Sin ti, sin mí.

Capítulo 1

La verdad es que no sé cómo empezar, pero desde el primer momento en el que comenzamos a conocernos, me había dado cuenta de los perfectos que éramos, no lo digo físicamente, porque ambos sabemos cuál difícil era para nosotros hablar de nuestros cuerpos sin sentir ese desagrado que nos causaba, hablo de las formas en cómo nos comunicamos, de cómo podíamos estar todo el día hablando con los miles de temas que generábamos, porque no queríamos acabar la conversación ahí, porque sabíamos que nos necesitábamos.

Vos eras el que más fácil se reía, lo recuerdo como si fuera hoy, los chistes muy viejos que hacía y como estos te causaban. ¡He incluso hasta podía sacar un chiste de Pablito clavó un clavito y te reías! Eras un risueño. Eso no tenía duda alguna.

Mientras estábamos día y noche hablando como cual dos chismosos, sí pasaban cosas fuera de ese chat, y está bien, parecían nada, porque...¿Por qué íbamos a preocupar al otro con nuestros problemas, no? Y es que, tampoco nos acordábamos cuando hablábamos de algo tan random, o incluso por las rosas, creo que esos problemas pasaban a ser secundarios...Al menos, momentáneamente.

Y está bien, yo creo que desde mi perspectiva, al menos no lo hablamos en ese momento qué pasaban porque era algo que decíamos "es una boludez" y está bien, ¡No hay que buscar culpables! ¡No hay razón para hablar mal hoy!

Pero ahora la duda y la soledad me consume, en las noches es en dónde más pregunto, ¿Por qué no pregunté si había algo qué pasaba en ese momento? Aunque sabía que la respuesta era claro, sabía que por más insistencia pudiera, me ibas a decir que no pasaba nada y está bien.

Creo que la vida me ha enseñado a no indagar cuando es un "no". Y lo entendí tarde.

Tampoco es algo que me podría echar la culpa ahora, digo, era tu mejor amigo y quería saber de vos, pero los mensajes de "¿Viste el vídeo del Rubius?" "¿Viste eso del grupo?" O varias cosas que quedan en nuestro recuerdo, es algo que la verdad... Parecía que cada vez que lo preguntabas, era más que nada para olvidarte del peso que se avalanchaba sobre tus hombros, y está bien, digo...Es lo mismo que hago ahora mismo.

Olvido de todo lo que he vivido por el mero hecho de que odio llorar, lo olvido ¿Es realmente esa palabra? Creo que uno nunca olvida, por más que intenta sanar, nunca olvida las pisadas de los demás, por más que vayas al psicólogo por diez años, nunca lo olvidas...Porque se vuelve parte de ti.

i.




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