Pov de Fernanda:
Anoche durante la cena con papá nos pusimos a platicar. La actitud que tiene conmigo y con mi hermana era totalmente diferente. He notado que el preferimos es muy evidente desde que llegamos, supongo que lo hace inconscientemente, porque hasta que se lo dije él apenas lo notó.
Gracias a todos los santos no entramos en conflicto y me juró que iba a mejorar con mi Morgan, después de todo es parte de nuestra familia y merece el mismo trato que todos.
Suspiro aliviado mientras veo la calle por la ventana, estoy en mi cuarto, en pijama y descalza. Una de las cosas que más me gusta, apenas descubierto, es andar descalza.
Antes no lo hacía, no sé por qué, hasta que llegué, vengo cada mañana a esta ventana y miro un paisaje tranquilo, me tranquiliza saber que es un vecindario tranquilo. Siempre es lo de siempre hasta un poco predecible como el señor que siempre corre por esa recta, la señora disfrutando de una linda mañana como yo, el jardín de la casa de enfrente… < ¿qué tan repetitivo puede ser esto? > en segundos debe… ahí está, el joven de unos 30 años sale para sacar su correo y quedarse a leerlo en ese mismo lugar.
Podría seguir enumerando cada acción de todos aquí, pero me importa más pensar ¿por qué lo hacen?
<a ver, tú sales todas mañanas a tu ventana ¿no? entonces cual es el problema>
Mi problema es yo no salgo todos los días a la misma hora en orden, de acuerdo el resto.
<lo que pasa es que estás paranoica>
No… no lo creo ¿o sí?
Vuelvo a entrar para cambiarme y continuar con mi día. Durante toda la mañana estuve pensando en lo que pasa temprano en la calle. ¿Hay posibilidades, que sea solo mi imaginación?
No lo sé, pero lo averiguaré, quizás sean las pastillas con su efecto por lo que dejé de tomarlas. Y si es así, no sé qué hacer, no quiero volver a sentirme irritada con lo que el doctor me recetó, desde que desperté las he tomado… pero a que costo… mis nervios aumentaban, descontrolando mis emociones.
-el plan sigue en pie- la pregunta de papá me toma por sorpresa por lo que salto en mi lugar en aquel sofá – perdón mi niña, ¿ayudarás a ese albergue? Sigues con esa idea – vuelve a preguntar.
-así es- respondo, también lo estuvimos halando anoche. –se merecen una segunda oportunidad y, quien mejor que yo- me alago a mí misma en son de broma –para echarles la mano.
-me siento tan orgulloso de ti, hijita- me da un abrazo con mucho cariño.
- ¿y Morgan? – la busco con la mirada –pensé que hoy iríamos a comprar algunas cosas para el evento de esta noche.
-evento- no es necesario voltear a ver sus cejas enarcadas –cual evento.
-ayer me dijo en la mañana que tenía un evento, iba a ir con sus amigas y me quería llevar- no le doy mucha importancia rindiéndome en buscarla y cambiando de canal a la televisión.
-a mí no me has pedido permiso- se cruza de brazos –me ofende que no me digan nada. Luego quedo preocupado, ya ves cómo es de rebelde tu…- lo miro con cara de cansancio. Ya habíamos hablado de esto. Derrotado saca todo el aire restante que tenía –está bien, ya entiendo, pero cariño estás…
-papá- lo paro, no quiero discutir ni enojarme por lo de siempre, algo que siempre me está pasando –que esté embarazada no quiere decir que tenga que cuidarme en una burbuja de protección, espero que cuando nazca no lo o la sobreprotejas- no me he dado cuanta hasta ahora que, veo el pequeño bulto de mi pancita, acariciándolo con mi mano. Es algo que al parecer hago siempre, creo que es maternal hacer eso.
-por cierto- se me escapa al pensar en que debería ir al doctor, pero recuerdo como es mi padre y mejor de eso me encargo yo sola.
-que pasa, cariño.
-no, nada, que pensaba en regresar pasando los dos meses aquí- fue lo primero que se me ocurre –con lo que estoy haciendo por el albergue, seguro requerirá de más tiempo.
-no lo creo- se pone a pensar –y en todo caso podríamos mandar a alguien más.
-nadie ni que nada, es mejor hacerlo yo mismo, además eso ayudaría mucho en la convivencia con Morgan, ya hemos hablado de esto- le recuerdo.
-como prefieras, pero en dos meses, no más- advierte antes de pararse y avisarme que iría por un vaso con agua.
Por mi parte decido apagar el televisor, no hay nada que me atraiga, además todo está en italiano.
Llamo a Morgan para saber dónde está y si la salida sigue en pie.
Al sonar el tercer timbrazo responde –hola.
- ¡Morgan, hola! – respondo entusiasmada, muy lo contrario a ella, aun no se le pasa –te llamé para preguntarte si la salida de hoy sigue en pie.
-ah, sí es cierto- hace silencio, creo que está ocupada, pues escucho voces hablando con ella mientras les responde –hoy tengo el día ocupado, te paso el vestido en la noche cuando llegue, nos vemos hasta entonces, será a las 8 así que, si sales, no demores o me iré sola.
-como digas- con mi mejor actitud respondo antes de colgar.
-me pregunto a donde iremos- pienso en voz alta.
Bueno como sea, hay pendientes que atender antes que llegue la noche. Marco el número de Skay para contarle la noticia sobre el albergue y que me ayude para hacer esto lo más rápido posible.
…
Al final de la llamada quedamos en que iba a solicitar una reunión, me dijo que trataría de convencerlos pues no sería fácil porque está en un lugar muy lejos, aparte que el lugar no reconocido como para aprobar algo que beneficie a la empresa.
Si me quedo sentada esperando la respuesta me voy a aburrir, eso es seguro. Decido salir a caminar, y ya que no tengo nada que hacer, iré a una clínica para que me atiendan y resuelvan la duda que tengo.
Es bueno saber que aparte de personas que saben el mismo idioma que yo, también existe un traductor, bendigo la era en la que nací o en este momento estaría perdida. Tomo un taxi para ir hasta la clínica que he visto en internet que es muy buena.