Ha pasado casi un mes desde que entre a trabajar en esta empresa, desde aquel día en el que Edson me regaño por haberme marchado de su oficina sin escucharlo, no ha vuelto a tocar el tema de lo que vivimos en el pasado y eso ha sido de gran ayuda para que pueda soportar estar aquí.
Solo me ha dado indicaciones de mi trabajo y de ahí en fuera me ha ignorado, aun se niega a llevarme a sus citas con él, lo que me es muy bueno
Estoy a punto de irme a comer, cuando Edson sale de su oficina
-va ir conmigo a una cita con el señor Marcos, así que tome sus cosas- me dice él y yo me quedo procesando aquella información- señorita Abril me ha oído
-Sí señor, es solo que usted siempre se ha negado hasta ahora- le digo aun confundida
-Si pero creo que tiene que ir acostumbrándose, ya que a partir de ahora la llevare a todas las reuniones relacionadas con la empresa, es su trabajo así que dese prisa para irnos- dice mirando su reloj, tomo mis cosas y cuando el ve que estoy lista camina hacia el elevador.
Algunos de los chicos suben con nosotros al elevador así que no se me hace tan incómodo estar cerca, el verdadero problema va a ser cuando este a solas con él, eso sí que va a ser un enorme problema pero me quito esas ideas de la cabeza.
Vamos directo al estacionamiento donde se encuentra su auto, primero se sube el y después lo hago yo en el asiento del copiloto, nos ponemos el cinturón de seguridad y el arranca.
Vamos en completo silencio, un silencio muy incómodo a decir verdad y mis manos no paran de sudar, no sé qué me pone más de nervios, si el hecho de que por primera vez asisto a una de esas citas con los clientes o estar cerca de él, siento que se me forma un nudo en el estómago y apenas y se oye mi respiración.
-¿Hizo la reservación?- pregunta Edson y yo me sobresalto ya que ha hablado de repente, me mira confusamente
-Si señor- le digo, tratando de tranquilizarme
El resto del camino volvemos a estar callados, cuando por fin llegamos, entramos al restaurante y vemos que el señor Marcos aún no ha llegado, ambos tomamos asiento hasta que el aparece, Edson sonríe y lo saluda amablemente, lo primero que pasa por mi mente es decirle falso, pero me recuerdo que esto es mi trabajo, así que lo único que me queda hacer es saludar al señor Marco amablemente.
Deciden hablar de negocios primero y yo escucho y tomo nota de lo importante, hasta que su reunión termina y deciden que es hora de comer lo cual agradezco porque me estaba muriendo de hambre. Durante la comida de igual forma ellos hablan y yo solo como en silencio, atenta a cada palabra suya, la verdad no sé cómo le hacen para charlar de negocios mientras comen, la verdad es que yo siempre como mucho así que con lo que he pedido no me he llenado pero obviamente no pienso pedir más.
El señor Marcos anuncia que se retira, se levanta de la mesa y se despide de Edson con un apretón de manos y mientras a mí me dirige un pequeño asentimiento de cabeza y yo me inclino un poco.
-Hay que irnos- dice Edson y yo solo asiento, llama al mesero para pagar la cuenta y ambos salimos del restaurant, volvemos a la empresa de la misma manera callada en que hemos venido, hasta que yo llego a mi lugar y lo único que me dice es que va a estar trabajando en su oficina.
La verdad tengo mucha hambre, pero no puedo descuidar mi trabajo y mi hora de comer ya ha pasado, así que busco algo en mi bolsa y lo único que me encuentro son unas galletas que sabrá Dios cuanto llevan ahí, para que nadie me descubra decido girarme hacia atrás y agacharme para poder comérmelas.
Mientras las pruebo veo que no saben tan mal, incluso los saboreo con fascinación y cierro mis ojos para deleitarme como si se tratara de la mejor comida del mundo, cuando de repente alguien toca con los nudillos mi escritorio, me trago rápido el pedazo de galleta que tenía en la boca y con la misma rapidez me levanto y giro para ver quien está ahí.
-Hay eres tu idiota- digo casi suspirando de alivio al ver a Karina parada ahí
-Acaso esperabas a alguien más- dice con cara de fastidio
-Trabajando para un importante empresario que recibe un montón de visitas, créeme espero a cualquiera- digo acomodándome bien- y por cierto ¿Tu qué haces aquí? ¿No deberías estar trabajando?-
-Se supone que tú también pero estabas comiendo, y galletas para ser más específicas- la miro con cara de sorpresa y después finjo confusión
-Jajaja ¿De que estas hablando? Yo no he comido nada- digo volteando la cara para otro lado
-Ash si vas a hacer algo trata de no dejar evidencias, tienes toda la boca llena de migajas- dice señalándome, miro rápidamente en un pequeño espejo que tengo y veo que tiene razón, me limpio bien para no dejar rastros y agradezco que quien me haya descubierto fuera ella
-Oye, sigues sin responder mi pregunta sobre qué haces aquí- digo mirándola seriamente
-Te juro que ya no soporto a ese maldito idiota- dice haciendo una cara de enojo y con sus puños al frente
-¿Qué idiota?- le digo sin entender, y ella me mira con un gesto de ¿es enserio?
-¿Cuántos idiotas hay en esta empresa?- dice tratando de explicarme
-Que yo sepa uno- le digo señalando con la mirada la puerta de Edson
-NOOO, esta vez hablo de su adorado primo-la miro confusamente
-¿tu jefe?- digo y ella asiente- wou pensé que era un poco más agradable
-jajaja siendo familiar del otro idiota que esperabas- dice y me doy cuenta que está realmente molesta
- A él no lo he tratado así que no pensé que fuera como su primo, pero ¿Qué se supone que te ha hecho?- digo curiosa
-Es un maldito egocéntrico, presumido, especial, malhumorado y mandón- dice casi roja
-No se supone que ellos tienes que mandar, es normal, por eso son JEFES- ella me mira como si me quisiera matar
-Anda entonces tú con él y yo me quedo aquí- dice moviendo las manos alborotadamente
- ja, si pudiera créeme que te dejaría aquí- le digo- en sí que es lo que hizo que te molestes tanto-