Al salir del baño, Mateo estaba esperándome en la puerta. Intenté ignorarlo pero me sujeto la mano.
- Cuéntame que te paso?- me preguntó con calma.
- No quiero hablar- le dije con mi mirada al piso.
- Esta bien, vamos- comenzó a jalarme fuera del Instituto.
- que haces? Adónde me llevas?
- vamos a que te despejes
- No, tenemos examen.
- lo aremos después no te preocupes.
- No, no quiero ir contigo- le dije en susurro con ganas de llorar, el me miro a los ojos y pude ver que estaba triste.
- Se que no confías en mi, pero juro que no voy a lastimarte- sentía ganas de creerle pero no quería que me siguiera humillando.
- al menos por hoy déjame en paz- duplique con mis lágrimas callando por mis mejillas.
- lo juro por nuestra amistad de niños, que hoy no voy a lastimarte Tami- al escucharlo nombrarme después de tanto tiempo decidí confiar en el.
- espero no equivocarme- susurre y el limpio mis lágrimas y sonrio.
Nos subimos a su auto y me llevo a un lago que está a veinte minutos del Instituto.
Al bajar ambos nos sentamos en el pasto con la mirada perdida. No hablábamos sólo estábamos allí en silencio y se sentía muy bien.
- fue ayer, después que salistes del Instituto?- pregunto Mateo.
- Si.
- cuántos fueron?
- uno
- hombre o mujer?
- hombre- al decir eso vi como su mandíbula se tensaba, estaba enfadado.
- quien fue? Porque? Lo conozco?- comenzó a hacer muchas preguntas y yo no quería responder, el ya no era mi amigo, el ahora era mi enemigo no puedo darle otro motivo para que me humille.
- No quiero hablar.
- necesito saberlo- me dijo mirándome a los ojos.
- necesitas? No que yo te importará......a Si claro te interesa saber el chisme para humillaras más- le respondí con fastidio.
- No!!.....No es por eso, quiero romperle la cara al maldito desgraciado!!- grito enfurezido y me recordó a Roberto, sin evitarlo comencé a temblar y a llorar.
- perdón, perdón no quise asustarte- y sin esperarlo me envolvió en sus brazos. Así abrazados mientras yo lloraba nos quedamos un largo rato.