Encuentro cuarto, casi trágico. Capítulo 23.

"Tengo que mantenerme alejado de la hija de Borisov. Todo esto no traerá cosas buenas. Con esta loca no se sabe dónde te metes. ¿Qué quería ella de mí? ¿Casarse, o tener una relación sin obligaciones? ¡Claro que quería cazarme! ¡Idiotez! ¡Pero tan caliente era! ¡Apasionada! Maldita sea, la deseo de nuevo y estoy sólo pensando en ella. ¡Basta! Tengo que sacarla de mi cabeza,” – esto Lex repetía a sí mismo durante todos los días. Pero Cristi todavía no quería salir de su cabeza. Ni siquiera las conversaciones con Gor ayudaron, al contrario, al escuchar su admiración por la pelirroja, por alguna razón volvía sus pensamientos de quien le había robado la paz.

Necesitaba urgentemente algo para distraerse. Mejor alguien. Decidió que lo mejor sería ir hoy a su club "Sport zone". Pero sus planes no estaban destinados a hacerse realidad. Al llegar a casa, encontró a su madre allí. Y, por supuesto, no estaba sola. Trajo su amiga, la señora Fabian, y su hija. "Parece que apostó con su hermana, quien sería la primera en casar a su hijo. Pero en esto no soy tu aliado, mamá. Y también vale la pena quitarle las llaves de mi apartamento. Hoy definitivamente lo haré. " – pensó Lex sonriendo cortésmente a los invitados inesperados.

La noche podría considerarse completamente arruinada, cuando su madre anunció que había encargado la cena en el restaurante "Taste". "Más cerca no encontró nada decente", – exclamó en su alma Lex. Pero eso no fue todo. Era evidente que la señora Miterran había preparado todo con precisión. Tuvo que llevar a la chica "linda" en su auto, porque no había lugar para todos en el coche de su madre. La señora Miterran, desde hacía dos años, dejara de conducir un automóvil, solo iba con un chófer personal.

Tuve que llevarla, porque no tenía otra opción. No pudo rechazar el pedido de su amada madre, incluso, cuando ella, a veces, iba demasiado lejos. ¿Por qué fue imposible invitar a esta chica al restaurante directamente, sin pasar por su casa? Porque había que dejarlos solos para que ellos hablen y se conozcan mejor, mientras llegarán al punto deseado durante una hora y media.

La chica, por cierto, era muy simpática, bonita, morena, alta con los ojos marrones, que ella los bajaba con tanta dulzura, tan pronto como él la miraba. Parecía increíblemente tímida, sentada en la silla con las manos en sus rodillas. Que realmente no lo era, Lex se dio cuenta un poco más tarde, cuando se quedaron solos en su coche.

Tan pronto como se sentaron en su coche, y "la propia señorita modestia" desapareció, como por arte de magia. En cambio, apareció una persona bastante enérgica.

– ¿Tú tienes un cigarro? – me preguntó Masha, ese era el nombre de la chica tímida. – Quiero fumar, que muero. Pensé que nunca nos dejarían solos.

Lex se rio. Más de sorpresa, que de extrañeza.

– Lo siento, no fumo. Al menos, cuando no bebo. Pero podemos ir a la tienda y comprar.

– ¡Oh, hagámoslo! Solo tú, – se volvió y lo miró. – No le digas nada a mi mamá.

– No, no iba a hacerlo. Espero que nunca nos volvamos a ver.

– Sería bueno, pero me temo, que tu esperanza no se hará realidad. – la chica sonrió disculpándose.

– ¿Y por qué es eso? – Frenó bruscamente Lex cerca de una tienda, y ahora se volvió hacia ella.

– Nuestras madres, al parecer, decidieron unirnos. Incluso se les ocurrió un plan.

– Muy bien, ahora desde este punto puedes decirme más detalles. ¿Cuál es el plan? – No le gustó para nada la jugada de su madre y decidió contarle todo lo que pensaba sobre el proxenetismo mañana.

– Yo no sé. No me dijeron, pero sé que tienen algo tramado.

– Está bien, averigüémoslo.

– Solo digo de inmediato, tengo un prometido. – dijo Masha con firmeza.

Ahora relinchó ruidosamente. Resultaba que la chica tenía un prometido y, ¿vino a presentarse delante de él por obligación?

– Entonces, ¿por qué viniste a conocerme?

– Mamá me obligó. No soporta a mi Igor.

– Está bien, ve a buscar tus cigarrillos y vámonos, pensaremos en algo por el camino.

Cuando llegaron al restaurante, hablaron un poco más, sobre cómo actuar. Discutieron un plan de acción, por así decirlo. El hecho de que los padres se tomaran en serio unirlos quedó claro de inmediato. Eso, a Lex no le molestó mucho, ya que estaba acostumbrado a tales payasadas de su madre, pero Masha estaba bajo presión de su familia. Y Lex decidió ayudarla a encontrar su felicidad y liberarse de él.

Decidió emborracharse, para que la madre pensara qué tipo de yerno tendría. Por supuesto, actuó más para el público de lo que realmente estaba borracho. Naturalmente, en el estado en que se encontraba después de dos botellas de vino y una botella de whisky, fue enviado a casa en un taxi.

Más tarde, ya estando en su apartamento, se dio una ducha largamente esperada y se durmió. Y durante toda la noche estuvo atormentado por sueños que involucraban a una chica rubia. Creo que entendéis de quién estamos hablando.

Se despertó, por supuesto, con unas ganas terribles de verla y un dolor de cabeza, de la primera tuvo que deshacerse con la ayuda de una ducha fría y contra el segundo malestar tomó una aspirina. Presintió que no será un buen día, como toda la semana siguiente, Transcurrió con una especie de ritmo frenético.

En el trabajo, era como si todos hubieran conspirado contra él y hubieran decidido cabrearlo. La computadora de Monse se averió, alguien borró "accidentalmente" documentos importantes, por alguna boca la prensa sacó datos confidenciales, y una becaria superó a todos, ya ves, su ratón se rompió y le persiguió durante una hora. Al final, resultó que solo era necesario reemplazar las pilas, lo que esta señorita, por supuesto, no pensaba comprobar. En general, era una completa pesadilla.

Regresaba a casa exhausto, así que lo único a que le llegaban las fuerzas era para darse una ducha rápida y una cena encargada del restaurante. Y luego tenía un sueño profundo, y por la mañana nuevamente lo esperaba un "manicomio" en el trabajo.