Algunos días habían pasado, el infernal mes de esa en la casa de mi novio tendría por fin por concluir, y si todo salía bien, luego de este mes podría contar con su adiós.
El día que cumplíamos dos meses con Ethan, habíamos dicho que nada de salidas, porque nos la pasábamos en la calle, así que seria una cena, lo inesperado es que mi novio obvio el detalle de que la cena sería en su casa, y con sus padres. Mis nervios aumentaban conforme la aguja del reloj se acercaba a la hora indicada, me retorcía los dedos, repasaba mi ropa una y otra vez, si bien ya los conocía a ellos por lo del accidente pero una cena formal era muy diferente, cuando por fin estuve lista, con mi peinado recogido unos aretes que me había dado mi novio de color púrpura que combinaba con mis zapatos, mi vestido era blanco de lino, un leve maquillaje completaba mi imagen, respirando hondo baje las escaleras. Retorciendo entre mis dedos la pulserita que Ethan me había regalado anteriormente.
-¡Que hermosa!-exclamo mi madre, yo rodé los ojos.
-¿Eres tú?-pregunto con sorna Brad, lo fulmine con la mirada
-¡Cómo haz crecido!-dijo mi padre, lo cual provoco una risa en mi, lo mire cariñosamente, era obvio que nunca asumiría que ya no era una niña.
-¡No es mi baile de graduación! No se pongan en teatrales-dije despidiéndome, cuando oí la bocina del auto de mi novio.
Corrí escaleras abajo hasta llegar a la entrada donde mi novio me esperaba sonriente, apoyado en su auto. Acomode mi cabello y camine delicadamente hasta llegar junto a él, di una vuelta y le sonreí.
-¿Qué opinas?-pregunte
-Adorable-respondió tomándome por la cintura ciñéndome a él.
-¿Adorable?-repetí alzando una ceja-Mi padre fue más expresivo-replique
-Bueno cariño, es que adorable, pareces una chica muy centrada y todo, pero para mí siempre te encuentras deslumbrante, ¿Tengo que decirte que pareces increíblemente sexy en ese vestido de ama de casa? Decirte que me dan ganas de casarnos ¿Es mucho no?-pregunto, yo lo mire durante un segundo con los labios fruncido, luego rodé los ojos
-Eres un exagerado-resople
-¿O tú una inconformista?-pregunto él divertido, lo mire con cara de pocos amigos, pero luego me gano su carita de fingida ingenuidad y le sonreí antes de fundirnos en un beso.
-Felices dos meses, amor-dije
-¡No, gracias a ti por hacerme tan feliz!-añadió Ethan abrazándome, luego inspiro mi perfume provocando en mi una descarga eléctrica, no hace falta que aclare ya que mi cuello es mi punto débil.
-¡No seas tramposo, nada de besos en el cuello!-dije riendo, luego subimos al auto el trayecto a la casa de Ethan se me hizo muy corto, sin pensarlo empezaron a aumentar mis nervios, mi novio debió percatarse de eso, pues cuando me abrió la puerta del auto para descender me tomo por la cintura susurrándome al oído que no había nada que temer, que ellos me querían ya, que solo era una cena para festejar los dos meses juntos, solo una cena. Repetí esta ultima frase un trillón de veces en mi mente a medida que entrábamos a la inmensa mansión de mi novio. De repente recordé porque hacia días que no iba a la casa de Ethan, y la curiosidad me invadió.
-Amor, ¿Danielle estará presente en la cena?-pregunte cuando nos detuvimos en el vestíbulo para dejar mi suéter y el abrigo de él.
-No lo creo, la verdad no estoy seguro-respondió él con indiferencia. Suspire y sin más preámbulos me dirigí al comedor.
-¡Janice!-exclamo la mama de Ethan a penas me vio, sonreí de manera instantánea, definitivamente una suegra mejor no iba a encontrar parecía ser puro amor y amabilidad.
-Sra. Radheen-dije a modo de saludo.
-¡Oh! Cariño no me llames así, me haces sentir vieja-dijo ella cariñosamente, dándome un beso en mi mejilla.
-Perdón, ¿Cómo está Ud.?-pregunte siguiente y ella me afirmo que todo estaba en orden y que el papa de mi novio había ido a buscar un vino de una cosecha especial, lo cual no entendí, de vinos y cosechas sé menos que de física quántica.
-Buenas noches-dijo una voz gruesa que reconocí como la del papa de Ethan, lo salude cordialmente era increíble, pero si mis padres me vieran no podrían creer lo diferente que una puede ser cuando de presentaciones se trata.
-¿No pensaban empezar sin mi?-sonó ESA voz chillona que logro tirar todos mis buenos pensamientos a la basura, miré a mi novio, él alzo los hombros en señal de desconcierto.
-No, Danielle, querida, claro que no-dijo la mama de Ethan, yo no me moleste en voltear, hice como que la pintura de la pared llamaba mi atención, en un pasado el impresionismo de Van Gogh me había parecido un asco, pero que tranquilizante puede resultar el observar sus girasoles cuando una tiene ganas de matar.
-Jan, querida, ¡Qué gusto!-dijo ella acercándose a mi saludándome con su sonrisa mas falsa.
-Si, hola-respondí fríamente, aunque solo ella pudo oírme, me acerque a Ethan momento después y me descargue en susurros de bronca e impotencia.
-Cálmate, seguro que no se queda toda la noche-intento tranquilizarme él