Adara
―¡Te dijo que la soltaras, imbécil!
En cuanto escucho el tono de su voz, sé que algo malo pasará con aquel chico, igual ni me importa, solo quiero que me lo saquen de encima. Lo primero que sucede, es que el cuerpo del chico es empujado lejos de mí, lo cual agradezco.
―¿Tú quién eres? Ella quiere que este cerca suyo, ¿verdad bombón? ―se nota que el chico está en estado de ebriedad pero sigue siendo un idiota, le doy una mirada de desprecio profundo―. Parece que no ―asegura Luzbel―. Ahora vete de mi fiesta y aléjate de ella, te lo advierto-e apunta con el dedo al chico.
―Michael, vámonos ―un chico intenta llevarse al cretino que bailaba conmigo.
―Déjame Lucas ―se aparta de manera brusca―. Este tipo me las pagará.
Y así empezó una pelea, Michael se tira encima de Luzbel y lo golpea en el rostro, solo pudo golpearlo dos veces porque rápidamente Luzbel cambió las posiciones y ahora es él quien está arriba repartiéndole golpes en la cara, el tal Lucas se mete y quita a Luzbel.
― ¡Basta! ―vocifera Lucas preocupado por su amigo, Luzbel asiente y le hace una señal para que se lo lleve, Michael se levanta lentamente, Luzbel se acerca a mí, y me pregunta si estoy bien pero detrás de él observo como viene enfurecido Michael, ¡este tipo no se rinde! Veo que tiene una botella en la mano y mis reflejos le ganaron a mi cerebro, empujo a Luzbel lejos de mí y es mi rostro el que recibe aquel botellazo, caigo al piso pero no pierdo el conocimiento, solo siento un fuerte dolor en la cara que cada vez se hace más presente.
― ¡Hijo de puta! ―Luzbel tumba al chico con un gran golpe y creo que por fin se da por finalizada tan dramática escena―. Ara, preciosa, no puede ser ―Luzbel me toma entre sus brazos y me lleva a un baño, escucho como le grita a alguien que traiga hielo y agua.
Me sienta en la tapa del inodoro y se agacha para poder verme mejor.
―No debiste recibir ese golpe ―me mira con culpa―. Estás loca, ¿lo sabes, verdad? ―suelta una pequeña risa, yo solo sonrió pero el dolor me hace mostrar una mueca.
Poco después llega un chico con una bolsa de hielo y agua, ¡Bendito sea el hielo!, al principio me duele más pero después se siente bien. Luzbel agarra una pastilla de un botiquín que había en el baño.
―Ten, tómala ―me la ofrece junto a la botella de agua―. Te ayudará para el dolor y la inflamación, me lo tomo sin pensarlo dos veces.
―Gracias ―por fin luego de un rato digo algo―. Por lo del chico y esto ―agrego.
―No me agradezcas, quería hacerlo ―me coge un mechón de mi cabello rebelde y lo acomoda detrás de mi oreja―. Quería alejarte del tipo desde que vi que quería bailar contigo, ¿por qué aceptaste?
―Era muuuy insistente ―Luzbel se ríe y yo me uno a él, nos quedamos viendo unos segundos y quizá sea mi imaginación pero sentía que nuestros rostros se acercaban más cada vez, cuando según mente estábamos a pocos centímetros de distancia, entra Emi alterada, junto a David.
―Adaaa lindaaa ―Luzbel y yo nos alejamos muy rápido, lo cual me mareó un poco― Oh, ¿interrumpo? ―pone una cara de sorprendida y nerviosa.
―No, claro que no ―responde cortésmente Luzbel―. Mucho gusto, soy Luzbel
―Luzbel? ―Emi me mira sorprendida lo apunta con su dedo para asegurarse que es el Luzbel del que le hablé, pero luego se acuerda que no estamos solas―. Oh, perdón ―suelta una risa nerviosa―. Soy Emily y él es David
Emily se acerca a mí y me abraza, mientras Luzbel habla con David, al parecer ya se conocen lo cual nos confunde a Emi y a mí, y no dudamos en mostrar nuestra confusión.
―Nos conocimos en la ciudad ―explica David―. Que cabeza tan dura tienes, Adara ―yo le muestro la lengua, David y yo siempre nos molestamos, es una amistad que funciona.
―Me pregunto si la tuya también lo es ―le muestro una mirada de maldad, David se oculta detrás de Emi, quien rueda los ojos
―Mi héroe ―dice Emi de forma irónica.
Luzbel nos mira divertido, me quita el hielo de la cara porque ya se estaba derritiendo, me echa una cremita en la parte adolorida.
―Listo, creo que sobrevivirás ―me mira divertido y me da la mano para que me levante, podía sola pero la acepté.
―Gracias doctor ―le sigo el juego mostrándole una inocente sonrisa.
Luego de eso empecé a tomar de más y a bailar con Luzbel, me sentía más cómoda con él. La música y el alcohol entraban en mi cuerpo, pasaron las horas y cada vez estaba más alocada, las consecuencias del alcohol en mi organismo, Luzbel no había tomado mucho al igual que David, Emi y yo si disfrutamos. Bailamos hasta decir basta.
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El sol llenaba cada espacio de la habitación, me despierto confundida, la luz irrita mis ojos, cuando ya puedo acostumbrarme a la luz me pongo a analizar la habitación, las paredes son de madera y todo es muy diferente a las cosas que tengo en mi habitación, esta no es mi cama, tengo puesta una camisa larga, rápidamente me fijo si tengo ropa interior y efectivamente la tengo puesta.
―¿Qué hice anoche?
Me levanto lentamente, pongo mis pies en el piso frío, la camisa me llega hasta la mitad de los muslos, busco por toda la habitación mi ropa pero no hay señales de ella. Cuando ya me doy por vencida salgo de la habitación, veo unas escaleras cerca y bajo, cuando ya llego al primer piso puedo ver a Luzbel preparando el desayuno, lleva puesto una camisa de franela y se ve tan lindo.
―Ya despertaste dormilona ―me mira con una sonrisa.
―Hola...- saludo confundida―. ¿Qué hago aquí?
―Oh, ya olvidaste lo que pasó ayer ―me mira divertido, rápidamente me sonrojo como un tomate―. No hicimos nada Ara, estabas muy ebria.
―Ay gracias a Dios ―pongo una mano en mi pecho por el alivio―. ¿Y mi ropa? ―pregunto, no la he visto por ningún lado.
―Bueno ayer vomitaste en tu ropa y luego caíste en coma, tu amiga me ayudó a quitarte la ropa y la metí a lavar ―me apunta la lavadora y encima de esta hay una cesta con mi ropa limpia y seca.