Ciudad de San Onofre
Me desperté a la misma hora de siempre, pero con la diferencia de que aún tengo mucho sueño y esto es debido a mi pesadilla aunque no pensaré en ella, me echo un poco de agua fría en la cara porque según dice que si te echas agua fría se te quita el sueño ya yo me la eche y nada que se me quita, aun así me baño y me alisto para ir al colegio, ya lista me encuentro en la sala tomando mi desayuno que consiste en tajada de plátano verde con queso, en particular a mí no me gusta desayunar tan temprano porque la comida no me pasa, pero mi mamá me obliga porque no quiere que después mi cuerpo sufra algún bajón ya sea de azúcar o de presión en fin madres protectora. Término de comer mi desayuno, prosigo a lavarme los dientes, una vez lavado los dientes tomo mi bolso, me despido de un beso a mi madre y me marcho al colegio, aunque claro, antes de llegar al colegio, paso por donde mi papá a busca mi merienda.
Una vez llego al colegio voy directo a mi salón, busco mi silla sentándome en ella, mis amigas aún no han llegado y eso es un milagro porque se supone que la impuntual del grupo soy yo no ellas, tan tarde no llego, pero tampoco temprano como hoy, y pues como llegar tarde si tengo una alarma precisa que no me falla para nada, mi madre parece un gallo tiene la hora precisa, además con esa alarma que ella tiene que a veces provoca tirarla, aunque no puedo porque es el celular de mi madre y me mataría, pero primero me pone a que se lo compre y después me mata, mientras espero a que mis amigas lleguen coloco mi cabeza en el brazo de la silla para dormir un poco más logro cerrar los ojos, pero sé que no había pasado ni diez minutos cuando Eliana llego a interrumpir mi sueño.
—ves a dormir a tu casa— dice dándome un golpe en el hombro, a veces dudo de que sea mujer.
—déjame dormir, no pude dormir bien anoche— le reprocho.
—para eso existen las camas, esto no es cama— me dice.
—no escuchaste lo que te dije— la miro incrédula en ese instante llegan las demás chicas— que hacen chicas— preguntan— nada, pues aquí viendo que mayito cogió el colegio de dormitorio— le responde Eliana— ella habla mucho, solo que anoche no pude dormir bien— les digo— ¿que no te hizo dormir?— pregunta Hillary y yo suspiro— últimamente estoy volviendo a tener las mismas pesadillas sobre mi pasado y no me están dejando dormir— le digo con cansancio— ya eso no te pasaba, que está alterando tu subconsciente que está trayendo esos recuerdos nuevamente— me vuelve a preguntar Hillary— la verdad no sé, porque están volviendo esas pesadillas a mi mente cuando ya estaban calmadas, me va a tocar volver a pedir una cita con la psicóloga— ¿Qué sueñas?— pregunta Sol— sueño que estoy pasando por un callejón solo y oscuro a la mitad del camino se me aparece un hombre todo horrible que no me deja pasar y después me acorrala comienza a besarme toda— lo pienso y me dan arqueadas— luego me tira al suelo y comienza desabrochar el jean, lo siguiente que pasa se lo dejo a su imaginación, lo más curioso es que no puedo verle la cara al sujeto y siempre pasa en ese mismo callejón— les comento— eso provoca que despierte toda sudada y con la respiración agitada, me cuesta volver a conciliar el sueño es muy espantoso y no sé cómo pararlas para que no vuelvan más, los ejercicios que hago que me enseño mi psicóloga fue, que respirara profundo cinco veces, que tomara agua y me volviera acostar pensando en situaciones lindas o cosas que sean de felicidad para mí para que el sueño vuelva mi— les digo.
—deberías volver a pedir la cita con la psicóloga, tal vez estás ignorando algún factor que te están haciendo volver a tener esas pesadillas— me dice sol y yo asiento.
Después de hablar con mis amigas sobre mis pesadillas y ella me aconsejaron; comenzamos hablar sobre otras cosas hasta que llego el profesor de inglés si yo tenía sueño antes, esta clase me va a dar el doble de sueño.
Las tres primeras horas pasaron, ya nos encontramos en el descanso, bajamos a la cafetería a comprar la merienda nos hacemos en la fila, Eliana compra una empanada de queso con una gaseosa de manzana, a ella le gusta mucho el queso, Hillary compra una chokis con gaseosa, Sol una empanada hawaiana con un jugo natural y yo igual, terminamos de comprar y nos vamos a sentar para degustar nuestra merienda a gusto, en un momento así llego a mi mente Alex no he hablado con él desde anoche, tampoco lo he visto ¿Dónde estará?, ¿estará enfermo?— me pregunto a mis adentros.
—chicas, ustedes no han visto a Alex— les pregunto y ellas niegan.
—ya te iba a preguntar por él, como es tan meloso— dice Sol.
—verdad es, muy raro— agrega Hillary.
—la última vez que hablamos fue ayer, después que me envió el mensaje no me habló más, espere a que se conectara para darle las buenas noches y nada— les digo con cara de preocupación.
—¿llevas contigo el celular? — pregunta Hillary, asiento— escríbele, déjale un mensaje— surgiere y yo lo considero, prosigo a escribirle.
Saco mi celular y entro a nuestro chat antes de enviarle el mensaje, él me escribe.
MI OSITO
—buenos días— saluda de una manera muy cortante, él no me habla así siempre me dice amor junto con emoji, esto está muy raro— pienso— las chicas al notar mi cara de confusión preguntan a ver si ocurrió algo.