Hedala, 10 de marzo del 2018.
De: Kali O'Neill
Para: Eloisa González
No puedo creerlo.
¿Cómo te atreves?
He estado semanas, SEMANAS, yendo cada día a tu apartamento y golpeando la puerta hasta no poder más mientras le rezaba a cualquier deidad que quisiera escucharlo que por favor estuvieras bien. No podré nunca pagar las promesas que les hice a cada uno de ellos. Todas las cosas que ofrecí a cambio de que estuvieras sana y salva.
¿Qué clase de amiga sólo desaparece?
¿Qué clase de amiga no dice adiós?
Por favor, sólo quiero entender por qué tuviste que dejarme.
¿Por qué?
Se suponía que envejeceríamos juntas, que comprarías el apartamento de enfrente, el de la amargada Señora Johnson, que tendríamos hijos al mismo tiempo y que los criaríamos para que se llamaran hermanos entre ellos.
¿Y qué me has dado? ¿Qué me has dejado?
Días enteros llorando de angustia porque no sé dónde estás. Despertándome a media noche cuando las pesadillas me susurran que estás MUERTA en una SANJA sin nadie que te encuentre.
Sólo agarraste todo lo que tenías y te largaste un día después de que jodieras nuestras vidas.
Sé que solo jodiste la tuya, pero cuando tienes una amiga tan cercana, todo lo que haces le afecta a la otra. Y tú también me jodiste.
Ahora todos tienen un ojo sobre mí, listos para hallar cualquier imperfección. Cualquier señal de que voy a seguir el mismo camino que tú.
No sé por qué motivos habrás traicionado lo que llevamos defendiendo toda la vida, y nadie cercano a ti parece saberlo tampoco.
Yo solo te pido que me dejes entender.
Solo te pido que por favor regreses.
Aunque los otros ya no te quieran aquí, hallaremos la forma de arreglarlo.
Con miedo y dolor.
Kali.