Siempre Cerca Nunca Juntos

Tres deseos.

Enero terminó rápidamente y junto con él se llevó el frío de febrero, para darle paso a un caluroso y estresante mes de Marzo. Los días últimamente se iban volando en patadas.

El mes anterior -Febrero- me la había pasado estudiando interminablemente para recuperar algunos trabajos que no había podido entregar a tiempo a causa de mis varios reportes por indisciplina. No había ayudado mucho sentir la presión de los exámenes que se habían aproximado para la segunda semana de Marzo (Los cuales me habían tenido temerosa).

No hacía falta recordar que lo único que había hecho pasable el mes anterior. Había sido la compañía del castaño, Iker, mi novio, el cual iba un año más adelante que yo en el instituto y me había ayudado varias veces a estudiar e investigar trabajos de idioma para el señor Ramírez, quien al parecer me odiaba con todo su ser, y aún no superaba la falta de respeto que había tenido sobre él en el mes de enero, cuando junto a Glenn y John, nos habíamos reído descaradamente de él en su clase.

aunque el recuerdo de aquel día no era tan gracioso como pretendía serlo. Al final Iker y yo habíamos terminado en la enfermería gracias a Alex... Quien había ido a estudiar solo tres días después del incidente y luego no habíamos vuelto a verle y eso era gracias a Iker, quien había amenazado al director de quitar la ayuda económica si no le expulsaba por haberme abofeteado.

Según había escuchado por ahí, había tenido que terminar sus estudios en el pequeño instituto del otro pueblo más cercano, donde vivía su tía.

Hablando de cosas horripilantes y nada agradables, estaba Lina, de quien me había dado cuenta su nombre completo era Lina Marcela. Por un momento había llegado a pensar que había inventado un nombre para hacerse pasar por otra persona, pero eran solo babadas mías. Como ya se sabía, la babosa jamás había estado embarazada, y aquella barriga que se le había empezado a marcar solo era una muestra de la gordura que estaba desarrollando de tanto tragar grasa.

Glenn me había contando que cuando le preguntó a ella por Edwin, al parecer ésta solo había roto a llorar y había acusado al rubio de haberle destrozado para siempre. Glenn había roto cualquiera contacto con Lina y su familia, la cual lo destetaba notablemente... Una verdadera lástima.

Por otra parte estaba Gaia, que al igual que yo, el mes pasado había estado más irritante que nunca. Los exámenes la habían llevado a otro límite, casi ni nos habíamos visto porque según ella necesitaba paz para repasar y aprobar todo el trimestre.

Recuerdo que Iker había hecho una noche de películas en su casa la tercer semana de febrero y cuando Gaia había llegado y había visto a Glenn sentado en una de las sillas, se había marchado furiosamente dejándonos a todos con la boca abierta. Yo había tratado de hablar con ella pero al parecer también se había molestado conmigo. Parecía que la relación de esos dos en vez de mejorar cada vez era peor, y estaba por volverme loca a mí.

Ayer había sido el último examen del mes de Marzo, y gracias a todos los Dioses, yo creía que me había ido lo suficientemente bien para poder seguir al otro trimestre sin repetir ninguna materia.

Aún estaba un poco tensa por la semana anterior, pero por fin podía respirar mejor. Ya no sentía la opresión en mi pecho que indicaba que estaba preocupada...

Estaba caminando por la avenida bajo el fuerte sol que estaba bañando las calles de un calor insoportable, al parecer la frescura del pueblo había desaparecido junto al mes de Enero y Febrero.

Pasé corriendo cuando un auto avanzaba rápidamente y en dos segundos estuve al frente de la biblioteca. Había quedado de ver el castaño ahí.

Últimamente estábamos más apegados que nunca, estos dos meses y medio habían servido para fortalecer nuestra relación de una manera única. No había un solo día donde no habláramos e intentáramos vernos y hacer una pequeña sesión de besos y abrazos.

Entré en el paraíso cuando abrí la puerta de la biblioteca y pasé junto a la recepcionista que siempre decía las palabras "Pasa querida, bienvenida al hogar de la lectura. Siéntete como en tu casa. Toma el libro que desees y antes de marcharte, regístralo"

Después de un breve saludo, caminé rápidamente hacia la parte trasera del lugar donde siempre nos hacíamos los dos. Doblé primero por un pasillo donde se leía la categoría "Terror" y después llegué a otro donde decía "Fantasía". Seguí caminado hasta llegar al final del corredor atestado de libros, y ahí lo noté. Iker estaba concentrado en el libro que tenía al frente. Su ceño se frunció ligeramente y luego una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

-¿Qué estás leyendo? - Pregunté, mientras me sentaba junto a él.

Arrastró la mirada de su libro para posarla en mí. Sus ojos marrones siempre tenían ese efecto en mí, eran tan cálidos que podri...



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Editado: 10.06.2018

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