El corazón me latía a mil por hora, las manos comenzaban a sudarme y mi cabeza me daba vueltas, "No, no podía ser el", intente tomar un poco de aire, pero no estaba funcionando, camine directo a la barra y llame a Tim.
- ¿Todo bien? - me pregunto extrañado, mientras me observaba fijamente.
- Necesito un trago. - le dije - Whisky - es lo que salió primero de mi boca - Necesito whisky, por favor - lo ultimo lo dije a modo de suplica y Tim no tarda en servirme el trajo.
- Sky, ¿Segura que todo esta bien? - asentí sin mirarlo y tomándome todo el contenido, sintiendo como quemaba mi garganta, respire hondo y deje todos mis problemas de lado.
- Si, todo esta bien, tranquilo. - le dije a regalándole mi mejor sonrisa - Vamos, ya hay clientes esperando.
Camine despacio al rededor de las mesas de tal manera que los presentes me notaran, "Siempre con una sonrisa" pensé , llegue hasta la barra y como marcaba el acto, mostré mi trasero a las personas que habían llegado, apoyando mis codos sobre la barra y estirándome un poco, después de eso, con cuidado tome asiento en la barra y gire 270°, para después dar un pequeño salto, mientras las manos de Tim tomaban mi cintura, atrayendo así la atención de todos los presentes que presenciaban el espectáculo.
Sonreí con dulzura cuando uno de los caballeros de una de las mesas me llama, me acerco a mi primer mesa, dejando así que detallen mi cuerpo, contorneo las caderas con delicadeza cada que camino y capto cierta atención, que debo admitir no me desagrada por completo.
Mi noche se paso en servir tragos y que los hombres miraran mis pechos, no había tenido que hacer mas que tomar ordenes y servir tragos, cosa que realmente agradecía.
El bar, se encontraba a tope, conforme me llamaban en una mesa, en otra ya me estaban esperando, no faltaron los toqueteos de manos "accidentales", pero eso no importaba, me encontraba tan concentrada en no confundir las ordenes que la mayoría de las veces ni siquiera lo notaba.
- ¡Linda! - me llama uno de los comensales, lo reparo, lleva puesto un traje, tiene los primeros dos botones desabrochados y la corbata suelta, sonrió para mis adentros es atractivo, eso debo admitirlo.
- ¿En qué puedo servirle? - muerdo mi labio inconscientemente, cosa que lo hace sonreír y se lambe los labios.
- ¡Una botella de whisky! - dice su acompañante, mientras me escanea con la mira, sin atreverme a verlo, le sonrió al chico que lo acompaña y me voy en busca de la botella.
- ¡Una botella de whisky! - le grito a Tim, quien me la pasa sin mirarme, volteo a ver a los dos hombres y parecen estar discutiendo.
Sabiendo que una pelea esta a punto de desatarse en cualquier momento, espero, hasta que el castaño se aparta de la mesa, tomo la botella y la dejo en la mesa, no sin antes mirar al castaño con ojos verdes.
- ¿Todo bien? - pregunto sin pensar, mientras le sirvo en su vaso.
- Si, solo son negocios - menciona excusándose, llevándose el vaso a los labios.
- Claro - le dijo al ver que su acompañante venia de regreso, le sonrió con tristeza y me alejo antes de que algo más ocurra.
-Disculpa. – me llamo un chico a mi costado, cosa que me sorprendió, ya que normalmente no eran amables a la hora de llamarme, normalmente me llaman muñeca, linda, chiquita, o incluso me dicen oye, por aquí , pero nunca me llaman con amabilidad.
Camine en su dirección con una sonrisa y me incline solo un poco. - Sí, en que puedo ayudarlo.
- Dos whiskies, por favor. – asentí y salí en busca de su pedido.
- Dos whiskies, para el caballero de traje. – le dije a Tim.
Mientras esperaba por las bebidas no pude evitar echarle un vistazo a aquel hombre, cuando desvié mi vista a la mesa en donde se encontraban los dos caballeros, por un momento mi vista choco con la del chico de ojos verdes e inmediatamente al notar que lo observaba desvió la mirada y fue entonces que me sentí observada.
Mirando a mi alrededor, comencé a crear un millón de escenarios. - Sky, aquí tienes. – Tim hablo, haciéndome sobre saltar, coloque los dos tragos de whisky, en mi bandeja y camine hasta su mesa.
Los pies me dolían por cada paso que daba, la noche se había terminado y los primeros rayos de luz comenzaba a notarse. Se suponía que habíamos llamado a un taxi para que nos llevara a la casa de Sol y de ahí caminaría un par de cuadras para llegar a mi edificio, pero el muy hijo de puta nos bajo antes y ahora nos encontrábamos caminando.
- Los pies me están matando - decía Sol a mi lado. - No puedo creer que hiciera eso. ¡Y lo peor de todo es que se atrevió a cobrarnos completo! - comienza a maldecir y rio, por cada movimiento que hace mientras camina.
- ¡¿Qué es lo divertido?! - me mira molesta, mientras intento controlarme, pero en lugar de eso, empiezo a imitarla. - Ja, ja, ja, muy graciosa - empuña sus manos, moviéndolos de un lado a otro mientras camina, intento alcanzarla, pero Sol camina mas rápido.
- ¡Sol, perdona, solo estaba jugando! - le grito y ella frena el paso, pero no me mira. - ¡Sol....! - no termino de decir la frase, ya que alguien me abraza por la espalda tapándome la boca con un pañuelo.
Intento soltarme, pero la persona me agarra cada vez con mayor fuerza, dejo caer mi bolso y siento como comienza a arrastrarme, lucho física e internamente, rasguño sus brazos, intento gritar e incluso intento lanzar patadas, mientras que en mi cabeza una sola frase se repite una y otra vez No cierres los ojos, mi cuerpo se debilita y cada segundo que pasa lo siento cada vez más pesado, los parpados me pesan y lo ultimo que veo es mi tenis en la acera.
La oscuridad me abraza, escucho voces a mi alrededor pero me es imposible abrir los ojos, no intento moverme, el cuerpo me pesa demasiado, siento un pequeño pinchazo, mi cuerpo se relaja y las voces desaparecen, llevándome así a un profundo sueño.