Han pasado dos semanas y miles de cosas
Karina me ha pedido que le explique mi cambio tan radical hacia Edson y es que este es muy notorio así que lo he hecho con lujo de detalle. Ella estaba que no se lo creía y estaba tan sorprendida como yo al principio. Ahora Edson ha salido oficialmente de su lista de idiotas aunque en realidad solo estaban él y Sebastián, anteriormente su jefe también formaba parte de la lista.
Aunque también le he explicado como Sebastián me ayudó ella se niega rotundamente a sacarlo de su lista y nombrarlo ahora el idiota principal. Para mí, ambos se han convertido en personas especiales ahora y días después de hablar con Edson he hablado con él también
Le he agradecido lo que hizo por mi sin haberme conocido, él me ha dicho que no tenía por qué agradecerle, lo habría hecho sin importar que. También me ha ofrecido su amistad y por supuesto que he aceptado aunque a mi mejor amiga no le ha agradado la idea.
Mi relación laboral con Edson ahora es mucho más tranquila y hasta divertida diría yo, sin duda alguna fue un gran cambio.
-¿Qué vas a hacer hoy?- Edson me mira esperando mi respuesta y yo le paso otra de las hojas del informe
-Saldré con Diego-
A pesar de ser sábado nos encontrábamos en la oficina trabajando, la construcción del hotel ya había comenzado y con otros proyectos de la empresa el trabajo había aumentado en gran cantidad y hoy era un día para avanzar con una de esas cargas, por eso Edson me ha pedido venir el fin de semana a ayudarlo.
-¿Con que Diego eh?- dice él y yo me doy cuenta de lo que he dicho
-lo siento, el señor Beckett-
-no tienes por qué disculparte solo que me molesta un poco que a él si lo llames por su nombre y a mi aun no-
El vuelve a poner su mirada sobre la computadora y yo sigo leyendo los papeles. Desde hace días me ha pedido que lo llame por su nombre y me he negado argumentando que él es mi jefe aun.
-No lo llamo todo el tiempo por su nombre solo cuando estamos fuera del trabajo o cuando no hay nadie mirando a nuestro alrededor-
-No pensaba que solían verse fuera, aun así lo llamas por su nombre y a mí no ¿no podría ser justo para ambos?-
-algunas veces salimos a comer, y no, no se puede señor-
-Eso es muy injusto-
-¿No cree que se vería raro y descortés llamarlo por su nombre? Los demás lo mirarían irrespetuoso-
-Sinceramente no me importaría la opinión de los demás ¿Qué dices?-
-No- digo rotundamente y en ese momento alguien llama a la puerta
Ambos volteamos instintivamente y vemos la cabeza de Yaneth asomándose
-¿puedo pasar?- pregunta ella con una gran sonrisa
-Sabes que si- le dice Edson
Ella entra corriendo con unas bolsas en la mano, y sonríe felizmente. Deja las bolsas sobre el escritorio de Edson y se abalanza hacia mí con un gran abrazo, me quedo quieta por la sorpresa, sin saber qué hacer. Ella me aprieta como si hubiera pasado años sin verme y cuando me he recuperado le correspondo el gesto aunque un poco más suave
-Abril ¿Cómo has estado? No te he visto últimamente- dice mientras se acerca a Edson y le da un abrazo y un beso en la mejilla, aunque mi mente me pide que voltee a otro lado yo me quedo mirando fijamente hacia ellos
-bien Yaneth, gracias- Edson voltea a verme con la boca abierta y un gesto interrogativo
-¿Enserio? ¿También ella y yo no?- se bien que se refiere nuevamente a lo del nombre pero decido no responder
-¿yo? ¿Qué cosa?- dice Yaneth sin entender nada
-No es nada, ¿Qué te trae por aquí?- pregunta Edson
-cómo has dicho que no podrías almorzar conmigo hoy, yo he venido a ti-ella señala las bolsas que dejo sobre las mesas- también he traído para ti Abril, mira que tener que trabajar los sábados también, solo a alguien tan amargado como a él se le ocurre-
-No es ser amargado simplemente es que hay demasiado trabajo que hacer-
-si pero cargarte a la pobre de Abril, no es justo ¿verdad?- ambos me miran y me apresuro a contestar
-claro que no Yaneth, es mi deber, es por lo que me pagan-
-Sí, sí, lo sé pero apuesto a que ni siquiera has desayunado- al ver que no respondo ella sabe la respuesta- lo sabía, ¿es enserio Ed?-
-Lo siento no me detuve a pensar en eso, lo siento Abril ni siquiera te he dado tiempo para que comas algo-
-no se preocupe señor, no importa-
-Claro que importa, ya bastante es que te haya pedido estar aquí también un sábado, tomémonos un descanso ¿te parece?- yo solo asiento
-está perfecto, que yo también ya muero de hambre- habla Yaneth mientras me pasa una de las bolsas que traía
-Gracias-me disponía a irme cuando ella me detiene
-¿A dónde vas?- dice ella
-Iré a comer afuera en mi escritorio- digo señalando la puerta
-No señorita, te quedaras con nosotros, allá afuera está totalmente solo y hay un silencio aterrador- ciertamente tiene razón, ya que no hay nadie más que nosotros en el piso y en la empresa solo andan unas cuantas personas-
-Pero, yo no…-
-Abril por favor quédate, no nos gustaría que te sientes sola a comer allá afuera- habla esta vez Edson.
No me fascina mucho la idea de quedarme con ellos porque verlos actuar tan cercanos es… incómodo para mí, pero al ver como ambos me miran no me queda más que aceptar. Ambos se sientan juntos de un lado del escritorio y yo me siento frente a ellos, menudo lugar
Mientras comíamos ambos hablaban muy animados y no paraban de hacerse bromas y reír, aunque intentaban meterme a la conversación preferí comer callada.
-Te dan celos-
-¿Qué? Claro que no-
-Ay aja-
-¿Abril?- Yaneth me llama haciendo señas frente a mi cara
-¿Qué? ¿Dijiste algo?- pregunto confundida
-¿En qué mundo andas?- dice ella riéndose
-lo siento estaba pensando en algo-