Siempre serás tú

Capítulo 22

Concentre mi atención ahora en James.

-Deberías de aconsejarla, tú mejor que nadie sabe como puedo llegar a ser de enemiga, y sinceramente no le conviene.--Dije con clara advertencia.--Porque la que va a salir perdiendo es ella.

Por el rabillo observe a Blake sonreír.

En un rápido moviendo de Blake me encontraba recostada sobre mi cama con él sobre mi cuerpo.

Ahora sé que no fue culpa de Blake lo que paso, pero eso no quita que él no la apartará.

Sus labios atacaron los míos con fiereza. Sus labios descendieron hasta mi cuello donde su nariz rozó mi piel unas cuantas veces antes de perforar mi piel con sus colmillos, la ímpetu con la succionaba mi sangre, cosa que no era necesaria me dejaron claro que se estaba vengando por lo de James.

Cuando quedo satisfecho de mí levantó el rostro, y al verlo el éxtasis se apoderó de mi, verlo deseoso de mí me complacía mucho.

-No podrás huir de mí, no lo permitiré jamás, eres mía.--Una sonrisa fue dibujada por mis labios.--Me dejaste probarte, ahora tendrás que atenerte a las consecuencias que conllevan estar al lado de un demonio como yo.--justo en ese preciso momento sus ojos rojos brillaron más de lo usual.

Demostrándole que ya no había vuelta atrás. 

-Correré el riesgo.--dije en un susurro.

Ambos nos recortamos sobre la cama, mi espalda quedo pegada a su pecho. Me tomo unos segundos recordar lo que sucedió en mi transformación.

-Blake...

Sus manos acariciaron las mías que estaban entrelazadas sobre mí abdomen.

-Dime.--respondió. Volteé para mirarlo a los ojos.

-En medio de mi transformación tú te veías dudoso, ¿sucedió algo malo?--Su semblante cambio.

-Durante tu transformación tu cuerpo rechazaba el cambio y eso es algo que no debería de suceder. Estoy averiguando que es lo pasó contigo.--No tenía sentido lo que decía, yo era alguien normal y común como cualquier mundano.

-Umm... Y ¿averiguaste algo respecto a mis sueños?--indague.

-No, él que nos podría dar respuesta no lo podemos ubicamos, tendremos que esperar.

-Okay.

-Tengo que irme.--Dijo al tiempo que se ponía de pie.

Lo miré un poco decepcionada.

-Volveré en unas horas, no hagas nada tonto.--Lo miré mal.

-Yo no hago nada tonto, solo me gusta la adrenalina.--Solo sonrío y se fue.

Yo enserio esperaba tener un poco de tranquilidad por lo menos hasta el anochecer, pero no. No paso ni un minuto de lo que se fue Blake cuando James entro a mi habitación.

-¿A que juegas?--dijo frío.

-¿A que te refieres?--pregunté al momento que me sentaba sobre la cama apoyando mis brazos sobre ella.

-Amenazas a mi madre.--Solté un gruñido inevitable, solo recordar me hacía enojar.--Y que me besas--con pasos lentos se acercó a mí, inevitablemente sentí la necesidad de alejarme de él--y, luego te vas a los brazos de mi progenitor.--Me sentí tan estúpida. Yo era conciente de lo que James sentía por mí y aún así no dude en usarlo.

Prácticamente se encontrabando encima mío. 
No tenía ninguna explicación o excusa para eso.

-Tu querida madre se metió con lo que es mío--Vi la decepción en sus hermosos ojos. Me sentí más idiota aún. También note decisión en su mirada, algo que me alteraba.--Tienes que parar.--Dije en susurró.

Sus labios estaban a nada de hacer contacto con los míos.

-Dime que no sientes nada por mí, di que no me amas.--Su mano derecha acarició mi cintura, algo que me hizo cerrar los ojos y abrir un poco los labios.

Trague saliva con fuerza.

-Sabes que no soy alguien a la que le gusta mentir, pero necesito aclarar lo que siento. Y no voy ser yo la que juegue con los dos.

***

Disparar flechas fue mi mejor opción para no pensar en James.

-Kheily.--Escuche una suave voz proveniente de Jack.

-Hola--respondí, acertando por última vez con la flecha en el tronco.

-El cambio te sienta bien.--dijo.

-Por supuesto, ya que hora estamos en igualdad de condiciones no te será muy fácil ganarme.

-Lo veremos.--Fue predecible, pero esta vez yo fui más rápida y lo tumbe contra el suelo, lo sostuve de sus muñecas atrás de la espalda.

-Te lo dije. Ahora veamos lo que tienes.--Lo solté. En un segundo me encontré a una distancia prudente para enfrentarlo.

Empezamos una pelea en la que ninguno de los dos se rendía, nuestra pelea atrajo público que al parecer estaban haciendo apuestas.

El me sorprendió con muchos ataques ya que él tenía un previo entrenamiento,  sabía más de esto que yo.

Para mí lo que me sorprendió fue que yo pudiese esquivar todos esos ataques que sin duda a una novata como yo ya hubiera derribado, sabía trucos de los que no era consciente que conocía.

En un momento se me cruzó la idea de abrirme paso entre su pecho, cosa que descarte de inmediato; no me podía creer que esa idea tan sádica cruzará por mí cabeza.

Fui muy rápido en el momento que me acerque a él y le rompí el cuello dejándolo tirado sobre el césped. Todos me abrieron paso. En ese momento me sentí soñando despierta.

El lugar era otro, pero la escena la misma. Todos abrían paso para mí haciéndose a un costado, y con la mirada siempre fija en mí. Todos vestían atuendos antiguos. Y yo traía el cabello recogido, una espada en el costado izquierdo, una postura firme e imponente. Al pasar todos los presentes demostraban su respeto bajando la cabeza como si de una reberencia se tratara, debo de admitir que me sentí cohibida  ante tantas personas, peor apreciar un así traté de mostrarme segura.

Al volver a la realidad todas las miradas estaban sobre mí, mi cuerpo estaba inmóvil, al parecer todos notaron mi pequeña ausencia por esos segundos.

A la velocidad vampírica me aleje de ahí. Necesitaba alimentarme. Corrí hasta encontrar en pequeño pueblo, al llegar lo primero que escuche fue las súplicas de una mujer para que pararán de golpearla. Seguí la voz de aquella mujer, me llevo a una casa de dos pisos con estilo rústico.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.