Hay algo más? Porque el hecho de conservar esos recuerdos me hace sonreír y a la vez suspirar, como si evocar algo en mi memoria se tratara de acompañarme de fantasmas gentiles pero duros, distantes y con un eco largo en mi cabeza como una intermitente mientras considero que conservarlos es un honor cuyo precio en ocasiones es una punzada en el pecho.
Tal vez la pequeña cineteca, específicamente el espacio para las funciones al aire libre, parezca no ser un lugar especial y más porque hoy puede estar vacío, pero ahora que terminamos de comprar algo de comida chatarra y por mi parte otro encendedor decido que te llevaré allí aunque mi esperanza de que tengas alguna conexión es nula. Solo quiero llevar a mi novia a un lugar que nos vio siendo un par de chicas divirtiéndose con sus amigos o escabulléndose para encontrarse de vez en cuando. No lo hago con la intención de lograr que recuerdes, solo quiero que sepas que es espacial para mí, al menos ya tendrás ese secreto que estaré encantada de compartir nuevamente contigo.
—¿A dónde iremos?
—De todas formas lo sabrás cuando lleguemos.
—¿Por qué tanto misterio?
—Me da curiosidad lo que puedes esperar así que ya me dirás si era algo que imaginabas.
—Solo espero que no sea la sorpresa de una casa abandonada o algo macabro.
—Puedes estar tranquila, eso será para Halloween.
Enciendo el motor y me cercioro de los autos antes de salir del estacionamiento.
—Cinturón por favor.
Buscas en el asiento y lo colocas inmediatamente.
—Listo.
—¿Quieres poner música?
—¿Puedo buscar en tus playlist?
—Claro —Sin quitar la vista del camino te paso mi celular que extraigo del bolsillo de mis jeans— En la guantera debe de estar el auxiliar para que lo conectes.
—Tienes a algunos artistas que me gustan.
—Tengo de todo, puedes encontrar música demasiado hipster diría Jeff, puedes encontrar una lista de canciones setenteras o una de puro metal. Tampoco te sorprenda encontrarte algo en otros idiomas.
—Me da curiosidad todo.
—La tercer playlist tiene de todo.
—Será esa entonces, veamos que sale.
—Perfecto, también tienes a Led Zeppelin y a... Frank Sinatra —sonríes mientras siques leyendo— vaya que tienes de todo.
—Elige la que gustes.
—Pongámosla en aleatorio porque si veo a alguno que me gusta es más fácil que lo ponga.
La primer canción en escucharse es French Class de Halfnoise y cuando te volteo a ver en un alto noto que estás concentrada en el ritmo y comienzas a moverte.
—¿Te gusta? —digo mientras avanzo.
—Sí
—Bueno pues el chico que canta es el líder y es el baterista de Paramore, Zac Farro. ¿Ya conoces a la banda no?
—No conozco tanto de la banda pero me gusta mucho, no sé cómo no había escuchado de él.
—Tienen buenas.
Cuando termina vuelves la vista al celular para ver la que sigue.
—Está se escucha triste.
—Así es Daughter, si quieres entrar a ese modo esa banda queda bien aunque no tengo muchas de esa, no es mi favorita.
—Creo que prefiero seguir escuchando unas más alegres.
Pasan dos canciones antes de que te detengas en una setentera, entre ellas una de metal que espero no te haya provocado un infarto con el vocalista.
—Estoy a nada de pedirte que detengas el carro para bailarla.
—Te creo.
—Supongo que te gusta bailar.
—Pues sí pero una cosa es que me guste y otra muy distinta a que lo haga bien.
—Bueno, al menos lo disfrutas. Sería muy triste ser de los que se quedan sentados.
—Antes era así pero cuando te das cuenta lo mucho que puedes divertirte dejas a un lado esas tonterías de que por pena no quieres bailar.
—Cuando mi coordinación mejore espero poder bailar, me gustaría inscribirme a alguna clase.
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Editado: 25.07.2019