A la mañana siguiente me levanté temprano, emocionada de mi primer día de trabajo junto a John. Me arreglé mi cabello en una cola de caballo y preparé café en dos termos, uno con azúcar de dieta (el mío) y otro sin azúcar, ya que así es como John lo ha tomado siempre y salí en dirección de su casa. Al llegar toque la puerta y allí estaba él, tan guapo como siempre.
- Gracias Ash, realmente necesito un buen café. Ahora cuéntame, ¿Qué ha sido de tu vida en los últimos meses? ¿Estas saliendo con alguien? –
- Sabes que no. Soy una mujer entregada a mi carrera. –
- Lo sé, pero eso no significa que dejes tu vida personal en el abandono. El doctor Fernández me contó que no tienes amigas dentro del hospital, y la verdad me parece raro, tú siempre has sido de muchas amigas y de llevarte bien con todos. –
- Las personas cambian John. –
- Eso es lo que me inquieta, ¿qué te hizo cambiar a ti? –
Al escuchar esa pregunta no pude evitar ponerme nerviosa, no sabía que contestar, que decirle, pero en ese momento llegamos al parqueo del hospital.
- Nada, vamos que se nos hace tarde. – Y bajé del auto rápidamente y comencé a caminar a la entrada sin esperar a John. Sé que tarde o temprano tendré que contarle todo, pero mientras pueda evitarlo, mejor.
Trabajar con John ha sido genial, es un gran doctor y se ha ganado la admiración del personal del hospital y de las pacientes. No me volvió a tocar el tema desde ese día que lo evite y la verdad se lo agradezco. Hemos cenado juntos, vamos juntos al trabajo y cuando tenemos el día libre salimos a divertirnos, ver una película y a comer a restaurantes. Cuando cocino, preparo para los dos y le encantan mis platillos, lo que me encanta. La soledad que sentía ha desaparecido y tenerlo viviendo al lado de mi casa me da cierta seguridad y las pesadillas han disminuido, aunque las sigo teniendo.
Hoy e nuestro día de descanso, ha sido una semana de mucho trabajo en el hospital, una de las semanas más difíciles, de este mes que John ha estado en la ciudad. Hoy no he sabido nada de él así que me arreglé un poco, me puse un vestido de verano que se amoldaba a mi cuerpo y me llegaba a las rodillas, aplique un poco de maquillaje y me planche el pelo. Voy a buscarlo para ver si quiere salir, debo ir al supermercado a comprar provisiones para la siguiente semana que nos tocan turnos largos y de noche.
Llegué a su casa y vi un carro estacionado a la par del de John, lo que me pareció extraño. Toqué el timbre y John me abrió y tenía una vestimenta casual con una playera que se amoldaba a su cuerpo. Realmente creí que este hombre no se podía ver mejor que en su traje de médico, pero me doy cuenta que estaba equivocada y me doy cuenta que por unos segundos se me olvido respirar. Y me ve y allí esta esa sonrisa que me cautiva, pero puedo ver que hay algo extraño en sus ojos y me examina de pies a cabeza y no se descifrar su mirada.
- Hola Ash, ¿cómo estás? -
- Hola John, bien. Pase a saludarte porque voy camino al supermercado, para ver si necesitabas algo. – Y en cuanto digo eso, sale un hombre como de la edad de John y puedo ver esa mirada lujuriosa en él que empieza a despertar un miedo en mí.
- Vaya John, ¿quién es esta mujer tan hermosa que viene a visitarte? –
- Carlos, te presento a Ashley, mi mejor amiga. Ash, él es Carlos un amigo de la universidad. –
- Vaya, vaya, vaya John, ahora entiendo porque nunca nos presentaste a tu misteriosa amiga con la que siempre te encontrabas. Tenias una joyita bien escondida. –
Carlos, se acercó a mi para querer saludarme, pero sin pensarlo mi cuerpo reaccionó sólo y retrocedí bruscamente con temor. Carlos, se detuvo y pude ver sus rostros de sorpresa. A lo que mejor decidí irme.
- Mucho gusto Carlos. Lo siento llevo prisa. Hablamos luego John. –
*****
John:
Estaba con mi amigo Carlos cuando tocaron el timbre y era Ash. Al verla pude sentir un calor recorrer todo mi cuerpo, llevaba un vestido que se amoldaba perfectamente a su cuerpo y estaba maquillada, se veía realmente hermosa. No había duda, Ash era toda una mujer y la que me robaba mis pensamientos. La saludé y Carlos salió a ver quién era, lo cual me molestó un poco, ya que nunca quise presentarlos porque Carlos era un mujeriego que se acostaba con toda mujer hermosa que conociera y Ash siempre había sido muy linda, a pesar de que en esa época aún era una niña.
Carlos siempre ha sido un don Juan y abraza a las mujeres que le gustan. Cuando quiso acercarse a Ash, ella retrocedió varios pasos rápidamente y se fue, pude ver una expresión de temor en ella, algo que nos sorprendió mucho, aunque por dentro me alegré de saber que sólo yo podía tenerla entre mis brazos. ¿Pero en qué estaba pensando?, rápidamente aparte esos pensamientos de mi mente, sobre todo porque Carlos aún estaba conmigo.
-Oye John, como que es algo arisca tu amiga. Pero por ella no me importaría esforzarme un poco más de lo normal–
-Detente Carlos, Ash no es ese tipo de chicas y si le pones una mano encima te prometo que te la verás conmigo. – Le hable a Carlos con un enojo que ni yo mismo puedo entender. Carlos levantó las manos en señal de rendición y me vio con cara de burla.
– Creo que alguien ha caído. Tranquilo John, no te preocupes, jamás me he involucrado con la chica de un amigo. –
-No es lo que crees. Ash siempre ha sido mi amiga y desde pequeños la he protegido y cuidado como a una hermana menor. –