- ¿Te encuentras bien? –
- Si, gracias por regresar. –
- Ven, déjame revisarte las heridas. –
- ¿Y los policías? –
- Tienes razón, ve a cambiarte de ropa y yo iré a ver que sucedió. –
- Esta bien. – Al decir eso escuchamos unos disparos.
- Iré a ver, date prisa y enciérrate en la habitación. –
- Por favor, ten cuidado. –
John.
Después de verla dirigirse a las escleras, salí rápidamente con cuidado para ver que sucedía afuera y pude ver a uno de los policías con una herida de bala en el piso y cerca se encontraba el agresor con dos heridas de bala. El otro policía apuntaba hacia ellos.
El policía corrió hacia ellos y pateo el arma que se encontraba en el piso cerca de las dos personas heridas. Guardó su arma y llamo por la radio para pedir unas ambulancias.
Corrí hacia el policía herido en lo que el otro policía revisaba al agresor. El policía tenia una herida de bala en el hombro, le dije que no se preocupara que iba a sobrevivir y que la herida no era grabe. Le brinde los primeros auxilios. Al ver al otro policía que no hacia nada mas que ver al agresor en el piso, le pregunte que sucedía y a lo que el contestó que estaba muerto.
Llegó otra patrulla, la ambulancia y también llegaron por el cadáver, me informaron que ellos se harían cargo de todo pero que nos debíamos de presentar a declarar mañana en la comisaria. A lo que estuve de acuerdo.
Por lo que me explico el policía, el agresor en medio de la pelea con su compañero, le quitó el arma y le disparó por lo que él no tuvo otra alternativa más que dispararle, ya que se había volteado a dispararle a él. Era su vida o la del agresor. Les informe que la cuadra contaba con cámaras y que lo más seguro era que todo hubiera quedado grabado.
Volví a casa cerré la puerta con seguro y revise la puerta trasera, si cerraba, pero cualquier golpe la abriría fácilmente así que mañana temprano llamaría para que la arreglaran y le pusieran un refuerzo para hacerla más fuerte. Realmente era una colonia segura, no se escuchaban este tipo de cosas, pero el agresor venía directamente por Ash.
Subí y me dirigía a mi habitación cuando vi la puerta del cuarto de Ash quebrada, entré a su habitación y pude ver que el agresor había estado allí, también la puerta del baño estaba dañada así que pude imaginar a Ash tratando de esconderse allí.
Llegue a mi habitación y ella se encontraba secándose su pelo con una toalla, llevaba puesta una de mis playeras blancas como camisón, que debo admitir que le queda mejor a ella que a mí.
- Lo siento, tome una de tus playeras, ahora iré por mi ropa para cambiarme. –
- Esta bien, no te preocupes, es mejor así, porque puedo ver todas tus heridas y ayudarte a curarlas. –
- Gracias. –
- Espérame aquí, iré por el botiquín. –
Regresé con el botiquín y comencé a curar sus heridas, tenía algunos raspones en las piernas por caídas supongo, su labio que está reventado del lado derecho y varios moretones. Pude notar que seguía templando así que le di un calmante.
- Ok, al parecer están todas. –
- Si, gracias. –
- Ven acuéstate. Hoy te quedarás aquí conmigo. No soportaría tenerte lejos. –
Me acosté en mi cama y la jalé hacia mí, la abracé y ella se recostó en mi pecho como buscando refugio. En poco tiempo el calmante hizo efecto y se quedó dormida. Por lo que aproveché para informar al hospital todo lo que había pasado y para pedir licencia por unos días ya que debíamos de ir a las declaraciones el día de mañana. Luego regrese a mi cama a dormir a su lado.
A la mañana siguiente me levante, me bañe y prepare el desayuno y se lo lleve a la cama.
- Ash, despierta. – La desperté acariciando su cabello y no pude contenerme por lo que le di varios besos en su mejilla.
- Buenos días, John. – Desperté sintiendo unos besos en mi mejilla y la verdad, fue una sensación maravillosa. Me encantaría despertar así todos los días.
- Ven desayuna, nos tenemos que ir a declarar. –
Fuimos a la estación de policía correspondiente y dimos todas las declaraciones. Los policías nos dijeron que un policía se iría con nosotros a casa para tomar fotografías de la casa y así lo hicimos. Al terminar nos informaron que no nos preocupáramos ya que también tenían los videos de las cámaras de seguridad así que no creían que fueran a llamarnos nuevamente.
Ash empacó varias de sus cosas y nos mudamos a mi casa ya que las reparaciones iban a tardar unos días y no era seguro que ella se quedará en su casa con la puerta trasera dañada.
Ash sabía que era una etapa de su vida que debía de cerrar y superar y le deje claro que la iba a apoyar y que pronto se olvidaría de ello. Pasamos el día juntos, volví a curar sus heridas las cuales no eran grabes por lo que sanarían rápidamente.
Al llegar la noche, cada quien se fue a su habitación. Y la verdad no puedo dormir, algo me tiene intranquilo, en eso escucho que la puerta de mi habitación se abre. Y me siento, veo que es Ash con su pijama y su almohada entre sus brazos.
- No puedo dormir. ¿Me puedo quedar contigo una vez más? –
- Claro, ven aquí. - cuando se acostó, la jalé hacia mí y la abracé. Se que necesita sentirse segura y la verdad me encanta la idea de que sea en mis brazos en donde encuentra esa seguridad. Ella se acomodó en mi pecho nuevamente buscando refugio.