21 de marzo del 2014
Marco estaba nervioso, faltaban menos de dos horas para su boda. Él ya estaba listo, pero aún no llegaban Evan y Alaia. Los necesitaba, en especial a ella, ella era la única que podría calmarlo.
Salió de su cuarto, después de su casa, cruzo la calle y entro a esa casa que era como un segundo hogar para él. Tanto su hermana como él pasaban mucho tiempo allí, al igual que Evan y Ali en casa de ellos
Al entrar los ve hablando
-¿Se puede saber que hacen charlando? Me caso en dos horas y ni la primera dama de honor y el padrino están -se queja, ellos giran y lo miran
Alaia no puede evitar ver lo hermoso que esta, le duele, pero sabe que no puede hacer nada, sea como sea, él ama a Rosario no ha ella, ella para él es como una hermanita menor, si él supiera lo que a ella le dolía eso
-Creo que si sigues así no te casas, vas derecho al cementerio de un sincope -bromea disimulando las ganas de llorar que tenía
-Pasa que no te tengo cerca para que me calmes -Marco se acerca, la toma en brazos y comienza a girar con ella, como si fueran dos niños
-Marco, me voy a marear y se te va a arrugar tu traje -le dice sonriendo
-Este bien -se detiene, pero la mantiene abrazada a él- Pero no puedo evitar estar feliz porque estés conmigo este día tan importante, eres mi mejor amiga desde chiquitos y créeme que te necesito
-Siempre voy a estar contigo, aunque no me veas estaré
-¿Eso a que viene? -la aparta un poco y la mira extrañado
-A que no siempre voy a estar a tú lado físicamente.
-STOP -ella mira a su hermano- ni menciones lo que creo que vas a mencionar -lo mira sin entender- Siempre vas a estar con nosotros, no quiero pensar que venga un desubicado y te lleve por el mundo, ni que te aparte de nosotros, te recuerdo que si quieres aún esta la posibilidad de ser monja -ella se ríe con ganas- No es gracioso, es real, nadie me va a quitar a mi hermanita -se acerca y me abraza
-Celoso -le dice, se aparta de Marco y lo abraza fuerte
-No me dejen afuera -los abraza- Y concuerdo con Evan, nadie te va a quitar de nuestro lado y cuando aparezca alguien que quieras, antes tiene que pasar por nuestra aprobación
-Si encuentro a alguien a quien amar y que me ame, les aseguro que no me va importar lo que ustedes opinen -sincera, aunque creía que eso sería imposible
-¡Eso esta por verse! -le advierten a la vez
-Bueno, vamos a casa -les dice Marco
-Anda que ya vamos, me olvide de algo en el cuarto y mi hermanito es muy cuida para dejarme sola, teme que me pierda al cruzar la calle
-Está bien, pero les doy diez minutos -asiente, él le da un beso en la mejilla y se va
-¿De qué te olvidaste? -le pregunta
-De nada, pero tengo que contarte algo que no quiero que Marco sepa aún -la mira extrañado- El decano acepto mi solicitud de viajar a África, viajo mañana con Mía, aunque ella no lo sabe aún, solo lo sabe mamá y Bruno
-¿Qué? -sorprendido y triste- ¡No te puedes ir!
-Tengo que, lo necesito y además va a ser productivo para mí
-Pero me voy a quedar sin mi novia y sin ti -la abraza
-No pienses así, piensa que es lo mejor para nosotras y que es un año, en un año nos verás de nuevo
-No, porque tu no te vas a ir -ambos miran sorprendidos hacía la puerta
***
Marco se iba, pero algo dentro hizo que se quedará. No sabía porque, pero sintió que debía quedarse y se quedo, escucho todo
-Marco, no tenías que escuchar -dice ella y suspirando
-Pero lo hice. -se acerca, la mira y luego a Evan- Ve a casa, yo tengo que hablar con ella
Lo mira un momento, asiente y se va de la casa
-Marco, no hay forma de que me convenzas, me voy a ir -le aseguro ella, él se acerca, se miran a los ojos
-Ahora que estamos solos, me vas a explicar porque te vas
-Ya lo dije
-No te creo, tú no tenías pensado viajar. Asegura- ¿Quién te lastimo? -lo mira con sorpresa- Hay dolor en tus ojos, has estado triste hace tiempo, he intentado esperar a que me digas quien te lastimo tanto, porque te juró que no lo va a reconocer ni su madre después que lo agarre
-Marco, él no me lastimo, solo no me ama y yo no puedo obligarlo a que me ame. -le decía la verdad sin nombrarlo- Lo mejor es poner distancia y además también lo hago por mi carrera, pesará mucho en mi CV cuando solicite plaza en un hospital -decía la verdad
- Nadie tiene derecho a hacerte sufrir y por ese idiota no te puedes ir -se acerca más a ella, toma su cara entre las manos- No te puedes ir Ali, te necesito -le dice
-Marco, -sentía dolor en el alma- Tu ya tienes a Rosario, la amas, no me necesitas a mi
-Siempre te voy a necesitar
Ella se estaba poniendo nerviosa, estaban muy cerca, demasiado, se le estaba haciendo difícil no besarlo, pero debía ser fuerte
-Marco, sabes que no es así. -él la mira- Estas a punto de casarte con la mujer que amas. Vas a empezar una nueva vida, yo voy a sobrar en ella, igual que sobraré cuando Mía y Evan se casen. -él me mira, sin soltar mi cara- Quizás, quién te dice, mi nueva vida me este esperando en África y un amor que ame y me ame. -lo dudaba y mucho. Ella no creía ser capaz de amar a otro
- Dime quién es -le pide aún con sus manos en el rostro de ella, lo mira sin entender- ¿Quién fue tan idiota para no amarte? ¿Quién fue tan idiota para romperte el corazón?
-Marco, no puedes obligar a nadie a que te ame -le dice mientras lo mira a los ojos- Él se enamoro de otra, me quiere, pero no como yo a él -Él la mira, sus ojos no salen de los de ella- Lo único que quiero, es que él sea feliz.
-Ali -prácticamente en un susurro, sus respiraciones se rozan- ¿Por qué no luchas por él?
Ella ya no puede evitar que las lágrimas inunden sus ojos y corran por sus mejillas
-Ya te dije, si él me amará, si yo tuviera la mínima posibilidad de que él me amará como yo a él, no dudaría un minuto -ella acaricia suavemente la cara de él- Pero su corazón, no me pertenece y, como ya te dije, el amor no se puede obligar. Lo que me resta es ayudarlo a ser feliz con quien ama, por más que ella no me caiga del todo bien.