Ya he perdido la cuenta de cuantas veces he acomodado las cosas sobre mi escritorio.
Hoy he llegado más temprano de la cuenta, tenía la esperanza de hablar con Edson antes de que todos llegaran, pero a diferencia de otras ocasiones, él no había llegado temprano.
Así que aproveche el tiempo para limpiar un poco por aquí y después ir a la cafetería a comprarle un café y un muffin de arándanos. El muchas veces no come nada, hasta la tarde.
No dejo de mover mis manos con nerviosismo, saco el pequeño espejo que traigo en mi bolsa y reviso que mi pelo este ordenado y que mi rostro no delate la emoción que guardo.
Empiezo a escuchar los saludos de buenos días de mis compañeros hacia Edson y me levanto rápidamente de mi asiento, antes de que el pase frente a mí.
-Buenos días se…- digo cuando el pasa, pero sin voltear a verme me interrumpe.
-A mi oficina- ordena gélidamente
No se detiene, no me mira. Ni siquiera me ha dicho buenos días o me ha permitido terminar mi saludo.
Sin dudar, voy a su oficina, llevando en mi mano el vaso de café y la bolsa con el muffin. Cuando toco la puerta, el vuelve a hablar con un tono duro. Antes de que yo pueda decir una palabra, el comienza a hablar
-Llama a Sebastián y dile que lo quiero ver aquí, YA-ordena mientras revisa algunos papeles
-Si señor-dudo un poco pero después digo-Señor, cree que podamos, hablar hoy a la salida, es que quiero decirle al…-cierra de golpe la carpeta interrumpiéndome y doy un respingo por el ruido
-Dije que quiero a Sebastián ¡YA! ¿No puede acatar una orden?-dice más como reclamo que como pregunta- Estamos en un horario laboral, le sugeriría respetarlo-suelta cortante
-Si señor-vuelvo a decir pero más desanimada- le he traído esto- me arriesgo y pongo el café y el muffin sobre el escritorio
El solo ve de reojo las cosas y abriendo la carpeta de nuevo, habla.
-Lléveselo, no se lo pedí y además me estorba aquí-
Ni siquiera me mira, no hay gesto alguno en su rostro. Sin insistir más, tomo las cosas y salgo.
¿Qué rayos le ocurre? Hablándome de usted y siendo tan severo, no es para nada el Edson con el que he tratado estos meses, mucho menos el Edson atento de la semana pasada.
Sin atrasarme más, llamo a Karina para que le comunique la orden de Edson a Sebastián. Esta lo hace de manera rápida, porque a los pocos minutos, Sebastián camina hacia la oficina del jefe. Con gestos me pregunta que ocurre pero yo solo me encojo de hombros.
A los pocos minutos de que Sebastián entra a la oficina, el teléfono suena. Es Edson.
-Diga señor-respondo un poco temerosa
-A mi oficina, ahora- es lo único que dice
Cualquiera que fuera la situación que lo hiciera estar así de enojado, yo no quería contribuir, por ello voy lo más rápido que puedo.
Sebastián está parado frente a él, con las manos cruzadas al frente y en una postura totalmente recta, me paro a su lado y copio su posición.
Nadie habla, al parecer no soy la única a la que Edson no mira a los ojos, pues nos ignora a ambos revisando esa carpeta, como si de ello dependiera su vida. ¿Será así?
-La señorita Smith cambiara lugar contigo, a partir de ahora ella se hará cargo de mi agenda y de todas las demás cosas de presidencia, tu ocuparas su lugar junto al señor Sebastián- indica sin mirarnos
¿Karina? Sebastián y yo intercambiamos miradas sin dejar de fruncir el ceño. Definitivamente algo está mal con él, primero su actitud fría y ahora esto. Es decir, no me molesta que mi amiga ocupe mi lugar, pero es tan repentino que no entiendo. ¿Hice algo mal?
-Edson- llama Sebastián, pero este no hace ni un gesto
-Pero señor, ¿Por qué…?- intento protestar pero él se levanta de su asiento
-¿Les quedo alguna duda?-dice serio y ambos negamos- bien entonces, fuera-
¿Nos acaba de echar?
-Señor podemos hablar…-pienso insistir sobre hablar con él por la tarde pero su respuesta me calla
-Señorita Cortes, le surgiría que se dé prisa en poner al corriente a su compañera Smith, en cuanto a mis asuntos, no quiero retrasarme solo porque a usted le apetezca hablar, espero y tampoco le cause problemas a su nuevo jefe- concluye
Me muerdo el labio intentando no seguir hablando para no acabar llorando por su fría actitud
No digo más y salgo de la oficina con paso apresurado, tras mi camina Sebastián, quien también decide no cuestionar sus ordenes
-¿Qué le ocurre?-pregunta el.
Lo mismo quisiera saber yo
-No lo sé-digo pasando mis manos por mi cara y después revolviendo mi cabello-bien, creo que iré por una caja-declaro señalando mis cosas y el asiente.
Él se queda ahí parado con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón mientras pongo solo mis cosas sobre el escritorio. Tomo la bolsa con el muffin y el café e intento tirarlo al cubo de basura pero Sebastián me detiene
-¿Por qué lo tiras?-pregunta
-Lo compre para Edson, pero él dijo que no lo quería- hago una pausa-más bien, dijo que le estorbaba- corrijo
-Dámelo a mí- pide y le entrego las cosas dudosa-gracias, no había desayunado- dice sacando el muffin y mordiéndolo, su agradecimiento me hace sonreír-bien, iré a decirle a ka… la señorita Smith sobre el cambio-avisa y se va
Pongo la caja sobre mi nuevo escritorio, Karina me da una palmadita en la espalda y una sonrisa tratando de reconfortarme. Ya he hablado con ella y la he puesto al corriente con las actividades de Edson, y ella hizo lo mismo conmigo, me pregunto por cómo me sentía varias veces pero la convencí de que estaba bien.
Ella se marchó al que era mi antiguo lugar y yo fui hacia la oficina de Sebastián, para informarle sobre mi integración. Toque la puerta pero nadie respondió, volví a tocar y hasta el tercer intento alguien respondió.
Cuando entre parecía algo confundido y distraído, pero aun así me recibió con una cálida sonrisa.