Sin Raza

Capítulo IV

+JAKE+

Pasaba del mediodía cuando recibí el mensaje.

¿Sabes cocinar?

Parpadeo, acabo de despertarme y no pienso cocinarle a alguien.

No.

Decido mentir.

Pues yo te haré la comida, ven aquí.

1. No dejaré que me envenenes 2. ¿Esto se hará un hábito?

1. Nunca he envenenado a nadie que invite de manera pacífica 2. No sé de qué me estás hablando.

1. No planeo arriesgarme 2. Sí que lo sabes.

1. Idiota, te veo en el Coliseo en media hora, dúchate 2. Se llama conocerse mejor.

1. ¿Podrías elegir un lugar normal para nuestros encuentros? Ya sabes, una cafetería que no involucre como objetivo el encuentro entre amantes (porque no creas que no me di cuenta de que para eso era esa cafetería) o un sitio de reciclaje o el Antiguo Coliseo Romano reinaugurado como un restaurante de veinticuatro horas para empresarios 2. Podemos conocernos de otra manera que no involucre comida.

1. No 2. No.

Ruedo los ojos, me llega otro mensaje de su parte.

Te espero en veintinueve minutos allí, no llegues tarde.

Se desconecta y es entonces cuando me pregunto tarde.

-¿Cómo se sabe mi número de celular?

-(*)-

Veintiocho minutos más tarde estoy con cara de zombi mientras espero a Allegra en unos pantalones ajustados blancos y un polo verde.

Escucho los tacones sonar e identificó de inmediato que lo hace para llamar la atención. Se sienta frente a mí en un vestido amarillo tirando mamey chillón, unos tacones negros que prefiero no contar en centímetros y el pelo en un estilo que Julie llamaría Zag,

-Te ves muy corriente- hace un movimiento de dedos y siento como algo se posa en mis hombros, bajo la vista encontrándome con un chaleco azul marino, zapatos de vestir y lo que llevaba antes más formal haciéndolo menos llamativo.

-Me diste muy poco tiempo- me encojo de hombros –Trabaje con lo que pude- le hago una seña a uno de los camareros que viene con nuestros menús y luego se retira, abro el mío luego de pasarle uno a ella -¿Qué planeas hacer hoy?- ella llama al camarero y le pedimos rápidamente una orden de arroz frito con camarones y vino tinto.

-¿Me estas invitando a una cita?- pregunta una vez el camarero se ha ido por lo que le envío una mala mirada que hace que se reía –A decir verdad, todavía no lo decido- pone un mechón de cabello tras su oreja izquierda revelando unos aros dorados –Estoy entre una lucha en medio del agua o una en el aire.

-¿Si sabes que es todo un mes? ¿Cierto? - asiente y rápidamente puedo adivinar cuál es su plan por su sonrisa malévola –Piensas hacer que agotemos nuestras fuerzas- sonríe más fuerte y justo llega la comida.

-Amo que las cocinas estén equipadas con seres sobrenaturales, la comida se prepara mucho más rápido cuando hay manos mágicas en ella- Toma su tenedor y pica un camarón.

-Eres increíble- niego con la cabeza en un gesto divertido.

-Lo sé ¿Continuamos con el juego de ayer o me hablaras sobre ti?

-Desperté hace unos cuarenta minutos, así que realmente no creo tener ánimos para nada más que dormir y comer- empiezo a hacer lo segundo ocasionando que ella ría.

-Me imaginaba a los Mentales más intimidantes y todo eso, pero ahora veo que eres más blando de lo que aparentas.

-¿Aparento ser un tipo duro y rudo?- levanto una ceja, ella se muerde el labio y luego niega con la cabeza a lo que sea que paso por su mente.

-Solo cuando te pones serio- me río, nunca parezco un tipo rudo y duro ¿Intimidante? Tal vez y eso solo a veces ¿Pero duro y rudo? Ja, imposible.

-Tienes que estar- las palabras se atascan en mi boca cuando el vello de mi nuca se eriza y mis sentidos se ponen alerta, la mano se cierra sobre mi pierna y la garganta me arde en respuesta, cuento hasta tras y miro a mi acompañante, me mira confusa y me pregunta un montón de cosas con la mirada.

-¿Qué sucede?- sale de sus labios, pero no la escucho, no escucho nada más que la conversación de dos tipos que se acaban de sentar tras de mí.

-Espero que Vortex no se aparezca.

-No lo harán, están muy ocupados manteniendo a la loca de Allegra bajo control.

-Ya sabes que el nombre no puede ser dicho en voz alta.

-Como si me importara- un par de agentes mediocres de Vortex que serán despedidos en unas horas, no me debería de importar su tiempo aquí dado que solo tengo que poner mi nombre en un papel y ya estarán fuera por incompetentes, pero algo me sigue mandando a prestarles atención.

-Continúa hablando- la miro y luego susurro de una forma que solo ella me puede ver –Solo continúa, hablando- entiende que no le prestare atención, que es mi fachada y que puede decir y hacer lo que se le venga en gana dentro de lo normal.

No le prestó atención a nada de lo que dice a continuación, solo a los hombres hablando tras de mí.

-Como sea ¿Trajiste lo que te pedí? - su voz es toda negocios, un claro dame lo mío y ten lo tuyo.

-Sí, lo traje- se mueve y uso mis poderes para conectarme con una cámara y poder ver cómo le da una revisada a un maletín, pero no veo que hay dentro y tampoco debo de usar más energía de allí o uno de mis poderes sería revelado -¿Y?

-Esto servirá- el maletín es cerrado y dejado justo a mi lado por lo que finjo que se me callo la servilleta y la recojo sin que me vean, mis dedos tocan el maletín por un corto segundo que me permite ver lo que hay dentro.

Una buena, poderosa y gigantesca arma.

-Eso espero, porque debes de utilizarla cuando te toque combatir- se acomoda en el sitio –Tu eres equipo táctico y yo lógico, nunca me tocará combatir, a ti sí- toma una uva de la razón de fruta de la mesa –Y cuando eso suceda- cierra sus dedos sobre ella aplastándola entre su pulgar e índice.




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