Ésta es la continuación de “Azul con manchas naranjas” relatada por el amor de mi vidA :v
K. Brandon:
“Si sigues arrugando la frente así, tu cabello y tus cejas serán una sola”
Una frase bastante gastada ya por mí, ¿Pero a quien se la decía? A la “Chica peligro” que tengo en frente.
No mentiré diciendo que no la había visto hace meses o quizás años, cuando solo han sido semanas, tenía la leve sospecha de que me la encontraría, después de todo ella trabaja aquí.
Su mirada dice demasiado, pero de mí no saldrá ninguna explicación sobre por qué parece que estoy devolviendo a una chica secuestrada, lo más seguro es que ya le advirtieron sobre el tema, a esa mujer no se le pasa nada por alto.
Esa mujer… si no fuera por esa mujer sería un alma libre, o al menos lo intentaría.
Terry al parecer si se vio afectada, pero intentó disimularlo, no se le da bien mentir.
Sus delgados brazos se resbalaron y tuve que soltarla para evitar que el momento sea aún más incómodo para ella.
—Veo que te diviertes, la directora está a punto de mandar un comunicado a la policía para buscarte, si yo fuera tu alistaría mis cosas para volver a dormir en esa inmunda casa.
Era muy fácil enfurecer a kenna, unos simples gestos míos que sabía que le molestaban, y listo, ya estaba apretando los puños e intentando esconderlos detrás de su espalda sin mucho éxito.
La conocía tan bien que a veces me preocupaba.
Mientras kenna despotricaba, mi acompañante estaba roja de la vergüenza…
Espera ¿Qué?, que te vean llegar tarde a tu hogar con un chico bastante atractivo, no debería provocar eso, mucho menos si soy yo. Kenna no tiene nada contra ella, lo sé, yo estuve siempre presente en todos los… no sé si llamarlos problemas ya que al final Harry y ella nunca fueron algo. O eso es lo que me dijeron ambos.
Solo tengo entendido que le divierte molestarla, yo también llegare al punto de fastidiarla, pero no hoy, después de todo pasaremos bastante tiempo juntos, más del que me gustaría a decir verdad pero tengo un papel que cumplir frente a ella, de eso depende mi paga, mis estudios, mi libertad, esta chica es el último trabajo que la mujer de los muchos vestidos me dio.
Sería un total fracaso de mi parte, después de los muchos años que llevo trabajando para ella, dejarme llevar por unos bonitos ojos grises.
Terry se queda callada mientras sostiene la manta, de la cual justo ahora me estoy arrepintiendo haber comprado, pero tienen que entender que las cosas en oferta son mi perdición, toma un respiro que parece la llena de valor.
— ¿Qué es lo que quieres?
Su voz al final falla y al parecer la valentía que ella tenía se fueron con mis ganas de quedarme a presenciar como intimida a esta pobre chica, ¿Qué fue lo que le hizo kenna a este corderito para infundirle temor?
— ¿Qué me puede ofrecer alguien como tú? Y ¿Por qué habría de necesitar algo que venga de ti?
Kenna se cruza de brazos mirando cada movimiento que Terry hace, ella solo se pone aún más sonrosada.
—Para que no digas nada, tu y yo nunca fuimos de llevarnos bien, y tampoco es que me interese llevarme bien con una mujer a la cual no sé qué daño le habré hecho.
Y ahí está la chica que había subido a mi coche,
¿Sufrirá de doble personalidad?
—A mí no me conviene que al final después de todo si te hayas ido con un chico, porque yo me vería afectada por mi abue- —carraspea— por la directora, y a ti te pondrían a lavar los baños por un año y más, no abuses que estoy tentada a delat-
—En peleas de chicas yo no me meto, mucho menos si la policía se ve implicada— interrumpo—a menos que se estén peleando por mí, claro, y como ese no es el caso, yo me retiro.
No saben cómo me costó decir eso sin una sonrisa de por medio, evitar que mi rostro sea expresivo ya casi no es un reto con este trabajo, lo mismo que hago en la secundaria, mi comentario descolocó un poco a Terry ya que me daba una mirada bastante sorprendida y confusa.
—Yo no te conozco—dije demasiado tosco al mirando a kenna— y a ti recién te note hoy—Terry se sorprende pero no me dice nada, solo ve directamente a mis ojos.
Kenna se ve sorprendida por mis palabras pero al final se queda callada haciendo una mueca que demuestra su indignación, pero claro, que Terry se entere que kenna y yo nos conocimos hace algunos años atrás no sería nada bueno.
—Tú tienes que hacer un cuadro—menciono mirando a Terry.
—Tú también, ¿Acaso no somos compañeros en esa clase?
¡GRANDISIMA MIER…!
Decido ignorar su comentario y aclarar algunas cosas con kenna, ¿Qué creían? No dejare que se coman vivo a este cordero.
—Y tú—dirijo mi mirada a kenna asegurándome de poner mayor seriedad al concejo que le daré —Apresurarte a delatar a esta chica de una vez por todas, claro, si te atreves.
Dicho eso, me giro sin ver la necesidad de despedirme, ya deje todo claro. Ninguna es capaz de detenerme, salto la barda sin ninguna molestia, el rocío en la hierba vuelve a mojar el bota pie de mis pantalones, no me quejo.
El ambiente está aún más frio que antes y…
—Si para estúpido no se estudia.
Dejé mi manta al cuidado del corderito…
—Hoy vuelves a casa Brandon… hoy vuelves.
Llegar a mi Jeep nunca se había sentido tan bien, el calor del interior me envolvió y mi cuerpo entero lo agradeció, ¿Quién demonios dice que las chamarras de cuero calientan algo?
Las mujeres no son una respuesta del todo válida, pero también cuentan.
Antes de ponerme el cinturón de seguridad reviso los asientos traseros por si tengo alguna visita indeseada, pareceré alguien demasiado meticuloso, pero en este trabajo, cuando te descubren, suelen mandarte alguna advertencia por si olvidas para quien trabajas si es que se te pasa por la cabeza querer delatarlos, te descubren, te hundes tu solo, quizás en el camino te lleves a unos cuantos, pero al jefe… al jefe no lo descubre ni el mismísimo diablo.
Y no, aparte de ropa doblada y algunos zapatos no hay nada fuera de lugar, excepto por…
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Editado: 13.06.2021