El invierno había llegado, el duro frió congelaba las manos de Laura que calentaba con su aliento sin tener éxito alguno. Por su mente solo pasaban aquellos recuerdos de una navidad agradable con su familia, desgraciadamente no volverían esos días; incluso, había olvidado lo que se sentía estar sentado en la comodidad del hogar con una taza de café o chocolate caliente mientras miraba una buena película en la televisión con paz y tranquilidad a su alrededor.
Sus lejanos recuerdos fueron disipados por el humo del cigarrillo que inhalaron sus fosas nasales, provocando en ella desagrado y molestia hacia su único acompañante el cual voltio a ver con disgusto. Llevaban un gran rato caminando por las calles, las cuales, a pesar de la fecha estaban vacías sin ningún adorno, luces o villancicos, no se escuchaba el mínimo ruido a kilómetros de distancia.
– ¿Ahora qué? Vas a decirme que comenzaras a fumar cuando el fin del mundo llego – Laura se dirigió a su querido primo con ironía.
– Solo quería sentir, aunque fuera solo una vez lo que se siente tener un cigarro prendido entre los labios... la sensación al sentir correr el humo por mis pulmones es extraña, ¿no quieres probar? – lo miro con cansancio y suspiro negando con la cabeza. – Oh vamos Lao, una bala te matara antes que esto – el comentario del castaño hizo que la expresión de la morena cambiara, por primera vez desde hace tiempo había podido dibujar una leve sonrisa en el rostro de su prima.
– Tienes toda la razón – el chico le cedió el cigarrillo que ella tomo sin titubear con la mano derecha llevándoselo a la boca e inhalo el humo proveniente de aquel pitillo.
– ¿Qué tal? – exhalo el humo y tocio ligeramente ya que, era su primera vez.
– Horrible, como siempre lo imagine – arrojo el cigarrillo al suelo y lo piso, provocando que el castaño la viera con decepción y tristeza puesto que, él quería seguir fumándolo – no me perdí de nada en mi adolescencia, ni tú tampoco y no comenzaras con ese estúpido habito ahora. Andando nos esperan.
Continuaron su camino en silencio pero aquello no duro demasiado ya que, les esperaba una emboscada. Sin previo aviso salieron varios tipos de una casa abandonada con armas apuntando a los dos caminantes que no tuvieron tiempo de reaccionar. El líder se acercó amenazando con su arma a la Laura.
– ¿Qué tenemos aquí? – pregunto rosando la mejilla de la morena – una chica y un chico caminando solos por esta zona, no son muy inteligentes ¿cierto? – los ojos oscuros de Laura miraron con profundidad a su agresor y una sonrisa maliciosa surgió de sus labios.
– El que no es muy inteligente eres tú y tus compañeros, por no saber a quién estas apuntando con esa arma – su comentario no fue del agrado del hombre; por lo que con rudeza tiro del hermoso cabello negros de la chica hacia él.
– Vaya, a sí que tu novia es más ruda de lo que parece, pues, que te parece lindura si te meto en cintura – deslizo su mano por las caderas de la morena con intenciones de desabrochar el pantalón que traía puesto. Ángel su acompañante reaccionó con enojo, quiso interponerse entre aquel sujeto y su prima pero estaba rodeado de su gente. Laura puso resistencia pero el sujeto la abofeteo – sí que eres estúpida, creíste que tendría miedo de las palabras de una perra, pues voy a follarte hasta saciarme y cuando termine pasaras por todos mis hombres – la jalo del brazo para comenzar a desvestirla enfrente de todos, lo que no se esperaba era que ella le escupiera.
– Espero que digas lo mismo cuando vaya a degollarte... – antes de que la morena pudiera decir más él alzo su arma con intenciones de volver a pegarle cuando de la nada una bala se dirigió a su hombro desestabilizándolo. Sus hombres reaccionaron y dirigieron sus armas al enemigo pero fue inútil, no había nadie a su alrededor, sin embargo con gran rapidez y precisión cada uno de los sujetos comenzaron a caer al suelo debido a las balas que se incrustaban en sus cuerpos.
Ángel saco su arma y le disparo aquellos que corrían a esconderse, mientras que el gran hombre líder de la banda miraba con ira a Laura que igualmente había sacado su arsenal y le había apuntado a una de sus piernas para derribarlo, él cayó al suelo soltando un grito ahogado, aun así sin perder el tiempo se hinco en el suelo apuntando a la morena con intenciones de matarla cuando una bala fue directo a su brazo derecho consiguiendo que soltara el arma. Laura apunto a la otra pierna del gran hombre que se encontraba suplicando en el suelo, sin tener alguna posibilidad de salvarse de lo que le esperaba.
– ¡ERES UNA PERRA! – grito el sujeto de ojos cafés llenos de rencor e ira hacia la chica que tenía enfrente. Se retorcía en el pavimento de dolor pues moriría lentamente desangrado si no era atendido con urgencia debido a que, ninguna bala le había dado en un órgano vital.
– Lo sé. Ahora vas a decirme donde están las personas que busco y más vale que me lo digas de una vez porque no tengo mucha paciencia.
– ¡Vete a la mierda! – contesto el hombre mirándola con disgusto.
– Mala respuesta – Laura sacó una navaja de su bolsillo trasero, misma que inserto en la pierna derecha del hombre, este grito y maldijo nuevamente a la chica – ahora puedes volver a repetir lo que dijiste ¿Quién va a follarme? Muy mal Francisco, si tan solo nos hubieras reconocido, me hubieras matado en el momento en que me viste pero mala suerte para ti. – Saco la nava con violencia y volvió a introducirla en un lugar cercano a la anterior herida.
– Hija de puta ¿Qué es lo que quieres? – pregunto con desesperación.
– ¿Dónde se esconden los demás diputados y cenadores? ¿Dónde está cada uno de esos hijos de puta? – pregunto la morena con ira.
– No lo sé, lo juro – aquella respuesta no le gusto a Laura, por lo que volvió a sacar la navaja pero esta vez comenzó apuñalar consecutivamente ambas piernas, el hombre grito y trato de detenerla pero al hacerlo ella se alejó con velocidad de él y le propicio un patada en la cara dejándolo en el suelo sangrando.