John
Abro mis ojos al sentir la luz del día en la habitación, me doy vuelta y miro el reloj de la mesita y veo que ya son las ocho de la mañana. Volteo para ver y Ash está acostada a mi lado con su cuerpo desnudo y la sábana solamente le cubre medio cuerpo, dejando al descubierto su parte de arriba. Me quedo por un rato disfrutando de la vista, de lo hermosa y perfecta que se ve y puedo ver varias marcas que he dejado en algunas áreas de su cuerpo y son la prueba de lo sucedido la noche de ayer.
Para ser sincero fue mi primera vez haciendo el amor, he tenido muchas experiencias de sexo, porque no fui un santo, pero nunca le había hecho el amor a nadie y anoche me pude dar cuenta que es completamente diferente.
Normalmente después del sexo te queda el cuerpo satisfecho, pero nada más. Y el hacer el amor te deja satisfecho el cuerpo y lleno por dentro. Anoche fue una experiencia magnífica, a pesar de que Ash era primeriza, fue muy sensible y se dejó llevar y hacer todo lo que quise. Estoy muy contento de que sea mi esposa porque ahora me será muy difícil poderme contener. Por mi fuera, ya la hubiera despertado y le hubiera vuelta a hacer el amor varias veces, pero prefiero que se recupere un poco de su primera vez para que podamos disfrutar al máximo en nuestra luna de miel. Después de todo soy ginecólogo y se como cuidar del cuerpo de mi esposa.
Me levanto, me doy una ducha, me cepillo los dientes y salgo. Ash sigue profundamente dormida a lo que me acerco a ella y comienzo a despertarla dándole besos en todo su rostro.
- Despierta dormilona. Ya es tarde y debes de despertarte. –
- Me fascina el despertador. –
- Jajaja, acostúmbrate. Ahora arréglate que debemos desayunar y prepararnos para irnos al aeropuerto. –
- Ok. -
Ash se prepara, pido el desayuno a la habitación para que lo traigan y no perdamos mucho tiempo. Desayunamos, luego empacamos y el hotel nos dio el traslado al aeropuerto.
Ya estamos en el avión. Vamos a una playa muy hermosa, el lugar se llama Roatán. Nunca hemos ido a ese país, pero hemos escuchado que esas playas son hermosas. Nos quedaremos en un hotel que se encuentra frente al mar, es muy grande. Será perfecto.
Llegamos a nuestro destino y ahora vamos en taxi a nuestro hotel. Vamos muy contentos, relajados y dispuestos a que sea una luna de miel sensacional.
Nos registramos en el hotel, el personal nos lleva nuestras maletas y nos dirigen a nuestra habitación. Entramos y vemos que la habitación es hermosa, tiene una cama King que está decorada, el lugar es amplio y tiene un balcón con una mesa con silla para poder disfrutar de la hermosa vista hacia las piscinas y la playa.
- ¡John, esto es hermoso! –
- Me alegro mucho de que te guste. –
- Esto es maravilloso cariño. – Me dice y se acerca a mi a darme un beso. El cual correspondo, pero esta vez la jalo hacia mí y la pego a mi cuerpo para mostrarle como me tiene.
Hacemos el amor, y está vez no me contengo, ya que no será doloroso para ella y me dejo llevar por los deseos que tengo de hacerla mía una y otra vez.
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