— NARRA SERGIO —
— gracias —
Dijo una vez que salimos de hay.
— de nada —
Sonreí levemente.
La vi y sonreí.
— mil disculpas, no sabía cómo decirle que no quiero ser su novia, es que somos amigos —
Estaba avergonzada.
— entonces tú y yo ya somos novios, ¿No? —
Sus mejillas ardían.
— ah... No lo creo, pero de todas maneras gracias por ayudarme, me tengo que ir —
Estaba por irse, pero la jale de su brazo.
Hice que su cuerpo se pegará al mío.
— ¿Qué pasa? —
Pregunto dudosa.
— nada, solamente me agrada ver tu rostro de cerca —
Puse mis labios en los de ella.
Solo fue un movimiento.
— que te pasa —
Sentí mi mejilla arder.
Recibí un golpe en la mejilla.
— perdón, no sabía que no te gusta —
— pues ahora lo descubriste, no lo vuelvas a hacer, ¿Vale? —
Se fue dejándome solo.
Una sonrisa tonta se dibujo en mi rostro.
[<>]
Llegué a mi casa.
Estos días serán agotadores, unos empresarios vendrán y se quedarán en mi casa.
Uno de ellos trae una jovencita de esas de la alta sociedad.
No podré ver a Jenny muy seguido, por lo cual le escribiré cartas, si, suena muy “acosador“, pero es amor.
[<>]
— NARRA JENNY —
¡Me beso!
Al entrar a mi casa solo pensaba en sus labios, y en ese beso tan repentino.
— hija... —
— ¡Si, si! —
Llegué a mi habitación y me encerré.
Me he enamorado de un completo desconocido.
— Sergio... —
Por mi mente solo pasa esa escena.
— ¡Ahh! —
Grite debajo de la almohada.
[<>]
Entre al salón y vi a mis amigas consolando a Salomón.
— ¿Qué pasa? —
Pregunté.
Pero yo sé muy bien que pasa, está así porque le di un no por respuesta.
— como fuiste capaz Jenny —
Se levantó enojada Aranza.
— de que —
— nos dijiste mentiras, habías dicho que cuando tuvieras novio nos dirías, y vas y se lo restriegas en la cara a Salomón el mero día que el te pide ser su novia —
Solté un suspiro.
— pensé que nos tenías confianza —
Ahora hablo Anny.
— si, si les tengo, pero déjenme explicarles —
Me senté a un costado de Salomón.
— Salomón, perdón, pero sabes muy bien que nuestra amistad es más bonita si seguimos siendo amigos, tenía miedo a que esa bonita relación se acabará con un noviazgo que tal vez no funcione, y Sergio no es mi novio,... en realidad el es un desconocido que lo había visto estos días y pues solo le hable ya que me lo encontraba en todos lados —
Lo vi, sus ojos están rojos.
— pero porque no me das una oportunidad —
Solté un suspiro.
— no se —
— yo también soy hombre, lo se, soy muy tonto y de todos el más nerd —
Sonrió.
— pero puedo asegurarte que te aré muy feliz —
Sonreí.
Le daré una oportunidad.
— okey, salgamos, ¿Vale? —
Puse mi dedo pequeño, y el lo entrelazó con el suyo.
— gracias —
Me sonrió.
Mis amigas son las más felices.
— vámonos Aranza —
Dijo Anny, por lo cual se fueron.
Me acerque a Salomón y le di un pequeño beso en la mejilla, para después irme a mi asiento.
[<>]
Las primeras clases terminaron y me toca ir a desayunar.
Salomón no es mucho de mostrar afecto, el prefiere que se lo demuestren a el.
— se me olvidó mi almuerzo —
— vamos te comprare uno —
Asentí y sonreí.
Pensé que sería raro tener a Salomón de novio, pero es lo más normal que hay.
[<>]
Fuimos a un lugar que no conocía, tal vez el recorre mucho este lugar porque tiene dinero.
— deme dos sándwich —
La señora los fue a preparar.
Empecé a ver mu teléfono y una publicación me llegó.
Soy yo besando a Sergio, ¿Pero como la tomaron?
—/ sales tan hermosa
Me asusté por un momento.
¿Cómo obtuvo mi número?
No alcance a responder.
— vámonos —
Asentí.
[<>]
Entre al salón y vi una carta.
Recordé aquel día, y es en el mismo sobre.
Fui a dónde ella y la abrí.
{ Nos vemos en la salida, recuerda que eres hermosa y perfecta, muy pronto serás solo mía }
— ¿Qué? —
Que miedo.
Me senté en mi lugar.
[<>]
Salí de la preparatoria y está vez me lleva Salomón ya que somos novios, lógico no.
Sentí como un auto nos empezaba a seguir.
Y unas miradas sobre nosotros.
Se está volviendo más intenso.
Solo abracé el brazo de Salomón.
— ¿Todo bien? —
Pregunto confundido.
— si, es solo que me sentí mareada —
Sonreí levemente.
— estás mejor o quieres detenerte —
Negué.
— no, vamonos mejor —
Sonrió.
Tengo mucho nervio, ya que ese auto va cada vez más cerca.
— ¿Y te vas a regresar solo? —
Le di una mirada rápida al auto.
— si, siempre lo hago —
Un mensaje llegó.
-/ suelta el brazo de ese imbecil o yo mismo me desago de el está noche
Carajo.
— Salomón, quedate a dormir en mi casa —
Mi miedo incrementa ya que mis padres llegan a la una de la mañana, es que trabajan en turno nocturno.
— ¿Por qué? —
— es que no se, me siento un poco mareada —
Mentí.
Otro mensaje.
-/ que sueltes a ese tarado
¡Quién es!
Le di una mirada al auto y vi la ventana bajar.
— Salomón, quedate conmigo por favor —
Rogué.
— okey, lo aré, solo le avisaré a mis padres —
Asentí.
Después de unos minutos llegamos a mi casa.