♥¿Daniel está enamorado..?♥ Capítulo 2

April, 2 de septiembre de 2023.

Entro rápidamente en casa, y dejo caer mi espalda sobre la puerta en cuanto la cierro, dejando escapar un suspiro frustrado. Mi corazón va a mil por hora.

¿En qué estaba yo pensando cuando me subí en ese Jeep? Claramente, no estaba pensando...

A quién quiero engañar, solo pensaba en él, en Daniel... en volver a sentir su presencia después de tantos años...

¿Cómo pudimos acabar así, de esta forma?

—¡Hola princesa! ¿Has llegado ya a casa? —pregunta uno de mis padres y sale a recibirme al hall, dejando un gran y sonoro beso en mi mejilla.

—Sí, papá ya he llegado —es obvio que estoy aquí.

—¿Cómo te fue el día amore? —agarra mi mochila de mi hombro y camina conmigo hacia el salón.

—Bien... supongo —camino tras él hacía en salón.

—¿Cómo que supones? ¿No se estarán volviendo a meter contigo esa gentuza, verdad cariño? —se gira de golpe buscando mi mirada, la cual no tardo en bajar al suelo.

Evito contestar, ni siquiera soy capaz de mentir de buena manera...

—¿Qué hay de comer? —cambio de tema mirando hacia la mesa buscando la comida, aun sin poner.

—April Rose Stone... —gruñe cabreado al ver que le he cambiado el tema.

—¿Qué?

—Sube arriba a cambiarte del uniforme del colegio, anda... Disfrutemos de la última comida que tendremos en familia antes de las vacaciones de octubre... —me manda a mi cuarto a cambiarme y evitar decir alguna sandez, que pueda arruinar nuestra última comida entre semana juntos, antes del half-term dates.

Asiento sin pensármelo dos veces antes de que Patrick, mi padre, se arrepienta de no volver a insistir y comience a despotricar sobre denunciar a esa gente y a sus familias, por la educación que le han dado a sus inmaduros e insensibles hijos, como él diría.

Y aunque no puedo, quitarle ni un fragmento de la razón que lleva en este tema, no quiero nada... no quiero problemas, ni líos, menos cuando eso puede salir en mi expediente escolar, ya se me hará difícil el entrar a una buena universidad, pese a mis calificaciones, por mi condición... cuanto más si ensuciamos el impecable expediente que tengo.

Pero en fin, supongo que eso es lo que tiene el ser una hija deseada, por demasiado tiempo. Mis padres me buscaron hasta la saciedad, un vientre de alquiler, una gestación in vitro, un montón de intentos, varios meses pasando por una clínica de reproducción y nueve meses más, y llegué yo; para después salirles rana... y estropeada.

Sacudo la cabeza intentando evitar cualquier pensamiento demasiado negativo.

Voy hacia el cambiador que hay en mi habitación y enciendo su luz. Buscando un par de leggins y una camiseta fina y cómoda, comenzando a cambiarme.

De repente las imágenes de esta mañana vienen a mi mente mientras me cambio.

—¿Nos has echado de menos este verano rata de laboratorio? —pregunta Max viniendo hacia mí y aprieto con fuerza los ojos, esperándome lo peor, ya de buena entrada al curso.

—Vamos Max... no es una rata de laboratorio... Es el experimento de algún científico loco —interviene Henry, acercándose a nosotros.

—Técnicamente... el término de rata de laboratorio es correcto, debido a que los científicos experimentan con ellas para el descubrimiento de enfermedades y...

—¿Te he pedido yo una clase de matemáticas sabe lo todo? —Henry me empuja con fuerza mientras Max ríe.

—¿Qué pasa Henry... acaso querías hacerte el listo y te ha salido el tiro por la culata? —comenta Max, sé que solo se está metiendo con su “amigo” y no me defiende a mí, pero algo es algo...

—No era una clase de matemáticas... sino de biología... —murmuro para mí misma y ambos me miran.

—¿Ves Henry? Hasta en eso te equivocas... ¿No sabes lo que estudias ya acaso? —se burla Max, haciendo gruñir entre dientes a Henry—. Pero eso no es lo más importante... ¿acaso vas a dejar que este bicho raro de la naturaleza se ría de ti? —malmete y Henry viene hacia a mí, con el puño levantado y cierro los ojos con fuerza y encogiéndome, esperando el primer golpe.