Siempre Estuviste Allí

Capítulo 26

Ya en el auto, se había interpuesto un silencio incomodo entre nosotros, quería romper el hielo que nos separaba, pero no sabía como

-Ale... lo siento, no quise incomodarte- quite la vista de la carretera para verla

-No pasa nada- volteo a verme con media sonrisa

Volví a fijar la mirada en la carretera, pero había algo que todavía hacía falta por contarle

-Te tengo que decir algo, peque- volteo a mirarme confundida

-Dime- dijo, y yo estaba nervioso por contarle no sabía si se iba a molestar conmigo por habérselo ocultado todo ese tiempo, solo esperaba que me entendiera

-Bueno… eh- tartamudee agarrando mi cabello y echando hacia atrás en forma de nerviosismo- Yo sabía que Sebastián te engañaba con Laura, yo te lo quería decir, pero no encontraba la manera correcta o el momento- la vi y no tenía expresión alguna en su rostro- Yo lo confronte diciéndole que te tenía que decir la verdad o que si no yo lo haría, pero él mismo dijo que lo haría así que yo calle, debí decírtelo antes

Estacione el carro a un lado de la carretera para poder hablar bien y sin inconveniente. Todo estaba en silencio los dos estábamos sumidos con la vista hacia el frente, hasta que ella hablo:

-Esteban no tienes la culpa, no tienes por qué echártela, lo hiciste por protegerme y te estaré eternamente agradecida por eso- sonrió

-¿Enserió?- la mire neutro, suspire

-Enserió, no estoy molesta, jamás me molestaría contigo por haberme protegido, aunque también fue bueno que no me dijeras nada- fruncí el ceño confundido- Si, veras si me hubieras dicho eso desde el principio no te habría creído, porque estaba cegada- bajo la cabeza para después levantarle y negar- Así que creo que fue lo mejor al enterarme de esa manera- rio falsamente dirigiendo la mirada hacia la ventanilla

-Mírame- volteo a verme- No tenías porque enterarte de esa manera, nunca debiste enterarte así, merecías que te dijeran la verdad frente a frente- la mire con una sonrisa- Mereces algo mucho mejor que ese idiota

-Sí, así lo creo- sonrió

-¿Qué quieres hacer ahora?- suspiro

-Tomarme un tiempo para mí, creo que es lo mejor, y con respecto a…- la interrumpí sabiendo lo que iba a decir

-No te preocupe por mí- dije - Te voy a esperar, no importa el tiempo que sea, te voy a esperar- sonrió

-¿Pero, y si te cansas?- inquirió con tristeza en sus ojos

-Jamás me cansaría de esperarte, ya nos separamos una vez, no voy a dejar que otra vez nos separemos. Te esperaré hasta que estés lista ¿Si?- asintió para después abrazarme

-Gracias, mi saltamontes- reímos separándonos uno del otro

-¿Vamos?- asintió con una sonrisa

“El verdadero amor se perdona

No abandona, no se quiebra

Y sobre todo no se presiona”

 

Alejandra

Había pasado ya 2 meses y ya todo estaba marchando acorde, ya no tenía que soportar a Sebastián pidiéndome perdón a cada momento, porque practique algo que se llamaba el “perdón”, y si sé que dirán que es algo cursi y tonto, pero era necesario para poder cerrar esa herida que me había dejado. Hace dos semanas aproximadamente Sebastián se presentó en mi solón después que había sonado el timbre y todos hubieran salido. Cerrando la puerta del salón detrás de él, voltee a mirar quien era y estaba él con su mirada fija en mí

-¿Qué quieres?- baje la mirada hacia mi bolso donde estaba guardando todas mis cosas, se acercó a mi

-Tu perdón- respondió dejándome inmóvil

-Ya lo tienes- lo mire y tenía una gran sonrisa

-¿Eso quiere decir que...?

-Que te perdone, mas no volveré contigo- desapareció esa gran sonrisa para reemplazarla a una serio

-Pero, yo te amo- tomo mis manos

-No lo creo

-¿Qué no crees?- pregunto

- Si de verdad me hubieras amado, no me hubieras mentido de esa manera ¿No crees?- lo mire y tenía sus ojos cerrado- Tenemos que terminar con esto Sebastián- abrió los ojos para mirarme y asentir

-Si crees que es lo mejor

-Si es lo mejor, ya verás que te ira bien, nos ira bien, ya necesitamos soltar para no lastimar, para no lastimarnos más- suspire para no soltar el llanto que llevaba dentro de mí

-¿Para estar con él?- reí negando

-No, lo hago por mí, lo hago para cerrar una herida que quedo abierta, así que no, no es por él, sino por mí- lo mire

-¿Entonces no vas a tener algo con él?

-Sebastián solo quiero tiempo para mí, y ya- asintió con cara seria- Yo me voy- mire hacia la puerta

-Hasta luego- dijo y voltee a verlo

-Hasta luego-  dije y sali con una gran opresión en el pecho queriendo llorar, pero también salí aliviada 

No fue fácil, bueno nunca es fácil despedirnos por última vez, pero de todo se aprende, de cada despedida se aprende, de cada caída se aprende, de cada dolor se aprende, y yo ya aprendí



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En el texto hay: traicion, amor a distancia, amoreterno

Editado: 12.04.2019

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