Sin Escape

Capitulo 21- Verdad.

-Los quisiera acompañar pero no quiero dejar a Caín solo y ustedes deben descansar en algo más tranquilo que un hotel.

-Tranquila. Yo los llevaré a la casa nueva. Dice Roberto.

-¿Casa nueva?.

-Si. Caín y yo tenemos una casa nueva. Les hago saber a los tres hombres en el estacionamiento y sonrio.

-Que bien. Nos vemos más tarde. Necesito dormír aunque sea un poco. Dice Jean.

-Los ronquidos de mi tío no me dejaron dormir.

-Idiota. Contesta mi papá mientras yo me río.

-Dentro de algunas horas nos vemos otra vez. Digo y me despido con un abrazo para verlos subir a la camioneta.

Veo salir el auto de Roberto, después a mi papá y mis primos y algunos minutos después una unidad del cuerpo de investigaciones. No pregunto por orden de quién y subo nuevamente al piso donde está Caín. Salgo del ascensor y al estar frente a la habitación escucho risas de una mujer.

¡Joder!.

 Respiro y tomo la manilla para entrar y efectivamente veo que el hombre en la estancia no está solo.

Yenifer Colmenarez está a su lado y se que sabe de mi presencia. Aún no me ha visto pero veo como pasa la mano por el cabello de Caín y le dice algo al oído.

-Hola amor. Dice Caín y yo aún no me muevo del lugar. En todo momento mi mirada está en la rubia quién está muy cerca de mí esposo.

Tranquila Elisa.

-Hola. Contesto firmemente y camino para acercarme. Sé que es una conducta muy de adolescente pero no me importa. Me acerco a Caín y sin importarme la presencia de la rubia le doy un beso. Siendo otra persona me limito a solo saludar y ya. Pero no, sin siquiera mirarla beso a Caín. Pero no es un beso en la mejilla, no. Es un beso profundo y un beso que le daría solo si estuviésemos los dos en nuestra intimidad. Veo que el se aprovecha de la situación porque siento su lengua acariciar la mía y gimo.

-Buenos días. Digo sin apartame de el.

-Nos vemos más tarde Caín. Escucho que dice Yenifer y se va mientras yo me separo de el.

-Le diré que venga más seguido. Dice el muy tonto mientras se ríe.

-Ay. Sé queja y me acerco.

-¿Estás bien? Digo mientras el inhala y exhala.

-Si. Es solo molestis por el esfuerzo de reírme.

-Me imagino que te reiste mucho en compañía de esa mujer.

-Si, un poco. Dice este y yo tomo mi lugar alejado de donde la rubia estaba sentada.

-Si te levanta mucho el ánimo podemos decirle que venga más seguido.

-La verdad quedó en venir más tarde.

-Interesante. Contesto y tomo una revista para centrar mi atención en ella y no demostrar que los celos me carcomen en este instante.

-Si me vas a saludar como hace momentos. Por mi que venga todos los días.

Levanto la mirada y distingo burla en su comentario.

-Ella no me cae bien. Digo y me levanto para mirarlo mientras camino de un lado a otro.

-Deja el drama. Dice refiriéndose a lo que dije anteriormente. Bufo ante su comentario.

-Desde ese momento en tu apartamento haciendo comentarios de un trío, después el día del interrogatorio y hace unas horas en el ascensor hace que la odie.

-¿En el ascensor?.

-Si. En el ascensor donde me hizo saber que además de colegas eran amantes. 

-¿Eso te dijo?.

Me debato entre decir o no lo que ocurrió y al final decido que si.

-Me dijo que tenían sexo en ocasiones.

-Mierda. Susurra el y observa el techo.

-...No creo que...

-Que sabe exactamente como complacerte en la cama. Que te conoce igual o mejor que yo. Esto último lo digo con rabia.

-Tu lo has dicho Antes. Y si ella tiene razón, me conoce.

-¡Ah! Es que no lo niegas. Escupo en su cara y siento mucha rabia.

-Es verdad, ella y yo nos entendimos por mucho tiempo pero nunca fue algo serio. La pasábamos bien. Y ya.

-La pasaban bien. Repito.

- Si quieres te la llamo, le diré que venga y te acompañe. 

-Escúchame. Dice el desde la cama pero me niego a quedarme aquí.

-Ya escuché suficiente me voy. Digo y me alejo a la puerta hecha una furia.

-Elisa. Dice en tono más calmado.

-Elisa nada.

-No hagas que te traiga aquí a mi lado. Dejame explicarte.

-No hay nada que explicar. Digo pero en este momento se quita la sábana y se pone de pie con dificultad.

-¿Qué estás haciendo?. Pregunto incrédula y hago ademán de acercarme, pero desisto.

-Te traeré aquí a mi lado.

-Estas loco. No te puedes levantar. 

-Entonces ven. Al ver que no me muevo se levanta y trata de dar un paso.




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