Siempre Fuiste Mía ... te lo aseguro

Capitulo 16

Pov de Jayden:

-Esta es tu habitación- le abro la puerta para que vea por dentro. Desde que llegó no he parado de darle un tour por toda la mansión. Ya casi todos la conocen. Y es mejor así, nadie se meterá con ella sabiendo quien la protege <Yo>.

- ¿por qué hay ropa dentro? – me mira con una ceja alzada luego de analizar cada rincón del lugar –Jayden este es tu cuarto- afirma con seguridad en toda su expresión cruzándose de brazos. Parecía decir algo obvio cuando se volteó para detenerse en esperar una respuesta.

Me encojo de hombros sin darle importancia alguna. ¿Cuál era el problema? –sí- o acaso no podía estar cerca de mí por miedo a que se descontrole por las noches. En ese caso; me acerco a pasos lentos, pero seguros con una mirada traviesa de “no le temas a nada, chiquita” –prometo que tendré cuidado- estoy tan cerca de ella que puedo sentir su respiración. Hace cuánto tiempo no me sentía de esta manera. Quiero tenerla, quiero que vuelva a ser mía… quiero… MIERDA la necesito.

-q-que ¡qué estás diciendo! – me empuja apartándome un par de pasos. No seguiré insistiendo, ella volverá a mí por su cuenta… aunque tenga que ayudarla. Solo un poco.

-tiene que haber más habitaciones, quiero otra.

-no hay.

-el lugar es muy grande para solo tener una habitación.

-la única disponible- me encojo de hombros otra vez. Es tan sencillo que me divierte su expresión de enojo mientras que yo estoy de lo más tranquilo. Intento no reírme. 

-ERES…- su ira en estos momentos es atrapada en su rostro que se pone cada vez más rojo –AHH- yo podría quitarle su enojo de una manera muy efectiva. Pero aun no es el momento.

-soy el amor de tu vida, cariño, solo que aún no lo recuerdas- le guiño el ojo con intenciones de provocarla.

-jamás- me da la espalda. Me calienta verla llena de orgullo –jamás me fijaría en alguien como tú.

Una vez estando cerca, muy cerca, por su detrás le agarro de la cintura ocultando mi rostro ligeramente en su cuello. Puedo notar lo tensa que está. Puedo sentir que su cuerpo desea lo mismo que yo en este momento, pero se retiene por su orgullo haciendo de esto aún más divertido.

-a-aléjate de mí- me da la cara –te dije que no…- la beso. Me apodero de sus apetitosos labios; con ella, tardando en reaccionar, pero; logra seguirme el paso. Siento el bulto, que crece con los días, en su vientre pegado en mi abdomen. De pronto quita mis manos de su trasero.

Volviendo a empujarme golpeando mi pecho. Ya había olvidado que tenía un trasero bien formado.

- ¡¿vez?! Solo me quieres para… ¡tus cochinadas!

-te quiero para toda la vida, Fernanda- vuelvo a dar pasos cortando la distancia entre ambos. Cada paso hacia adelante que doy retrocede quedándose entre el muro y yo. Jaque mate, nena. La acorralo con mis manos provocando que mi mirada atraiga la suya como si de un imán se tratara.

-aléjate.

-serás tú quien me pida que no lo haga- le robo un beso fugaz antes de alejarme –rico aroma- coloco mis manos en mis bolsillos –acomódate como mejor te parezca- me acerco a la puerta con intenciones de retirarme y dale espacio –pero ninguno dormirá en el piso.

Antes que pudiera decir algo cierro la puerta dando la última palabra. Ya puedo imaginar lo furiosa que está en este momento.

Voy en camino de un bar porque al parecer un amigo, el psiquiátrico que me atendía, un hombre de confianza según me lo ha demostrado durante este tiempo. Me ha dicho que tenía algo importante que decirme.

Cabe recalcar que solo lo hago porque se trata de nuestra seguridad, la de Fernanda, su hijo y mía.

-Jayden- me saluda con un apretón de manos.

-qué es eso tan importante que tienes que decirme- no quería andar de rodeos. Tengo cosas más importantes que hacer.

-tan predecible de ti- bromea, pero a mí no me causa gracia –ok, está bien. Te diré lo sé, solo porque tu sentido de humor es muy agradable- llama la atención del barman –un ¿wiski? - me mira esperando que diga algo.

-un vaso de agua- ordeno. El hombre asiente antes de servir lo que he pedido. No dejo de mirarlo dándole a entender que pare ya de darle vueltas al asunto.

-Jayden, Jayden, Jayden, si no bajas de esa nube de superioridad no te darás cuenta de lo que pasa a tu alrededor- ¿intenta decirme algo?

-sé más claro.

-me han contactado- esta vez disimula –una vez me contaste lo que pasa con el padre de Bryan- aparte de ser doctor también pertenece al mundo de la mafia, era parte de otra familia, no tan cercana a la nuestra. Así que sabía de lo ocurrido, porque también conocía a Bryan. Añadiendo lo que le conté en las terapias que me convenció de darme, sabe lo suficiente como para que también esté involucrado en esta mierda.

-qué les dijiste- detenemos nuestra conversación por un instante. El barman deja el vaso de agua en el portavaso que está a mi lado y se retira sin decir nada.

-sabes que solo estoy de vacaciones por acá, tengo asuntos que atender en otra parte. Jayden, lo que sea que esté pasando tienes que tener cuidado.

Resoplo con fuerza -dime algo que no sepa.

-les dije que estabas planeando algo en España. Si quieres agarrarlos, ve y hazlo.

Asiento con la cabeza –mandaría a alguien…- intento planear algo que pueda funcionar. Pienso mandar a Uno, es bueno para atrapar a sus víctimas y junto a Dos (quien cuida de Fernanda) sé que lo logrará. Sí, eso haré.

-No, no puedes- me saca de mis pensamientos haciendo que lo regañe con la mirada por su comentario.

-no te he pedido tu…- se adelanta en completar mi frase.

-comentario, lo sé. He tratado contigo en varias sesiones de terapia, Jayden, sé bien que no quieres mi comentario. Pero- enfatiza esa última palaba –si vas tú ellos se creerán que no es una trampa. Caerán sin ningún problema, eres hábil. Úsalo a tu favor.

Su silencio me hace reflexionar, tiene razón en eso. No puedo dejar que algo salga mal.




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