Siempre Veremos Las Estrellas

Capítulo Ocho

Dulces
 


Daniela.

-Vaya, vaya, al parecer el destino si que desea que estén juntos, ¿no lo crees? -me dice Coral con una sonrisa de complicidad.

-Calla, eso no es cosa del destino, es cosa de la profesora -dije en tono molesto-. Por cierto, hoy no te podre acompañar a comprar maquillaje porque Lucas va a ir a la casa.

-Vaya y yo que esperaba que por fin me dejaras subir a tu moto -hizo un puchero.

-No es mi culpa, Lucas fue quien dijo, pero si quieres te llevo hoy a tu casa, solo porque no podre acompañarte.

-¿En serio?. Vaya la gran Daniela "nunca llevo a nadie" me llevara a mi casa como disculpa, dime quien eres y que le hiciste a la Daniela gruñona -dijo y empezó a carcajear.

-ja ja, que graciosa, sabes que mejor toma tu taxi por andar de burlona... byeeee -le dije y Sali corriendo y ella trataba de alcanzarme.

-Sabes que es broma, mejor vámonos ya -me tomo de la mano y me dio una sonrisa como una niña haciendo una travesura.

Llegamos al estacionamiento y le di mi casco porque bueno siempre traigo solo uno y no tenía contemplada llevarla, pero Lucas tuvo que arruinarlo, maravilloso.

-Ponte el casco, deja enciendo el motor por lo mientras -dije en tono mandon-. Sube -dije y tardo una eternidad en hacerlo y se veía chistosa.

-Vale, pero no te rías, nunca me he subido a una -sentencio.

-Vale -me tuve que tapar la boca para evitar reírme-. Agárrate y no te muevas por nada del mundo por favor y trata de cubrirte con tu suéter porque con el aire todo se sube -sentencie y arranque para iniciar la marcha.

Tardamos como unos quince minutos en llegar hasta su casa.

-Vale, hemos llegada querida, ¿Qué te pareció? –pregunte.

-Bueno, para ser la primera vez que me monto en una fue... fantástico, deberías de traerme más seguido -dijo poniendo ojos de cachorro.

-Lo pensare y si es un si te aviso hoy por la tarde, aunque dudo mucho que te pueda volver a traer.

-Vale, espero que te dignes a decirme que si, por cierto, ponte bonita que va Lucas a tu casa -hizo un gesto coqueto.

-Aja, ya quisieras que me ponga bonita para alguien, yo me pongo bonita para mi misma, y lo de Lucas es porque vamos a repasar lo del poema así que para ahí tu carro. -sentencie-. A parte no nos caemos sino fuera por el poema ni lo vería en pintura.

-Aja, ya veremos, pero luego no me digas nada cuando yo te diga "te lo dije".

-Te tendrás que quedar con las ganas de decírmelo, pero mejor ya me voy, tengo que pasar por Yamil.

-Vaya, con que por ella si vas y a mi apuradamente quisiste traerme -dijo con fingida melancolía.

-Uno... es Yamil, dos... es mi hermana y tres... es porque mamá me dijo, así que si, ella tiene más punto a favor.

-Le diré a tu madre que te diga que me traigas.

-Inténtalo y ya me dirás que tal te va -dije y empecé a reír-. Si no es molestia me devuelves el casco.

-Cierto, ten -me lo tendió y me lo coloque-. Adiós y no olvide contarme todo con lujo de detalles del día de hoy que si no te atormentare en tus sueños.

-Está bien, te veo mañana -dije y arranqué la moto en dirección a la escuela de Yamil.

Cuando llegue ella estaba en la puerta esperándome y cuando se acerco a mi lado dijo:

-¿Por qué tan tarde? -con tono demandante.

Ella suele dar mas miedo que mi propia madre y eso sí que es aterrador.

-Es que lleve a Coral a su casa y me empezó a decir que porque venia por ti y a ella no la llevaba a su casa.

-Vaya, esa muchachita tendrá que oírme para que sepa que a la única que llevas es a miiii no a nadie más -dijo y asentí con una sonrisa.

-Si señorita y si es tan amable de subirse -le tendí mi casco- y ponérselo, se lo agradecería demasiado.

-Vale, pero no manejes tan rápido que me mareas.

-Lo que usted diga, ¿algo más?

-Si, ¿podemos pasar por un huevo kínder? -dijo mientras ponía ojos de cachorro.

-Ammm... vale, pero solo si me quedo yo el juguete -dije con una sonrisa- ¿acepta?

-Mejor tú el chocolate y yo el juguete

-Mmm... está bien, lo acepto por esta vez.

Dije y sin más arranque a la tienda más cerca.

Cuando llegamos a la casa, Yamil le quito el empaque al huevo kínder y no solo eso compro, sino que termino estafándome con unos m&m's que porque si no le decía a mamá que llegue tarde a recogerla. Pero esta no pierde oportunidad de sobornarme.

-Por cierto, hoy viene el hermano de tu amigo a la casa.

- ¿y no puede venir Ian? – pregunto mientras se comía el chocolate.

Condenada niña me dijo que me daría el chocolate.

-La verdad no se -dije sin más.

-Márcale y le preguntas.

-Ammm, ¿y que gano? Porque el chocolate ya te lo has comido tu -respondi con una cara de molestia.

-El paquete de los m&m's.

-Vale, trato hecho.

Me dirigí a la cocina y le marqué. Ojalá que no responda -pensé. Al tercer timbre respondió.

-Ya se que estas impaciente porque llegue, pero todavía falta tiempo.

-Muy gracioso, pero realmente llamo porque mi hermana me pregunto si podría venir tu hermano.

-Ah, pues deja le pregunto a mi mamá y ya que ella decida, te regreso la llamada en cinco. -Y sin más colgó.

Yamil llego corriendo cuando escucho que ya no seguía hablando.

- ¿Qué dijo?

-Que le va a preguntar a su mamá si le da permiso.

-Espero que sí, el me cae muy bien y compartimos muchas cosas en común y es muy amable.

-Imagino que si y me da gusto que por fin estes conviviendo con alguien, no te veía tan feliz desde que papá se fue.

-Es que el me entiende y le gusta Harry Potter que más quieres para que me caiga bien.

-Vaya... ¿cuál es su película favorita?

-El prisionero de azkaban.

-Ese niño si que sabe lo que es bueno, ya me cae mejor de lo que me caía.

Mientras le intentaba quitar un pedazo de chocolate el teléfono volvió a sonar.



#21922 en Novela romántica
#4243 en Joven Adulto

En el texto hay: destino, romance, rivalidad

Editado: 18.02.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.