Sin Miedo a Sentir

Capítulo 35

 

LIZ

Sentía un miedo terrible la figura sobre mi cama comenzó a moverse, las luces estaban apagadas no podía ver nada. Poco a poco el individuo fue acercándose a mí de manera sigilosa, pude ver que en su mano cargaba un objeto de metal brillante. Intente salir de la habitación pero me tomaron por el cabello y sentí una navaja en mi garganta

- Quédate quieta o te mato aquí mismo zorra- sentí mucho más preocupación un hombre había entrado en mi casa un lugar que era seguro, no conocía la voz del individuo. Hice lo que me pidió. - Ahora nos vamos de aquí, así que no intentes escapar y actúa normal- bajamos por el ascensor, el hombre en todo momento estuvo muy cerca de mí. Llegamos a la planta baja del edificio esta era mi oportunidad de pedir ayuda y salir a toda prisa pero el hombre anticipo mi acción y paso una mano sobre mi hombro y me pego más hacia el simulando así que éramos una pareja, me dio un beso la mejilla y se acerco a mi oído diciéndome que ya no usaría la navaja sino que cargaba una pistola, aterrorizada pude ver como asomaba el arma para que yo la viese, me dijo que sonriera pero más bien lo que me salió fue una mueca. Los guardias de seguridad del edificio me preguntaron al salir si estaba bien y yo solamente asentí.

El sujeto me llevo a su auto parqueado a unas cuadras en un callejón oscuro , allí se encontraba otro hombre quien me agarro por el cabello y estampo mi cara contra el vidrio del auto grite de dolor así que me amordazaron y ataron mis manos con unas esposas y mis piernas las ataron con una cuerda . No entendía que cosa había hecho mal para que me ocurriera esto. Me llevaron hacia la cajuela del auto y me empujaron tan fuerte que algo golpeo mi cabeza y desde ese momento perdí el conocimiento.

Me desperté desorientada no sabía dónde me encontraba, no tenia noción del tiempo, estaba todo oscuro , la cabeza me dolía y tenía mucha sed. camine por el lugar, pude ver pequeños destellos de luz que entraban de una pequeña ventana me acerque más y no vi mucho, no había casas toda la zona era desértica, me recosté en la pared y me deje caer en el suelo, no sabía qué hacer estaba completamente asustada, nunca me encontrarían. De repente la puerta se abre y me encuentro frente al mismo hombre que me trajo hasta aquí, pegue un pequeño grito. El hombre se acerco en sus ojos se podía ver el placer que le causaba mi temor. Me levanto del suelo y luego me llevo fuera de la habitación, el lugar era pequeño diagonal a la habitación donde yo me encontraba había otra puerta, intente zafarme del hombre pero era muy fuerte instintivamente comencé a gritar y el hombre que me sostenía comenzó a reírse

- No seas ridícula aquí nadie te escuchara estamos en medio del desierto- me dijo en medio de risas, me saque de la cabeza la idea de seguir gritando y me resigne. Nos adentramos a la habitación no tenía nada más que una silla y una mesa de metal con varios cajones.

El hombre me coloco en la silla y ato mis manos a cada lado con bridas para cables al igual que mis pies, me estaban comenzando apretar mucho pero no podía aflojarlas mis manos se estaban tornando un poco rojas . El hombre salió de la habitación y no volvió más. Escuche pasos, al abrir la puerta vi a Lexie, cargaba un vestido negro y unos zapatos del mismo color, caminaba hacia a mí con paso decidido, su mirada destilaba mucho odio. Me agarro por el cuello y clavo sus uñas en esa parte de mi cuerpo, sentí mucho ardor en ese momento, pequeñísimas gotas de sangre caigan por mis pechos mientras gritaba del dolor, Lexie solo me veía con cara de satisfacción como si mi sufrimiento le causara algún tipo de placer.

- Te gusta Liz- me dijo Lexie con tono burlón- Vez que no es bueno meterse en las relaciones ajenas y separar a dos personas que se aman como lo éramos Richard y yo.

- Estas loca Richard nunca estuvo enamorado de ti- sentí un fuerte puñetazo en mi cara y muchos más en mi estomago.

- Todo entre Richard y yo estaba perfecto hasta que tu apareciste- Sentí como escupió en mi cara, me dio asco pero mis ojos se agrandaron al ver que abrió una gaveta y saco un cuchillo muy filoso comencé a gritar desesperadamente le decía que parara pero ella no me hacía caso.

Acerco el cuchillo a mi pierna izquierda y comenzó hacer pequeños cortes luego paso a mi pierna derecha y hundió el cuchillo solté un grito desgarrador que hizo eco en la habitación, las lagrimas caían a montones y me dolía mucho.

- Que mal Liz que ya no puedas utilizar esos vestidos cortos, ya no los podrás lucir para Rich, por ahora dejare de divertirme contigo y me iré a consolar a Richard porque tu lo dejaste plantado mañana seguimos jugando y tal vez te quedes sin una mano- esta tipa estaba loca en medio de mi sufrimiento sentí mucho más miedo me seguirá torturando, estaba horrorizada hasta donde sería capaz de llegar Lexie por esa obsesión.



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En el texto hay: romance, amistad y drama, interracial

Editado: 17.09.2018

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