Daphne Gray.
Octubre 30 (Actualidad)
Me cruzo de brazos y giro la cabeza para quedar mirando el techo de la casa de Ian. Suspiro y regreso la mirada al televisor, la película ya casi terminaba y yo comenzaba a morirme del sueño. Había sido un día pesado en el instituto, y mañana comenzaba en fin de semana por lo que el único plan que tenía en mente éra quedarme dormida hasta mediodía.
Giro por unos momentos para ver a mis amigos. Ian parecía estar igual de aburrido que yo, Lysa estaba aferrada del brazo de Terence quién a su vez dio un enorme bostezo.
Los cuatro habíamos quedado en ver un maraton de películas de policias que Ian había visto el otro día y nos recomendó. El filme no estába mal, pero he dicho anteriormente, estoy muy cansada ya que toda la semana fue de exámenes y me había pasado al menos cuatro noches en vela estudiando para los mismos.
Según Ian la película ya no tardaba en terminar así que me tuve que aguantar el sueño. Regrese la mirada hacia la pareja de enamorados a mi derecha, Lysa colocó su cabeza en el regazo de Terence quien a su vez jugaba con el cabello castaño de mi amiga.
Ian por otra parte estaba a mi izquierda en el sofá individual. Ya conocía el final de la película así que ponía más atención a su celular que a la televisión.
Yo por otra parte, estába en medio de los tres con las piernas y brazos cruzados. En ocasiones bostezaba o simplemente suspiraba mientras jugaba con un mechón de mi cabello, en el fondo de mi ser deseaba que la dichosa película terminará de una vez por todas. No quería quedarme dormida en el sofá en la casa de uno de mis amigos.
Pasaron al rededor de quince minutos que me parecieron eternos y en la pantalla del televisor aparecieron los créditos de lo que éra la última película. Con un poco de dificultad me levante del sofá, tenía las piernas un poco adormecidas por lo que me resultaba un poco complicado caminar.
—¿Y ahora tú? Por la forma en la que andas parece que te has hecho pis del miedo —Comentó Ian entre pequeñas risas.
—Muy gracioso, Ian. Tengo las piernas adormecidas—Respondí mientras daba ligeros movimientos para que el hormigueo desapareciera. Cosa que poco a poco comenzaba a surtir efecto.
Saque el celular para ver la hora, el reloj del mismo marcaba las 9:47 pm. Era un poco tarde según los horarios que se manejaban en mi casa pero si me apresuraba llegaría entes de que mis padres se pusieran a dormir.
Coloqué el aparato nuevamente en el bolsillo de los jeans que llevaba puestos y me dispuse a despedirme de todos. Me acerco a Ian para despedirme primero de él y luego de Lysa y Terence. Cuando le doy un beso de despedida en la mejilla el se me queda mirando uh poco desconcertado y me dice:¿
—Te vas ta pronto?—Dice mirándome con sus ojos cafés fijados en los míos.
–¿Hay alguna razón por la que deba quedarme aún?—Contesto con un pequeño tono de confusión.
Ian se pone de pie y camina en dirección a un librero que hay detrás de él junto a la ventana que da una vista nocturna a su jardín delantero. Escucho un pequeño ruido detrás de mí y volteo para ver que lo provocó. Éra la pareja besándose, rodo los ojos y regreso la mirada a Ian quince traía entre manos un libro que llevaba como título, Leyendas locales de Sherwood. Me le quedo mirando con frustración.
—Ésto tiene que ser broma–Digo, Ian levanta una ceja.
—¿No me digas que te asusta la idea?—Dice con un tono burlón.
A Ian siempre le habían interesado los temas paranormales tales como aliens, el monstruo del lago Ness, el mítico yeti y por supuesto, fantasmas. Éste último siempre ha sido el que más le ha apasionado, su madre siempre comentaba que desde los catorce se despertaba a la medianoche en busca de cualquier cosa que comprobara la existencia de criaturas paranormales en su casa. Pero claro, nunca encontraba nada.
A pesar de sus múltiples fracasos en su búsqueda de fantasmas, jamás se ha dado por vencido y hasta la fecha continúa con sus investigaciones.
Por el contrario, yo soy algo excéntrica en ésos temas. Jamás en mi vida he tenido alguna experiencia paranormal, y si en ocasiones notaba cosas extrañas siempre iba en busca de alguna respuesta hasta que la encontraba. Cosas como sombras extrañas provocadas por las ramas de los árboles, ruidos extraño provocados por el gato de mis vecinos, o ya sea simples alucinaciones provocadas por mi mente éran cosas que me pasaban todo el tiempo.
Hasta el momento lo único que me intrigaba éra el hacho de encontrar mis cosas en lugares diferentes a los que recordaba había dejado. La única respuesta que tenía a éso éra simplemente el hecho de que muy probablemente padecía de sonambulismo, y ésto podía ser justificado por mis padres quién según ellos, en unas pocas ocasiones me han encontrado caminando dormida por la cocina o la sala. Como éra de esperar, no recordaba nada de lo que ellos me decían.
—No seas idiota. Sabes bastante bien que no creo en ésas estupideces.
—Está bien— Dijo encogiéndose de hombros - Yo sólo decía. Pides irte, ésto es sólo para valientes, ¿no es así par de tórtolos?—Ambos pusimos la mirada en Terence y Lysa quienes ignoraron por completo el argumento de Ian y siguieron con lo suyo.
No cabía duda de que el amor éra la mayor distracción que podía existir, pensé.
—¡Hey! —Gritó Ian y ambos chicos dieron un salto del susto. Éso me provocó un poco de gracia.
—Perdón, ¿qué decías?—Hablo Terence.
—Nada, es solo que Daphne ya se quiere ir—Dijo Ian desinteresadamente.
—¿Y a qué se debe éso?
Rodé los ojos y deje caer mi cuerpo nuevamente al sofá en el que Ian estaba sentado con anterioridad.
—Es sólo que estoy cansada —Suspiré - Ésta fue una semana pesada para mi y en éstos momentos lo único que quiero y deseo es descansar - Pasé ambas manos sobre mi rostro.
—No comprendo cual es el problema —Dice Lysa— Si Daphne quiere irse pues que lo haga—Me señala con la mano.