Alzas la mirada hacia el edificio construido de roca de Saturno y aliviada cruzas la puerta del mismo material.
El ruido era aún peor. Si al aire libre se escuchaba poco, una vez dentro se dificultaba más debido a la concentración de personas en un mismo lugar cerrado. Además, la luz era tenue porque bailarinas del planeta Marte, con motivo de agradecimiento a los Asgardianos, tenían preparado un baile antes de pasar a la comida.
Steve: Si está aquí la pequeña T/N, ¿aún sigues tan bajita?
T/N: ¡Que gracioso Steve! ¿No tienes a otra persona a quien molestar?
Steve: ¡Y eso que aún no han traído la especialidad de Urión, para mi chica preferida!
T/N: Piérdete, Steve
Steve: Antes un baile.
T/N: ¿Qué?
Steve: Sí, no sólo bailan esas hermosuras...¡el resto tiene que unirse y bailar!
T/N: A cambio...no me obligarás a comerme los panecillos.
Steve extiende su mano hacia a tí, y aunque ahora no te des cuenta Loki te está mirando desde lejos. La luz conseguía que sus ojos azules brillaran, ojos que sólo tenían la atención hacia ti.