Sin mi

Hora de Romper las reglas

  • Saludar con respeto siempre a los de primer nivel.
  • Cumplir con cualquier orden de los de primer nivel.
  • Jamás desobedecer ninguna de los ordenes.
  • Las revelaciones serán castigadas con la expulsión total, sin reclamos.
  • Todos los alumnos tienen la obligación de dejar que los de primer nivel mantengan siempre las notas mas destacadas en toda la escuela.

 

Bien, hora de romper las reglas. Pero necesito refuerzos.

Hasta ahora solo logre conocer al joven Walker, y claro, esos idiotas; aunque todavía no los conozco personalmente. ¿Cómo serán?

Señorita Wilson. 

¿Si?

¿Podría pasar usted al frente y explicarnos la formula de este ejercicio?

Mmm…¿Cómo saber su identidad? Averigüémoslo entonces.

Por supuesto, profesor Bolther.

Al ir camino me percate que un grupo de mis compañeros me miraban burlón es, susurrando se entre, lo único que alcance a escuchar fue un esta loca si intenta resolverlo. 

Bueno, ese comentario fue lo necesario para demostrar es que yo era mejor que todos ellos, bastó un minuto y 36 segundos para terminar la ecuación y que el profesor llamara a sus colegas para informarles aquel suceso.

Miren, lo resolvió en cosa de segundos. Los tres se miraron atómicos, pero al mismo tiempo, preocupados. El joven Miler fue el único que logro resolverlo y tardo mas de 10 minutos en lograrlo.

El líder, genial.

Luego de unos minutos me ordenaron ir a la oficina del director y fui amonestada.

Señorita Wilson. El señor carraspeo un poco. Admiro su gran desempeño hoy, la verdad nos has impresionado. Pero debo advertirle que no finja hacerse la lista, sino tendrá muchos problemas.

¿Fingir ser lista? Yo no estoy fingiendo nada, puedo demostrarle mis habilidades si lo desea, no tengo miedo.

Discúlpeme, no me explique bien. El directo sonrió. Usted puede tener las notas que desee. Se acercó un poco más. Siempre que no supere las notas de mi nieto y sus amigos, de lo contrario, se meterá en muchos problemas jovencita. Sé alejo, volviendo a su compostura sería. 

Al parecer esos idiotas tienen aliados en la escuela, no puedo confiarme.

Bien. Le sonreí. Como usted ordené, director. Con su permiso, me retiro. 

Unos segundos después ya estaba de nuevo por los pasillos. 

Ni siquiera los maestros son de confiar, esta escuela está corrompida 

Al volver al salón, todos continuaban concentrados en sus libros y el profesor explicando la clase. Salvo por una compañera y los chicos que antes se e burlaban. 

Señorita Wilson. Me miro. Puede tomar asiento.

 



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En el texto hay: drama, amor lgbt, amojuvenil

Editado: 15.08.2021

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